Economía

¿Estaría mejor Finlandia fuera del euro? España, Irlanda o Suecia tienen la respuesta

  • Finlandia lleva varios años en recesión y con un desempleo al alza

Finlandia ha pasado de ser un país 'modelo' a ser uno de los 'enfermos' de la Eurozona. Mientras que la mayor parte de los países euro se encuentran registrando tasas de crecimiento positivas, descensos del desempleo y se acercan al equilibrio fiscal, Finlandia se encuentra en una situación inversa. De este modo, en el país nórdico ha surgido un movimiento que culpa al euro de la situación, sin embargo, algunos datos dejan entrever que la divisa única ha tenido poco que ver con la congelación de la economía finlandesa. Las reformas y la flexibilidad muestran el camino.

Según publica Simon Nixon en The Wall Street Journal sería demasiado fácil y falso culpar al euro de los problemas que tiene Finlandia. Se puede hacer un importante recuento de factores por los que la economía finlandesa no arranca y en los que el euro ha tenido poco que ver. El primero de todos se llama Nokia, la empresa con más empleados del país. Por otro lado, el desplome de las materias primas y con ellas el papel está afectando a otro de los grandes sectores de Finlandia, la industria maderera. 

Por si los problemas internos fueran pocos, el principal socio comercial de Helsinki, Rusia, está vivienda una crisis importante como consecuencia del desplome del precio del petróleo y el gas. Esta situación se ha agravado con las sanciones impuestas por parte de la Unión Europea, que han dañado la economía rusa, pero también y mucho la de Finlandia.

Todos estos factores se han comido un tercio de las exportaciones finlandesas si se comparan con 2008. Ahora, un país que desde la década de los 90 llevaba presentando fuertes superávits por cuenta corriente está incurriendo en déficits constantes. 

Si Finlandia no estuviera en el euro

Si Helsinki no hubiera entrado en el euro, el banco central del país podría haber implementado una política monetaria dirigida a devaluar su divisa tal y como hicieron el Reino Unido o Suecia. Sin embargo, Finlandia se ha tenido que enfrentar a una dolorosa devaluación interna (moderación de salarios y beneficios distribuidos) para lograr que los bienes producidos en el país siguieran siendo competitivos. 

Sin embargo, cada vez parece más claro que el tipo de cambio está perdiendo importancia. Las cadenas de valor globales (cada parte de bien final se fabrica en un país diferente) hace menos relevante valor de la divisa del país que termina exportando el bien final. Además, no estar en el euro tampoco hubiera evitando el desastre de Nokia, el desplome de las materias primas o la recesión que vive Rusia. 

Más reformas y menos divisa

Por otro lado, como explica Nixon, hoy dos de las economías que más crecen en Europa pertenecen al euro. España e Irlanda han demostrado que con reformas internas se puede volver a crecer y a exportar. Esto deja entrever que el problema de Finlandia estos años ha sido la 'comodidad' y el enquistamiento de un sistema poco flexible y caro. El gasto público del país es del 59% sobre el PIB mientras que ingresan un 56%. Su mercado laboral es uno de los más rígidos del mundo. Los costes laborales son hoy en un Finlandia un 20% superiores a los de Alemania.

Es cierto que Suecia tiene el control de su divisa, pero también lo es que este Estocolmo ha hecho grandes reformas para mejor su competitividad, ha reducido el gasto público desde el 60% del PIB al 50%, además de reducir tipo marginal del IRPF del 85% al 56% desde la década de los 80 hasta hoy, una forma de atraer talento. El éxito de Suecia se debe más a las reformas encaminadas a flexibilizar sus mercados que a la devaluación de la corona. 

Sin embargo, Finlandia sigue 'atrapada' en una maraña de regulaciones obsoletas, en un sistema de beneficios sociales muy generoso. Además, la población en edad de trabajar está reduciéndose ante el rápido envejecimiento de la población. 

A pesar de todo, el actual Gobierno de Finlandia ha tomado nota de lo ocurrido y ha comenzado a plantear las reformas laborales y fiscales que necesita el país. Tal y como ha señalado Alexander Stubb, ministro de Finanzas de Finlandia, la austeridad y las reformas son las que devolverán el crecimiento a Finlandia.

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