Economía

La recaudación por impuestos cae y apunta a un desvío de 13.000 millones

  • Los ingresos bajarán más de un 7% sobre las previsiones de Hacienda
  • Los principales tributos dejan hasta febrero un 'agujero' de 600 millones

El Gobierno en funciones va a tener que retocar intensamente el capítulo de ingresos impositivos en el Programa de Estabilidad 2016-2019 que debe remitir a Bruselas la semana que viene. La recaudación de los principales tributos hasta el mes de febrero dibuja una caída del 1,4% respecto al año pasado con bajadas importantes en IRPF (-4,7% en solo dos meses) y Sociedades (-2,1%).

Si la tendencia continúa, algo que los expertos dan por hecho por la leve desaceleración que experimenta la economía, la recaudación total del año se situará por debajo de los 170.000 millones, 1.500 millones menos que en 2015. Y lo que es peor: será casi 13.000 millones inferior a lo estimado por Hacienda en las Cuentas Públicas.

Que las previsiones han quedado desfasadas ya es algo asumido por el Gobierno. Por eso la semana pasada el ministro de Economía, Luis de Guindos, informó en el Congreso de una rebaja de la expectativa de crecimiento -del 3% al 2,7%-; un déficit sustancialmente superior al prometido inicialmente -3,6% frente al 2,8%-; y una creación de empleo algo más leve -400.000 frente a 500.000 estimados en principio-. Todo ese desfase debe trasladarse ahora al Programa de Estabilidad al completo, capítulo de tributos incluido.

Fuentes cercanas a la Agencia Tributaria explicaron a elEconomista que la senda que marcan los tributos en los primeros meses del año "es de susto". "Crece el IVA levemente, pero Sociedades baja y la caída del IRPF va más allá de lo que pudiéramos esperar por efecto de la entrada en vigor del último tramo de la rebaja fiscal", explican, augurando un año 2016 negativo. La recaudación global caerá, pese a que la economía siga creciendo.

Más de un punto de déficit

Los casi 13.000 millones de desfase sobre las cantidades presupuestadas cuando se elaboraron las Cuentas Públicas, durante el verano pasado, equivalen a algo más de un punto de déficit público. Un desequilibrio especialmente peligroso en un momento en el que España va a solicitar formalmente a Bruselas un margen de 8.000 millones extra con el desvío presupuestario.

Los ingenieros del Ministerio de Hacienda tendrán que hilar fino para cuadrar las previsiones de ingresos, especialmente respecto a dos tributos: IRPF y Sociedades.

El IRPF, con el que se recaudaron algo más de 72.300 millones de euros el año pasado, ofrece una tendencia preocupante en los dos primeros meses del año. En enero y febrero las Administraciones ingresaron por este tributo 15.145 millones según datos de la Agencia Tributaria, 744 millones menos que en el mismo periodo del año anterior. Una caída enorme, pese al breve lapso de tiempo que, de mantenerse en el global del año, arrojaría una recaudación de menos de 69.000 millones, la cifra más baja desde el año 2011, cuando aún gobernaban los socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero.

Más llamativo es aún el desfase sobre las previsiones iniciales, que reflejaban una recaudación superior a los 75.400 millones. Lo recaudado se quedaría nada menos que a 6.500 millones.

En Sociedades el problema es similar. Hasta febrero la caída es menor que en el caso del IRPF, apenas del 2,1%. El problema viene cuando ese bajón, extrapolado al conjunto del año 2016, arroja un cierre con 20.216 millones de ingresos frente a unas estimaciones iniciales de casi 25.000 millones. Un agujero adicional de casi 5.000 millones que, sumado al del IRPF, demuestra cómo el Ejecutivo erró en sus cálculos.

Sociedades, además, es motivo de preocupación en numerosas instancias. Hacienda reconoce a este periódico que el último trimestre del año 2015 "fue mucho peor de lo previsto porque las empresas dieron menos beneficios de los que en un principio pudiera imaginarse", y la tendencia tiene visos de continuar. Quienes sostienen este tributo son las compañías más internacionalizadas y de mayor tamaño, y los vaivenes en los mercados -especialmente emergentes- están lastrando sus resultados.

El consumo, un respiro

El IVA, impuesto que grava el consumo, es de nuevo el impuesto que se escapa del oscuro panorama recaudatorio. Pese a que marcha también por debajo de previsiones, hasta febrero ha dejado en las arcas unos ingresos un 1,4% superiores a los del año anterior. Si esa tendencia continúa, 2016 será año de récord para este tributo, con una recaudación de más de 61.103 millones de euros, cifra que ni siquiera se alcanzaba antes de la crisis económica.

Los Impuestos Especiales también escapan a la tónica negativa y crecen un 1,7% respecto al año 2015 y podría llegar a los 19.500 millones en el conjunto del año. Pero sucede como con las otras tres grandes figuras: las previsiones de Hacienda, que ahora deberán ser revisadas, se sitúan sensiblemente por encima.

Hidrocarburos bate todas las previsiones

Pese a que a la recaudación le está sentando muy mal el primer tramo del año, hay un impuesto que refleja una extraordinaria salud: el de Hidrocarburos. Según datos de la Agencia Tributaria hasta febrero, los ingresos por este capítulo superan los 1.600 millones de euros, un 10,6% más que en el mismo periodo del año anterior. La bajada del precio del crudo estaría actuando como revulsivo para un mayor consumo, según los expertos. El de Hidrocarburos es, de hecho, el tributo que levanta la recaudación de los Impuestos Especiales, ya que Tabaco, Alcohol, Productos Intermedios y Electricidad apenas varían respecto a 2015.

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