
Cantaba el grupo gallego Los Piratas que hay promesas que no valen nada y eso podríamos pensar todos si echamos un vistazo a los antiguos programas electorales. En esta campaña, parece que todo vuelve a centrarse en el empleo, los impuestos y la corrupción. El resto de temas pasa a ser secundario, incluso algunos de los que llenaron las portadas de los periódicos en anteriores campañas. Especial Elecciones Generales.
Es el caso de la vivienda. Si en la campaña de 2011, y, sobre todo, en la de 2008, los partidos pujaban por ver quién ayudaba más a emanciparse a los jóvenes y comprar o alquilar un piso, en los programas de 2015, las menciones sobre el tema se reducen a alguna deducción y diversas fórmulas de dación en pago. Pero hace años, la vivienda era un problema serio y todos prometían hacerla más accesible, bien para comprar, bien para alquilar. Créditos ICO, hipotecas jóvenes y todo tipo de deducciones para la compra y para el alquiler llenaban las páginas de los programas.
Y dentro de este mismo asunto, había un aspecto que parecía preocupar más a los partidos: la emancipación juvenil. Hoy, las intenciones de ayudar a la independización de los jóvenes ha pasado a mejor vida. A pesar de que siguen retrasando la salida de casa de sus padres, hay muy pocas propuestas que fomenten su independización. Las ayudas al alquiler, desde la eliminación de las desgravaciones en el IRPF desde comienzo de año, son recuperadas por algunos partidos, como el PSOE, pero con menos convicción y publicidad que en anteriores campañas.
Financiarse fuera de la banca
Lo mismo ocurre con la financiación no bancaria. La campaña de 2011 vino marcada por los mayores estragos de la crisis europea. En los días previos a las elecciones del 20 de noviembre, la Unión Europea forzó la caída de Berlusconi y también obligó al gobierno griego de Papandreu a retirar un referéndum sobre los recortes. En ese contexto, y con los mercados casi cerrados para la banca española, buscar vías alternativas de financiación era clave para los partidos: mercados alternativos (MAB, MARF) y otras opciones aparecían en los programas.
Hoy, con la banca mucho más saneada y los mercados reabiertos, pocos se acuerdan de estas vías. Algunos partidos intentan incentivar el crowdfunding pero apenas hay medidas para hacer que las empresas españolas no estén entre las más dependientes del crédito bancario de Europa.
En el mismo sentido, una de las propuestas estrella del PP en 2011, la creación de una agencia financiera para gestionar las ayudas públicas a las empresas, también ha quedado en papel mojado. En los programas de ahora, hay alguna referencia al papel del Instituto de Crédito Oficial, salvo para Podemos, queda reducido a dar más financiación a las pequeñas y medianas empresas. Ahora, los partidos se centran en ayudar a los que ya son emprendedores con rebajas de cuotas y facilidades de pago.
Privatizaciones, precios y RSC
Otro de los temas de los que se habló mucho en 2011 y ahora se ha olvidado es el de las televisiones autonómicas. Rajoy llegó a proponer un control de su deuda e, incluso, se habló de la privatización de algunas de las cadenas. Hoy, cuatro años después, salvo Canal 9, todas siguen funcionando más o menos igual que lo hacían entonces y ninguna se ha privatizado.
En el plano empresarial, una de las perdedoras de la crisis, es la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Sobre todo en 2008, los programas de los partidos repetían estas siglas a lo largo de varias páginas. No bastaba con tener empresas líderes en su sector, también tenían que ser socialmente responsables. Hoy pocos hablan de la RSC más que de pasada.
En 2008, otro de los temas que quitaba el sueño a los españoles eran los precios. El IPC rondaba entonces el 4% anual y todos los precios se desbocaban. En ese contexto, tanto PP como PSOE se comprometían a incrementar el papel de los reguladores para evitar fuertes subidas de precios e, incluso, Rajoy, en su segunda campaña electoral, prometió crear una Oficina de Seguimiento de los Precios para evitar encarecimientos injustificados. Hoy, con el IPC en tasas negativas, la preocupación por los precios es prácticamente inexistente.
Ya no hay que racionalizar
La racionalización de las Administraciones Públicas, que tanto dio que hablar en la campaña de 2011, hoy sólo aparece en el programa de Ciudadanos, que considera insuficiente las medidas adoptadas en los últimos cuatro años. En 2011, hasta Rubalcaba se mostró partidario de suprimir las diputaciones, aunque su partido ahora ha prometido mantenerlas.
El resto de partidos, lejos de reducir el entramado del sector público español, se centra en agrandarlo: Podemos promete en su programa varias vicepresidencias, ministerios y secretarías de Estado y tanto PP como PSOE prometen mantener, como mínimo, el statu quo actual.
Migraciones
También han cambiado enormemente las propuestas de los partidos respecto a las migraciones. En 2008, cuando España era un país receptor de inmigración, las propuestas se centraban en fomentar la integración de los extranjeros. Pocos meses después, el inicio de la crisis económica llevó al Gobierno a proponer ayudas para el retorno voluntario de inmigrantes en paro.
Hoy, con España "exportando" más personas de las que "importa", la prioridad ha cambiado radicalmente. Los programas de 2015 se centran en recuperar el talento perdido, los jóvenes formados que se han ido al extranjero para capear la falta de trabajo en España.
Fuera de la economía, hay otros asuntos que en otras campañas también fueron de importancia y esta vez apenas han generado polémica: la independencia del poder judicial (la única propuesta que ha abierto portadas es la de Ciudadanos de eliminar el CGPJ). Tampoco se ha hablado del matrimonio homosexual después de que el TC avalase la ley y el PP decidiera mantenerla. Y lo mismo ocurre con el aborto, que fue una de las grandes promesas de Rajoy en 2011 y este año ningún partido prevé hacer cambios tras los retoques legales del PP de este año.