Economía

Reino Unido, ante su año más "desafiante" desde 2008

  • El ministro del Tesoro endurece el tono y habla de "riesgos"

George Osborne desconfía de la "insidiosa complacencia" que se ha instalado en torno a la mejora de la economía británica y ha advertido de que 2016 va a ser uno de los años más desafiantes desde la crisis financiera.

El ministro del Tesoro ha recordado que Reino Unido no es "inmune" a la ralentización global, especialmente ante el cocktail de amenazas procedentes del exterior. La batería de riesgos incluye desde el empeoramiento de la coyuntura en China, a las dificultades de los BRIC, la caída de valor de las materias primas yla creciente tensión en Oriente Próximo, acuciada por el conflicto entre Arabia Saudí e Irán, dos grandes productores de petróleo.

No obstante, el ministro admite que, en casa, también hay notables sombras que acechan a la economía: "como país, no hemos abolido todavía el ciclo de altibajos" entre booms de crecimiento y colapsos que habían venido definiendo la evolución doméstica.

Cambio de discurso

Como consecuencia, Osborne ha optado por un giro de estrategia destinado a poner fin al exceso de "complacencia" que él mismo había incentivado hace apenas un mes en su última intervención financiera de alto nivel, el Discurso de Otoño.

Si a principios de diciembre avanzaba un panorama de "crecimiento rápido", donde el erario contaba con una salud más robusta de lo esperado, ahora, consciente de las "decisiones difíciles" que tendrá que "explicar a la ciudadanía", ha juzgado necesario subrayar que "los tiempos difíciles no han pasado aún".

El ministro aprovechó un encuentro con empresarios en Cardiff para intentar provocar un cambio de tono ante una legislatura en la que no sólo está obligado a apuntalar la recuperación, sino a garantizar el prometido superávit. Por ello, cree prudente intervenir ante el "resurgimiento de los viejos hábitos que llevaron a Reino Unido al desastre".

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