
En un momento en el que se pensaba que el consumidor estadounidense había sido víctima de un somnífero letargo, la ventas minoristas registraron en noviembre un incremento del 0,2 por ciento, su mejor lectura desde el mes de julio. Una cifra que cobra aún más fuerza si dejamos de lado la venta de gasolina y automóviles, factores que al ser eliminados indicaron una subida del 0,5 por ciento para las ventas de productos electrónicos, alimentos, ropa y restaurantes.
Dicho esto, en un momento en que el crudo sigue en mínimos de siete años -el Brent y el Texas cotizan por debajo de los 40 dólares-, las ventas de gasolina cayeron el mes pasado un 0,8 por ciento, dado el abaratamiento en los precios de la energia. El despacho de hidrocarburos en las gasolineras estadounidenses lleva en terreno negativo desde el pasado mes de julio. ?Esperamos que las ventas minoristas estas navidades crezcan un 3,4 por ciento, no es un crecimiento tan robusto como el año pasado, pero es un avance sólido?, explica Chris G. Christopher, director de Economía de Consumo de la consultora IHS Global Insight.
Otro incremento imprevisto
Al mismo tiempo, ayer también conocimos como los precios de producción registraron un incremento inesperado en noviembre, cuando avanzaron un 0,3 por ciento, acumulando una caída anual del 1,1 por ciento, según informó el Departamento de Trabajo.
Según señalan los expertos, la inflación entre los productores estadounidenses seguirá siendo débil después de haber conocido esta semana como los precios de importación cayeron el pasado mes por novena vez en lo que llevamos de 2015.
Aún así, los últimos datos servidos en bandeja antes de la reunión de política monetaria de la Reserva Federal, que se celebrará el 15 y el 16 de diciembre, siguen apoyando la posibilidad de una subida de 25 puntos básicos, la primera desde el año 2006, mucho antes de que la quiebra de Lehmann Brothers situara a Estados Unidos y Europa en la peor recesión que se recuerda en décadas. En estos momentos, el 81,4 por ciento del mercado descuenta ya el inicio del encarecimiento del dinero a este lado del Atlántico, con las consecuencias que ello puede tener sobre las economías emergentes y la siempre peligrosa China.
Antes de cerrar la semana, la Universidad de Michigan publicó su indicador preliminar de Confianza del Consumidor para el mes de diciembre, que se situó en los 91,8 puntos mejorando la lectura anterior pero ligeramente por debajo de lo que esperaba el consenso de los analistas.
El estudio mostró "una fuerza persistente" en los planes de compra y en la situación financiera de los individuos encuestados pero atisbó cierto pesimismo sobre las perspectiva económicas para el año que viene.