
El patinazo de la Comisión Europea en su veredicto sobre el Presupuesto español ha vuelto a exponer la descoordinación de su cúpula. Además, alarga la agonía del Gobierno español, al que le convendría pasar el trago antes de que arranque la campaña.
El Ejecutivo comunitario no ha ofrecido más explicaciones sobre el cambio de decisión, más allá de argumentar que es una Comisión "política". Al ser preguntado si su presidente, Jean-Claude Juncker había discutido el tema con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su portavoz Margaritis Schinas se limitó a responder que el luxemburgués está en "contacto permanente" con todos los líderes de la UE. Fuentes comunitarias no quisieron ni confirmar ni desmentir que ambos dirigentes, o sus equipos, discutieran el asunto en los últimos días.
Schinas dijo ayer que "aún se está discutiendo sobre los tiempos" de la publicación de la opinión. Pero si el vicepresidente de la institución, Valdis Dombrovskis, dijo la víspera que la decisión sería "cuestión de un par de días", Schinas señaló ayer que será "en un futuro próximo", para recordar a continuación que la próxima reunión del colegio de comisarios es el próximo miércoles.
Análisis del borrador
La Comisión reiteró que el análisis del borrador enviado por el Gobierno requiere más tiempo. Los técnicos de la Comisión señalaron la semana pasada a este diario que no comulgaban con el optimismo del Gobierno y tenían dudas sobre las cuentas de España para el año que viene. En la mira comunitaria está la gestión realizada por las autonomías y su transparencia, así como el gasto en partidas como sanidad.
Los servicios comunitarios no han concluido las tres oleadas de recogidas de datos que se realizan a cada país antes de presentar las previsiones, que se actualizarán el 5 de noviembre. Indican que llevan un mes observando los indicadores económicos para España por lo que sus previsiones cuentan con la información más actualizada. En el aire está si Bruselas rebajará el agujero de tres décimas para este año y siete para el que viene que detecta entre las previsiones suyas y las de Madrid, y que implica nuevas medidas.
El traspiés de la Comisión llega justo cuando Europa se mueve a tientas en todos los retos que enfrenta: la crisis de los refugiados, la aún latente crisis del euro, el escándalo de Volkswagen o los riesgos de fractura de Cataluña o Reino Unido. Para todos ellos, el Rey Felipe VI coincidió ayer con los líderes de Alemania y Francia, Angela Merkel y Francois Hollande en reclamar "más Europa", en sus intervenciones ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Con la mirada puesta en Cataluña, Felipe VI recordó que "Europa se ha construido sobre la voluntad de sumar y no de restar, de aunar y no dividir". Y en esta tarea de construir una Europa más fuerte, el Rey ofreció "la seguridad de poder contar con una España unida y orgullosa de su diversidad".