
El éxodo masivo de refugiados hacia la Eurozona podría tener efectos positivos sobre la economía a corto plazo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). La institución determina que las más de 995.000 peticiones de asilo registradas en los 10 primeros meses del año pasado deberían traducirse en un "modesto incremento del PIB", a medida que los Gobiernos aumentan el gasto en acoger a los recién llegados y el mercado laboral se beneficia de nueva mano de obra.
En países como España, estas conclusiones no surten efecto, dado que el nivel de paro sigue siendo uno de los más elevados de la eurozona, sin embargo, para países como Austria, Alemania y Suecia, los que más refugiados acogen, el impacto económico positivo será mucho mayor.
"Con una elevada tasa de desempleo, la integración de los refugiados podría tomar cierto tiempo", apunta el informe presentado por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en Davos.
Aun así, el efecto bálsamo se dejará notar en el conjunto de la UE, donde la llegada de refugiados y las peticiones de asilo impulsarán el PIB en un 0,09% este año y en un 0,13% en 2017. En casos particulares como Austria o Suecia, el impulso será del 0,5% y del 0,4% el año que viene.
Dependerá de la integración laboral
Desde Washington consideran que el impacto a largo plazo podría ser mucho mayor, dependiendo de la integración laboral. Si se asume un proceso sin problemas, el PIB del euro podría crecer hasta un 0,25% en 2020. De nuevo, Alemania, Austria y Suecia serían las más beneficiadas, con un impulso de entre medio punto y un punto.
Beneficios aparte, entre las medidas para "liberalizar el mercado laboral europeo para integrar a los refugiados", el documento del FMI recoge una controvertida recomendación a los países que acogen las mayores cuotas: hacer "excepciones temporales al salario mínimo" para facilitar la entrada de los refugiados al mercado laboral.
División en Alemania
Mientras, en Alemania continúan las divisiones en el partido de Angela Merkel. El miércoles, 44 diputados de CDU presentaban una carta a la canciller para reclamar un cambio de su política migratoria. Se estima que ha sido suscrita por 100 parlamentarios de su grupo, lo que supondría un tercio de los asientos del Partido Democristiano alemán en el Parlamento.
La prensa lo ha calificado de "rebelión" en las filas de Merkel y se espera que el partido se reúna para abordar la crisis. Los diputados, entre los que se encuentra CSU, su partido hermano bávaro y principal opositor a la política de acogida que se ha practicado, piden que no se acoja a más de 200.000 personas por año.
Esta semana, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, vicepresidente germano, declaró que "hay que reducir la tasa de refugiados para que se produzca una verdadera integración". Y avisó a países como Argelia o Marruecos bajo amenaza de reducir los fondos que les destina Alemania si no se comprometen a acoger a refugiados.