
Este viernes la agencia de rating canadiense DBRS evaluará la solvencia de Portugal. Hay posibilidades reales de que la deuda pública del país pierda el 'grado de inversión', una calificación que tan sólo mantiene DBRS y que por ahora está permitiendo al BCE mantener los bonos portugueses como elegibles para sus compras.
La pérdida de este escalón significaría que Draghi (presidente del Banco Central Europeo) tendría que apartar a Portugal del programa de compra de bonos, lo que tendría un efecto devastador sobre el coste de financiación del país. DBRS y Portugal pueden revivir la crisis de deuda soberana que vivió la Eurozona hace escasos años.
La diferencia es que en esta ocasión el 'efecto contagio' sería muy inferior al de 2011-2012, puesto que el resto de países con dificultades fiscales, en principio, no corren riesgo de perder la calificación de 'inversión', por lo que los bonos de España, Italia o Francia seguirían bajo el paraguas que supone el programa del BCE.
No obstante, la situación de Portugal preocupa. En el último informe de DBRS (en febrero) se avisó a Lisboa de que "el reciente incremento de la rentabilidad de la deuda suponía una preocupación para refinanciar los pasivos lusos... Si la volatilidad en los mercados persiste nuestra atención se fijará en la capacidad para realizar ajustes fiscales".
Como explica Mark Gilbert, columnista de Bloomberg, "si DBRS rebaja la calificación del país, una posibilidad muy real dada la situación fiscal, esto podría desencadenar una nueva crisis en la zona euro... Las compras de deuda del BCE son las responsables de que el bono portugués a 10 años presente un interés inferior al 3% en los últimos seis meses. Si se compara con Grecia, que esta fuera del programa de compras, los bonos helenos presentan una rentabilidad de casi el 9% desde octubre".
Deuda, déficit, paro...
El déficit público de Portugal en 2015 ha sido del 4,4% sobre el PIB, 1,4 puntos porcentuales por encima de lo que señala el Tratado de Maastricht. La deuda pública es la tercera más alta de toda la Unión Europea, al representar ya un 130% sobre el PIB, sólo por detrás de Italia (132%) y, por supuesto, de Grecia (177%). El crecimiento económico se ha ralentizado en los últimos trimestre, mientras que la tasa de paro lleva tres trimestres consecutivos sin caer del 12,3%. Da la sensación de que la economía del país se ha paralizado mientras que la deuda sigue aumentando.
Como ya señaló la agencia de rating canadiense en su último informe, "el elevado nivel de deuda pública continúa siendo el mayor reto, que expone al país a nuevos shocks". Además, la caída de la calificación de la deuda de Portugal podría tener efecto colaterales de calado, ya que la deuda lusa representa el 80% de la exposición a bonos soberanos de los bancos portugueses.
Este viernes será un día que puede volver a remover viejos fantasmas en la Eurozona. Si Portugal pierde el escalón BBB-, quizá no logre financiarse en los mercados a un coste razonable y se vuelva a ver obligado a pedir ayuda para financiar sus partidas de gasto.