
Los legisladores griegos se preparan para votar este miércoles el paquete de medidas y reformas demandado por sus acreedores a cambio de un tercer rescate. Ayer mismo, en la TV pública, el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, defendió el acuerdo que firmó, diciendo que era mejor que la alternativa de abandonar la zona euro.
Asumiendo que los legisladores griegos apoyarán las duras reformas para cumplir con los términos y lograr que el país acceda a un tercer rescate, el Parlamento alemán tendrá una sesión especial el viernes para debatir si autoriza al Gobierno a iniciar negociaciones para un nuevo préstamo.
También el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha anunciado este miércoles su intención de someter a debate y votación en el Pleno del Congreso del nuevo programa de rescate de Grecia al que lleguen las instituciones comunitarias.
Syriza y su aliado de la coalición se han reunido esta semana para prepararse para los debates en el Parlamento sobre las leyes, que incluyen planes de alzas de impuestos, reformas a las pensiones y una mayor supervisión de las finanzas del Gobierno.
Un sondeo en el diario To Vima mostró que más del 70% de los griegos cree que no había alternativa a un acuerdo y que el Parlamento debería aprobarlo.
Tras haber evitado un colapso financiero con un nuevo acuerdo, Tsipras tiene menos de 48 horas para aplacar la oposición de izquierdistas de línea dura y aprobar medidas más severas que las rechazadas en un referendo hace unos días.
Un funcionario griego descartó la posibilidad de que Tsipras vaya a dimitir y agregó que el primer ministro probablemente llevaría adelante una purga en su gabinete tras la votación del Parlamento.
"Lo peor que puede hacer un capitán es abandonar el barco durante una tormenta", sostuvo ayer Tsipras, quien no dio indicios explícitos de planes para un cambio de gabinete y solamente destacó que su prioridad es restaurar la estabilidad y que los temas partidarios pueden esperar.
Se trata de un giro espectacular para Syriza, que llegó al poder en enero con la promesa de poner fin a años de recortes fiscales y a la recesión en un país donde un cuarto de la fuerza laboral se encuentra desempleada.
Tras comparar el desafío que enfrenta el Gobierno con el nudo gordiano que según la mitología era imposible de desatar, el ministro del Interior Nikos Voutsis dijo que confía en que Tsipras podrá obtener los votos suficientes en el Parlamento.
El partido más pequeño de la coalición prometió apoyar al Gobierno, aunque dijo que votaría sólo por los términos del rescate acordados antes de la cumbre del fin de semana pasado en Bruselas, que son menos severos.
"Nos hemos comprometido a votar por lo que hemos decidido en el consejo de líderes políticos, y sólo eso, no se nos impondrán otras medidas", dijo a periodistas Panos Kammenos, jefe del partido Griegos Independientes, de tendencia derechista.
Kammenos y un portavoz parlamentario de Syriza se manifestaron contra lo que describieron como un "golpe de Estado" de los acreedores para forzar a Grecia a aplicar dolorosas reformas, mientras que los opositores a las nuevas medidas planeaban protestas para los próximos días.
Otro obstáculo podría ser la presidenta del Parlamento, Zoe Constantopoulou, una figura clave para la logística de la votación y una de las críticas más feroces ante los acreedores. Tsipras podría arriesgarse a sacarla de su puesto a través de una moción de censura, aunque esta estrategia le supondría perder un tiempo valioso y capital político para preparar otros proyectos de reformas.