
Hace no mucho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguraba que Grecia era "el peor cliente" que había tenido nunca. Un repaso a la historia de aquellos que han impagado a la institución sugiere que puede ser verdad, y colocaría al gobierno de Alexis Tsipras en el mismo lugar que Fidel Castro, Pol Pot o Robert Mugabe.
Mientras continúan las negociaciones entre Grecia y la troika para extender el rescate y evitar así el impago, Bloomberg ha recogido los casos de países que no han podido (o querido) hacer frente a su deuda con la institución monetaria en sus siete décadas de existencia.
Sudán, Somalia, Zimbabue, Honduras, Cuba y Camboya. Una lista a la que podría añadirse Grecia, que además lo haría de manera insólita: se trataría del primer país que realizaría un impago sin estar inmerso en una guerra, en una revolución o en un caso de extrema violencia, sino por el tamaño de su propia deuda, una crisis financiera y unas medidas de austeridad impuestas, entre otros, por el FMI.
Y todo ello sin olvidar el corsé que supone el euro, que hace que el Banco de Grecia tenga las manos atadas. De momento, la institución capitaneada por Christine Lagarde ya ha ofrecido al gobierno de Alexis Tsipras una solución similar a la que dio a Zambia en los 80: unificar los pagos de un mes para dar más tiempo al acuerdo con Europa.
¿Qué ocurría en cada uno de estos países cuando hicieron default? La agencia estadounidense utiliza el libro Silent Revolution, del historiador del FMI James Boughton, para recordar los impagos.
Sudán: el país africano lleva retrasos en el pago al FMI desde 1984, cuando se encontraba en plena guerra civil y se vio además afectado por una dura sequía. Actualmente, tiene un agujero de 1.400 millones de dólares con el fondo, que en 1986 ya declaró que no podía seguir dando dinero. Al cierre de 2013, su deuda externa es del 78%, y Sudán se ha partido en dos tras la independencia de Sudán del Sur.
Somalia: otro país africano que lleva desde mediados de los años 80 impagando al FMI, cuando Arabia Saudí prohibió la importación de ganado del Este de África y el estancamiento de Oriente Medio redujo las remesas de los emigrantes somalíes a su país. El fondo reconoció al presidente Hassan Sheikh Mohamud en 2013, lo que ha sentado las bases para reanudar las relaciones. Somalia debe unos 327 millones de dólares al FMI.
Zimbabue: este caso es el más reciente, en concreto de 2001. El FMI culpó a las políticas del presidente Robert Mugabe, que incluyeron las expropiaciones de tierra a los agricultores blancos, lo que redujo drásticamente las exportaciones y los ingresos derivados de ellas. Actualmente debe 111 millones al FMI.
Cuba: la isla caribeña se unió al club del impago en los últimos meses de gobierno del dictador Fulgencio Batista en 1958. Cuando Fidel Castro se alzó con el poder en 1959, el FMI pospuso los pagos hasta 1963, aunque comenzó el proceso para declarar al país inelegible para recibir dinero del fondo. Cuba se retiró del FMI en 1964, y el gobierno de Castro repagó los préstamos durante el resto de la década de los 60.
Honduras: el país centroamericano impagó en 1987 por diferentes circunstancias. Por un lado, la debilidad del mercado de café. Por otro, el vencimiento del periodo de gracia de muchos préstamos recibidos en los años 80. Por último, la caída de la ayuda extranjera, especialmente la estadounidense, que financió la Contra en Honduras para intentar derrocar al gobierno sandinista de Nicaragua. En 1990 cumplió con lo que debía al FMI.
Camboya: el país asiático debía al FMI 15 millones de dólares cuando Pol Pot y los jemeres rojos se hicieron con el control del gobierno en 1975. Tras el establecimiento de su régimen, el FMI solo pudo comunicarse con el gobierno a través del embajador en la ONU, quien avisó de que no asumirían las obligaciones del gobierno precedente. En 1978, el fondo decidió imponer multas por los retrasos y restringir el acceso a los fondos. Finalmente, se cerró el conflicto en 1993, cuando se celebraron las primeras elecciones.