
El comercio de China, uno de los principales motores de su economía, profundizó su caída en agosto con una bajada del 9,7% interanual, un dato que, según los expertos, dibuja un panorama "sombrío" en la segunda potencia mundial. Las exportaciones chinas se han reducido, pero lo realmente llamativo ha sido el desplome de las importaciones, un claro signo de debilidad económica. Posiblemente, los ciudadanos chinos están perdiendo confianza en la economía y han comenzado a reducir su propensión al consumo y la inversión.
Tanto las ventas al exterior como las compras mostraron una tendencia a la baja el pasado mes e hicieron que la caída fuera superior en un 0,9% a la de julio, según los datos publicados hoy por la Administración General de Aduanas del país. Las exportaciones contabilizadas en yuanes se redujeron un 6,1% interanual, una bajada inferior, no obstante, si se compara con la de julio, del 8,9%. Mientras que si se contabilizan en dólares la caída ha sido el 5,5%.
Diez meses de caídas
El comportamiento de las importaciones fue peor con un hundimiento que llegó al 14,3%, muy por encima del descenso del 8,6% registrado en julio. Agosto marcó el décimo mes de declives consecutivos de las compras chinas al exterior. Si la contabilización es el dólares, el desplome ha sido del 13,8%.
Como resultado, el superávit comercial se expandió alrededor del 20% y acumuló un total de 368.000 millones de yuanes (57.786 millones de dólares, 51.787 millones de euros). "El comportamiento de las exportaciones es normal. Muchos empresarios ya han señalado que la situación económica no es buena, es difícil hacer negocios", comenta a Efe Meng Yuanxin, experto del Instituto chino Nuevo Continente. Sin embargo, el aumento del superávit comercial por un descenso de las importaciones (en lugar de por un aumento de las exportaciones) suele ser una clara señal de debilidad económica.
La tendencia bajista también se evidencia en el acumulado de enero a agosto, cuando, según los datos oficiales, el comercio exterior descendió un 7,7% interanual y registró unos intercambios por valor de 15,67 billones de yuanes (2,46 billones de dólares, 2,05 billones de euros), con un superávit comercial de 2,23 billones de yuanes (350.361 millones de dólares, 313.822 millones de euros).
En los ocho primeros meses del año, las ventas al exterior bajaron un 1,6% y acumularon 8,95 billones de yuanes (1,40 billones de dólares, 1,25 billones de euros), mientras que las compras de China al exterior se hundieron un 14,6% y sumaron 6,72 billones de yuanes (1,05 billones de dólares, 945.688 millones de euros).
Desde China se intenta restar importancia a estos datos. Según publica The Wall Street Journal, desde las autoridades del gigante asiático se argumenta que este descenso se debe en gran parte a que 2014 fue un año excepcionalmente bueno para las exportaciones, por lo que es normal que los datos interanuales presenten tasas de crecimiento negativas.
Europa y Japón
La débil demanda desde los principales mercados de Europa o Japón fue una de las claves de los datos negativos, según destacó por su parte el economista jefe del HSBC en China, Qu Hongbin. El comercio con la Unión Europea (UE), principal socio de China en este campo, cayó un 8,4% interanual en los primeros ocho meses del año, con las exportaciones bajando un 4,9% y las importaciones hasta un 13,7%.
La situación con Japón, quinto en la lista de socios comerciales de Pekín, no fue mejor, con un hundimiento de las exportaciones del 10,5% y de las importaciones del 11,6%. Aparte de la situación internacional, la falta de empuje de la demanda interna también es motivo de preocupación para el Gobierno chino.
Entre enero y agosto, las importaciones de crudo se redujeron un 39,9% interanual y las de mineral de hierro lo hicieron un 43,1%, según muestran los datos oficiales. Las cifras vuelven a evidenciar la desaceleración china y alimentan las preocupaciones sobre la estabilidad de la segunda economía más potente del mundo, después de un verano de vaivenes bursátiles -que el Gobierno da por finalizados- y de la inesperada devaluación del yuan, la moneda china, que hicieron tambalear los parqués de medio mundo.
La acción sobre el yuan fue vista por los analistas como un intento de las autoridades por impulsar sus ventas, si bien el analista Meng opina que puede no tener "mucho efecto". No obstante, el experto augura más medidas del Gobierno, poco después del anuncio del posible recorte de las tarifas al comercio exterior.
Sobre todo, los analistas, dicen, que están muy atentos a la reforma de las empresas estatales, en la que, en su opinión, se debe dar prioridad "al papel del mercado": "Si no, la economía seguirá empeorando", incide. El dato del comercio es el primero en llegar en una semana en la que también se publicará la inflación o la producción industrial de China.
Unos datos que se espera que sigan con la tendencia actual, enmarcados en ese "panorama sombrío" al que aluden los expertos que pone en riesgo el objetivo de crecimiento marcado por las autoridades para este año, en alrededor de un 7 %.