
El efecto de la ralentización de China llegará tarde o temprano a Alemania, que creció en el segundo trimestre un 0,4% respecto al trimestre anterior y un 1,8% interanual. Los principales motores del crecimiento de la economía alemana en el segundo trimestre fueron las exportaciones y el consumo, mientras que bajó la inversión en construcción.
Las exportaciones de Alemania a China no se han expandido en los tres últimos años con la rapidez que lo hicieron anteriormente. "Las empresas alemanas han logrado compensar este déficit con una demanda más fuerte de EEUU y el hecho de que Europa occidental ha emergido de su recesión", considera el economista jefe del banco alemán Commerzbank, Jörg Krämer.
Sin embargo, no se espera una aceleración del crecimiento económico en estas regiones por lo que cada vez será más difícil para las empresas alemanas compensar completamente en otros mercados la desaceleración económica de China, añade Krämer. Las exportaciones de las empresas alemanas a China representan un 6,5%, frente al 37% a la zona del euro y el 8,5% a EEUU.
Commerzbank prevé que Alemania crecerá un 1,8% este año pero observa riesgos a la baja para el 2016 por la ralentización de China.
El economista jefe para Alemania de UniCredit, Andreas Rees, que también pronostica un crecimiento cercano al 2% para este año, señala que "ni la ralentización del crecimiento chino, ni los acontecimientos en Grecia desconcentrarán a las empresas alemanas".
Exportaciones a Europa y EEUU
En el segundo trimestre de este año las exportaciones reales de Alemania subieron un 3% frente al trimestre anterior, el mayor incremento desde los últimos cinco años, al que la zona del euro contribuyó con 1 punto porcentual y EEUU con otros 0,7 puntos porcentuales.
Sin embargo las exportaciones a China cayeron 0,3 puntos porcentuales, según cifras del banco italiano UniCredit, que no niega que la ralentización de China ya tenga un efecto en los negocios de las empresas alemanas, prevé que la presión se incrementará en la segunda mitad del año pero no ve motivo para el miedo.
Algunos indicadores económicos débiles y la caída de las bolsas chinas han creado escepticismo sobre si China logrará el objetivo de crecimiento del 7% establecido por el gobierno.
Un modelo de simulación del Bundesbank (central) calcula que si el crecimiento del PIB de China fuera 2,3 puntos porcentuales más bajo que el escenario base, el crecimiento del PIB de Alemania sería 0,3 puntos porcentuales menor y el de la zona del euro 0,2 puntos porcentuales menor.
Devaluación del yuan
El Banco Popular de China (central) decidió la semana pasada ajustar el tipo de cambio del yuan frente al dólar a la cotización de cierre del día anterior, lo que desencadenó una depreciación del 5% en tres días y fuertes bajadas en las bolsas internacionales.
Sin embargo, en general, los analistas han valorado este paso porque permitirá que el yuan o renminbi refleje las condiciones del mercado.
El Dax 30 de Fráncfort cayó la semana pasada un 4,5% por el temor a que las empresas alemanas, especialmente del sector automovilístico, vayan a tener más dificultades para vender en China.
Ventas de automóviles
Las ventas de automóviles crecieron entre 2000 y 2014 en China una media del 27,5% anual y desde 2013 llegaron a superar el nivel de EEUU pero desde hace unos meses se perfila el final de esta fuerte dinámica, escriben los analistas de Deutsche Bank.
De hecho las ventas de automóviles cayeron en China entre mayo y julio un 1,3% respecto a los mismos meses del año pasado. La tasa de crecimiento media de la demanda de automóviles en China podría caer en los próximos años y llegar a niveles de una cifra de un dígito, niveles más próximos a la normalidad.
La caída de la demanda y el aumento de las capacidades de producción en China generará un incremento de la presión sobre los precios en el mercado automovilístico chino, algo de lo que no se podrán librar por completo los fabricantes alemanes del segmento de lujo, añaden los expertos de Deutsche Bank.
La reciente depreciación del yuan genera preocupación porque los vehículos importados en China serán más caros, lo que a su vez creará ajustes de precios a la baja, incrementará la competitividad y reducirá el margen de rentabilidad medio por vehículo vendido.
China va a seguir siendo los próximos años el mercado automovilístico más importante del mundo, según sus ventas, pero ya no va a alcanzar la dinámica de crecimiento de los últimos 15 años, prevé Deutsche Bank.