Economía

El FMI recorta las previsiones de crecimiento para México y Brasil

El Fondo Monetario Internacional publicaba hoy en Washington sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) donde la institución confirma la recesión en 2016 del conjunto de las economías de América Latina y Caribe, que se contraerán un 0,5%, dos décimas más de lo previsto en enero. Los expertos de la institución no atisban un repunte hasta el año que viene, cuando la región crecerá un 1,5%, una décima menos de lo estimado a comienzos de año.

Uno de los países más damnificados, tanto por su situación política como económica es Brasil. La mayor economía de Latinoamérica sufrirá una nueva contracción del 3,8% en 2016 ya que la recesión está haciendo mella en el empleo y, además, los ingresos reales y el contexto interno de incertidumbre limitan la capacidad del gobierno para formular y ejecutar políticas. Aún así, una vez pase el temporal y gracias al debilitamiento de la moneda, se proyecta que el crecimiento pasará a terreno positivo en 2017. Sin embargo, el FMI reconoce que sus pronósticos están rodeados de gran incertidumbre.

Por su parte, México continuaría creciendo a un ritmo moderado (2,4% en 2016 y 2,6% en 2017, lo que supone una rebaja de 2 y 3 décimas respectivamente), gracias a la vigorosa demanda interna privada y a los efectos de contagio generados por una robusta economía estadounidense.

Entre los países sudamericanos exportadores de petróleo, la desaceleración proyectada de la actividad de Colombia (con una moderación del crecimiento a 2,5% en 2016, tras el 3,1% de 2015) refleja el bajo nivel de los precios del petróleo, así como el endurecimiento de las políticas macroeconómicas y las condiciones financieras.

Según lo proyectado por el FMI, Venezuela seguirá sufriendo una profunda recesión en 2016 (con una contracción proyectada del producto de 8%, tras la de 5,7% en 2015), en medio de la incertidumbre política en un momento en que los nuevos retrocesos del precio del petróleo han recrudecido los desequilibrios y las presiones macroeconómicas, incluida una tasa de inflación promedio que rozaría 500% en 2016. En Argentina, pese a que las distorsiones han mejorado, el Fondo proyecta una recesión suave en 2016.

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