Los vaivenes sufridos por los precios del petróleo siguen teniendo un impacto directo en algunas de las economías estatales de Estados Unidos. Según el último análisis elaborado por Moody´s Analytics y publicado el miércoles, Alaska, Dakota del Norte, West Virginia y Wyoming, todos ellos dependientes del sector energético, registran una recesión de su actividad económica. Otros tres, como Louisiana, Nuevo México y Oklahoma, se han estancado aunque todavía no han registrado una contracción. Por su parte, distintas áreas metropolitanas de Texas están cerca de sufrir una recesión.
Este debilitamiento ha estado fomentado no sólo por la debacle en el coste del oro negro sino también por el lastre sufrido por las manufacturas, ligado a su vez a la caída en la inversión de maquinaria, un dólar fuerte y una débil demanda global. Desde el tercer trimestre del año pasado, todos los indicadores manufactureros regionales, a excepción del de la Fed de Richmond, han mostrado una contracción de la actividad. En su lectura de marzo, el indicador Empire State de la Fed de Nueva York registró su primera lectura positiva desde el pasado mes de julio.
Aún así, las manufacturas han sufrido un importante revés en las regiones relacionadas con la industria energética, como los distritos de la Fed de Dallas y Kansas City, donde las petroleras y exploradoras han recortado sensiblemente su inversión en maquinaria y otras operaciones. "Pese a que el crudo ha repuntado por encima de los 35 dólares el barril, necesitaremos que el precio siga subiendo para reanudar las operaciones de exploración", reconoce el economista de Moody´s Analytics, Steven Cochrane.
Pese a la recesión registrada en cuatro estados y el parón en otros tres, Cochrane se mantien optimista y considera que las economías regionales "seguirán expandiéndose". "Fuera de los estados relacionados con el sector energético o los dependientes de las exportaciones de maquinaria industrial, las previsiones para ese año y el que viene son bastante buenas", explica. Aún así, las exportaciones a Europa, concentradas en el Noreste y el Medio Oeste del país, podrían verse afectadas por el fortalecimiento de dólar y la devaluación del euro, a medida que las últimas medidas implantadas por el Banco Central Europeo comienzan a surtir efecto.
La construcción se perfila como un importante pilar para las economías regionales, especialmente en la Costa Oeste, donde la construcción de viviendas unifamiliares se acelera, como demuestran los patrones demográficos y el mercado laboral de la región. Aún así, existen posibles riesgos en el horizonte. Los presupuestos podrían sufrir recortes inesperados en el Noreste y en California, donde los ingresos fiscales cuentan con una amplia exposición a la marcha de los servicios financieros.
El posible parón de la economía global, lastrada por los mercados emergentes, podría tener impacto en la industria aeroespacial, algo que lastraría la actividad en fábricas de ensamblaje en el Noroeste del país y en Charleston, así como en proveedores de piezas en Ohio y en el Noreste del país. A su vez el fortalecimiento del dólar, cuya apreciación seguirá presente si la Fed decide subir tipos a partir de junio, jugará un efecto positivo en la actividad de los puertos y en la industria del transporte. A medida que el gasto del consumidor se acelera, los volúmentes de las importaciones aumentarán y la actividad portuaria crecerá, especialmente en el sureste del país.
