
La volatilidad y los vaivenes bursátiles que han azuzado las bolsas de China hacen dudar al Fondo Monetario Internacional sobre la capacidad del gobierno de Pekín de mantenerse al margen de lo que ocurra en sus mercados y garantizar que los inversores tengan disposición de entrar o abandonar sus inversiones libremente. ¿Y si el FMI acepta al yuan en su cesta de divisas?
Al menos dicha preocupación fue puesta de manifiesto el pasado mes por el Fondo durante una reunión mantenida con miembros del gobierno chino en Pekín para debatir la posibilidad de incluir al yuan en su cesta de divisas, según adelantó Reuters. De un tiempo a esta parte, el ejecutivo chino presiona a la entidad capitaneada por Christine Lagarde para que su divisa entre a formar parte de las monedas de reserva que sirven de referencia para calcular el precio del SDR, la divisa virtual que utiliza la institución.
Si en otras ocasiones era el valor del yuan lo que preocupaba al Fondo, factor al que los técnicos de la institución no han hecho referencia explícita, los funcionarios del organismo se preguntan si el gobierno chino podrá garantizar los niveles de transparencia exigidos a las divisas que componen su SDR. Entre ellos destaca que la moneda sea "de uso libre", un criterio que el secretario del Tesoro, Jack Lew, considera que el gigante asiático no ha conseguido todavía.
Debacle desde junio
Desde los máximos alcanzados a mediados de junio, la renta variable de China ha asistido a una debacle que el ex economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, llegó a tildar como la explosión "en parte" de una burbuja. Para poner freno a la caída libre, Pekín ha impuesto medidas intervencionistas que prohiben a sus inversores deshacer posiciones en muchas de las compañías en las que invierten, entre otros requisitos.
Aunque el Fondo es consciente de que los mercados de capital chinos todavía distan del libre mercado occidental, sus funcionarios han pedido al gobierno que mejore la transparencia de sus mercados financieros, antes de la próxima que el FMI hará de su cesta de divisas el próximo otoño, un hecho que se produce cada cinco años. El FMI teme que tras los acontecimiento de las últimas semanas, el ejecutivo chino se olvide de las reformas necesarias de sus mercados financieros.