
La economía de la eurozona creció el 0,3 por ciento en el último trimestre de 2015, idéntica tasa que en el trimestre precedente, lo que significa un estancamiento del ritmo de avance de los diecinueve países miembros de la moneda única. La débil expansión de Alemania (alza del PIB del 0,3 por ciento intertrimestral) respondió a las previsiones de los analistas, mientras que Francia (creció el 0,2 por ciento) y, sobre todo, Italia (nimio aumento del PIB del 0,1 por ciento) decepcionaron las expectativas, añadiendo de paso preocupación sobre la ralentización del continente.
España, con un robusto crecimiento del Producto Interior Bruto del 0,8 por ciento en el cuarto trimestre de 2015, es la única gran potencia europea que avanza con brío, muy superior tanto al de la media del euro como de la Unión Europea en su conjunto. Más en concreto: las estadísticas publicadas ayer por Eurostat acreditan que nuestro país exhibe la tercera mayor tasa de avance económico al cierre de 2015, además de haber progresado en el conjunto del pasado ejercicio el 3,2 por ciento (cifras facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística), frente al 1,5 por ciento de avance del PIB en la eurozona y del 1,8 por ciento en la UE.
La recesión atrapa a Grecia y a Finlandia, que caen el 0,6% y 0,1%
La economía griega volvió a entrar en recesión a finales de 2015, tras un año de turbulencias marcado por la negociación del tercer rescate y, sobre todo, por el corralito. De hecho, el país heleno se contrajo el 1,9 por ciento interanual entre octubre y diciembre y encadena ya dos trimestres consecutivos en negativo, con retrocesos del -0,6 y del -1,4 por ciento, respectivamente, en los dos últimos cuartos del ejercicio pasado.
No todo es negativo, sin embargo, ya que, según las cifras publicadas ayer por la agencia estadística comunitaria, Atenas logró ralentizar el ritmo de caída de su economía en los meses finales del año.
Por su parte, el Producto Interior Bruto de Finlandia también hace aguas, como demuestra su segunda caída consecutiva en tasa intertrimestral: el -0,1 y -0,6 por ciento, que sume a la república escandinava en situación de recesión técnica, si bien (al igual que Grecia) a finales de 2015 consiguió aminorar el retroceso.
La atonía industrial y exportadora de las 3 potencias, fuerte lastre
La Alemania de la canciller Angela Merkel, que representa casi la tercera parte del PIB de la eurozona, creció un ligero el 0,3 por ciento en el último trimestre de 2015, en línea con el dato anterior. Este hecho, unido a la desaceleración de la segunda potencia del bloque, Francia, y a la extrema debilidad de Italia, son determinantes para explicar la atonía del crecimiento europeo en su conjunto, pese a que 2015 fue un año en el que los vientos de cola soplaron con fuerza en todo el continente.
No obstante, el débil repunte de la industria manufacturera en las tres potencias citadas, así como un menor brío del esperado en las exportaciones extracomunitarias, ejercen de lastre a una recuperación más vigorosa.
?El dato del PIB europeo es preocupante ya que el frenazo está concentrado en la inversión, que es al fin y al cabo lo que genera el crecimiento económico a largo plazo. Esto se produce por la ralentización en la industria alemana, muy dependiente de Estados Unidos y también de China, donde las empresas alemanas prefieren trasladar algunos de sus centros de producción?, explica el economista, investigador de la Universidad de Essex, Javier Santacruz.
Dudas sobre la eficacia del paraguas del Banco Central Europeo
Todas las miradas se dirigen hacia el Banco Central Europeo (BCE) y las medidas de estímulo que su presidente, Mario Draghi, puede inyectar para revitalizar la recuperación. No obstante, algunos expertos, como el profesor del IEB Miguel Ángel Bernal, temen que el BCE llegue tarde y haya perdido ?la capacidad de sorpresa y empuje que la política monetaria tiene?. Además, este economista advierte de que las medidas monetarias sin una política fiscal adecuada ?no son capaces de movernos de donde estamos. En esa política presupuestaria o fiscal desde Bruselas se tiene una visión muy restrictiva?.
Por otra parte, los expertos han alertado de forma reiterada de que una vuelta de tuerca adicional por parte del BCE complica la actuación de los bancos y entidades de crédito, lo que a su vez dificulta que la economía real se beneficie de los estímulos monetarios.
Holanda y Bélgica aceleran y Portugal logra volver al crecimiento
Holanda aceleró su expansión a finales de 2015, con un repunte económico del 0,3 por ciento, desde el previo 0,1 por ciento que registraba a finales de septiembre. Otro país que mejoró su ritmo de avance fue Bélgica, que cerró el cuarto trimestre con un alza del 0,3 por ciento del PIB, es decir, una décima más que en el período anterior. Por su parte, Portugal consiguió retornar a la senda del crecimiento, con un leve pero significativo aumento del PIB del 0,2 por ciento, con lo que supera el nulo avance registrado en septiembre.
El Este se expande a mayor ritmo que el corazón de la eurozona
Estonia, Rumanía y Polonia fueron los Estados europeos con mayor brío económico al cierre de 2015, con tasas trimestrales de expansión del PIB del 1,2, 1,1 y 1,1 por ciento, respectivamente. También Hungría y Eslovaquia muestran sendos robustos avances del 1 por ciento en tasa trimestral.
En la parte baja del ránking (aparte de Grecia y Dinamarca, que están en recesión) se sitúa Austria, que lleva dos trimestres consecutivos con crecimiento cero. Además, hay ocho países de los cuales la oficina estadística no proporciona datos correspondientes al cuarto trimestre de 2015, y entre ellos figura Dinamarca, que durante el tercer trimestre del pasado año ya se contrajo el 0,4 por ciento. Ello implica que, de experimentar un nuevo trimestre de retroceso del PIB, caería en la recesión técnica.
España bate a la UE también en la tasa de crecimiento interanual
Al cierre de 2015, y en comparación con el cuarto trimestre de 2014, la zona euro experimentó un crecimiento del 1,5 por ciento, esto es, una décima menos que en el trimestre anterior. También se ralentizó la tasa intenanual de avance en el conjunto de la UE: el 1,8 por ciento frente al 1,9 por ciento.
Por lo tanto, España, con una tasa interanual de progreso del PIB del 3,5 por ciento según certifica Eurostat, bate de nuevo el ritmo medio de avance tanto de la eurozona como de los Veintiocho.
La desaceleración del crecimiento en Europa no es una realidad aislada, de hecho, las dudas sobre las cifras macroeconómicas de China, la anunciada ralentización de los mercados emergentes, junto con la subida de tipos de la Fed y las dudas sobre el vigor de Estados Unidos, avivan los temores a una recaída en la crisis mundial.
En el caso de Europa, las últimas cifras muestran que el avance del PIB está lejos tanto de máximos positivos como negativos. Así, la tasa de crecimiento medio de la zona euro ha sido del 0,36 por ciento desde 1995 hasta 2015, alcanzando su nivel récord en el 1,2 por ciento que experimentó en el segundo trimestre de 1997. La peor cifra de avance del PIB de la eurozona se registró en el primer cuarto de 2009, cuando retrocedió el -3 por ciento.
La producción industrial de los Diecinueve disminuye el 1%
Prueba del freno europeo es asimismo la desaceleración de la producción industrial en la zona euro, que en diciembre pasado cayó el 1 por ciento en relación al mes anterior (cuando había bajado el 0,5 por ciento), lo que supone la mayor caída mensual de este dato desde agosto de 2014, según especifica Eurostat.