Moody's ha decidido bajar el rating a la ciudad de Chicago y ha dejado su grado de inversión en bono basura. Chicago es la tercera mayor ciudad de EEUU y, en la liga de grandes poblaciones estadounidenses, solo hay otro precedente con grado 'especulativo' de inversión y no es esperanzador: Detroit, que se declaró en bancarrota.
La rebaja de la agencia de calificación llega después de que la Corte Suprema de Illinois haya rechazado el plan con el que la ciudad pretendía atajar su difícil situación financiera. Con la ley que han tumbado los jueces, el estado de Illinois, al que pertenece Chicago, pretendía reformar las pensiones estatales y tratar de ahorrar costes recortando las retribuciones a los empleados públicos retirados y elevando su edad de jubilación, pero para el juzgado representaba una violación de la Constitución, que prohíbe que las pensiones sean "disminuidas o deterioradas".
El golpe judicial a la medida aprobada en 2014 por el gobernador Patt Quinn impacta de lleno en Chicago, donde se agotan las reservas para cubrir las pensiones públicas. "Creemos que las opciones de la ciudad para revertir el crecimiento del pasivo de su fondo de pensiones se han reducido considerablemente", afirma Moody's en su informe.
El tijeretazo en el rating de Chicago, de dos escalones, sitúa la nota de la deuda de la ciudad en 'Ba1' con perspectiva negativa, de forma que no se descartan otras bajadas en un futuro. De hecho, desde 2013 Moody's ha degradado en siete escalones la calificación de la deuda, provocando un encarecimiento de los intereses que tiene que abonar a sus acreedores. Y las consecuencias del nuevo recorte ya se han empezado a notar. Según recoge Bloomberg, la ciudad planeaba emitir bonos por valor de unos 383 millones de dólares la próxima semana, pero los inversores ya empiezan a descartar sus papeles especulativos.