
España es uno de los países con mayor presencia económica en Cuba y eso le coloca en una buena posición de salida en una carrera por hacer negocio en la isla siempre y cuando se dé el hipotético caso de que el país comience una etapa de transición política y apertura económica tras la retirada de Fidel Castro. El líder revolucionario ha renunciado a la presidencia de Cuba tras 49 años en el poder.
Las posibilidades de que eso ocurra parecen aumentar después de que Fidel Castro ha renunciado a la Presidencia de Cuba, según ha confirmado hoy él mismo en un mensaje publicado en el diario Granma, por considerar que "ha llegado el momento de postular y elegir al Consejo de Estado, su presidente, vicepresidentes y secretario".
Preparados para el reto
"La posición actual de las empresas españolas en Cuba es buena", indica Fernando Porto, director de relaciones internacionales del Consejo de Cámaras de Comercio, que apunta que en el caso de que haya un cambio "creemos que será pausado, algo que vendría bien a las empresas". "La actitud que deben tomar los empresarios españoles es la de estar preparados para pisar el acelerador", comenta.
Porto considera que en estos momentos hay una "actitud muy receptiva" por parte del Gobierno Cubano hacia la presencia de las empresas españolas pero advierte de que una apertura del país traería "más competencia" a todos los sectores.
Presencia empresarial
La Cámara de Comercio calcula que actualmente existen unas 150 empresas españolas en suelo cubano. La Oficina económica y comercial española en La Habana destaca que España tiene "puntos fuertes difícilmente sustituibles" en determinadas áreas. "Dispone de pymes, con productos competitivos, capaces de ofrecer soluciones a medida", asegura. Las compañías españolas se centran principalmente en los sectores del turismo, el suministro eléctrico y la pequeña maquinaria.
Aunque la presencia de pequeñas y medianas empresas españolas es muy importante en el país, a partir de 1998, algunas grandes compañías empezaron a tomar posiciones estratégicas a largo plazo. La Oficina económica y comercial de España en La Habana cree que en los últimos años, por las circunstancias internas y externas del país, tanto políticas como económicas, este proceso está actualmente en un "cierto compás de espera", "con numerosas empresas analizando opciones de cara al futuro a largo plazo".
Inversión directa
España se sitúa entre los tres primeros países por inversión directa en Cuba, junto con China y Canadá. Los datos concretos se desconocen ya que para evitar represalias de terceros países, el Ministerio cubano para la Inversión Extranjera no da cifras detalladas.
La principal inversión española es en el tabaco pero el sector que más interés general suscita es el turismo, donde hay varias empresas mixtas para construir hoteles y con numerosos contratos de administración para, por ejemplo, financiar la construcción y renovación de instalaciones y equipos. Según fuentes oficiales cubanas, 10 son las empresas españolas que invierten en el sector turístico del país caribeño.
En cuanto a las exportaciones españolas a Cuba, han ido mejorando con el paso de los años y en los últimos ejercicios han tomado un fuerte impulso. La venta de productos españoles pasó de 232 millones de euros en 1994 a los más de 660 millones que se han contabilizado en 2007 (el último dato disponible en el Ministerio de comercio es el de noviembre).
Las mayores dificultades que se encuentran las empresas españolas que trabajan con el país es obtener el pago en el plazo acordado, por lo que tienen que contar con créditos que aseguran todas sus operaciones frente al riesgo de impago. La encargada de concederlos es la Compañía española de seguro de crédito a la exportación (Cesce), dependiente del Ministerio de Comercio.
Posibles cambios en Cuba
El anuncio hecho público por Fidel Castro vuelve a reabrir el debate sobre lo que ocurrirá con la situación política y económica de Cuba en un futuro a corto y medio plazo. Igual que ocurrió después del 31 de julio de 2006, cuando Castro cedió el poder provisional a su hermano Raúl Castro por una dolencia intestinal, de la que tuvo que ser intervenido en varias ocasiones.
Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto el Cano, señaló entonces que el partido político dominante “intentaría mantener su situación y privilegios”, y de momento así ha sido. Al mismo tiempo, señaló que era imposible que se mantuviera la situación actual del régimen. "No sabemos en que dirección irán los cambios y su magnitud", señaló.
Malamud apostaba por dos posibilidades: una apertura al estilo de China o una evolución tipo a la que han sufrido los países del este de Europa.