Economía

La leyenda de la izquierda revolucionaria cuelga su uniforme

Raúl Castro puede ser envestido como jefe del Estado el domingo por el Parlamento. Foto: Archivo
Fidel Castro, la última leyenda de la izquierda revolucionaria, ha colgado para siempre el uniforme y se retira después de casi medio siglo desafiando a Estados Unidos desde una pequeña isla comunista. Todo apunta a que su hermano, Raúl Castro, podría ser confirmado el domingo por el Parlamento como nuevo jefe de Estado.

El líder cubano, de 81 años, no aparece en público desde que cayó enfermo y transfirió provisionalmente el poder a su hermano Raúl en julio de 2006. Desde entonces, el hermano del comandante asumió el mando en Cuba y todo apunta a que podría ser confirmado el domingo por el Parlamento como nuevo jefe de Estado.

Aunque renuncie a la presidencia, Castro retiene el rango de Comandante en Jefe -que ostenta desde sus días de guerrillero en Sierra Maestra- y la jefatura del influyente Partido Comunista. Su influencia detrás de bastidores es enorme. Y es que en el tiempo que lleva Raúl Castro en el poder el antes vicepresidente y ministro de las Fuerzas Armadas, que en principio iba a ser temporal, no se caracteriza por una decidida actividad.

Durante el último año de convalecencia Fidel Castro se ha labrado un nuevo espacio político como editorialista del periódico oficial Granma, desde cuyas páginas anunció el martes su voluntad de no aspirar a un nuevo período presidencial.

El hermano del comandante

Considerado un jefe pragmático del Ejército, Raúl Castro comenzó por anunciar cuando tomó el poder que continuaría con la línea socialista y centralizada de la economía pero abriéndola a la inversión extranjera. Ya durante los 90 fue el responsable de apoyar las empresas privadas con los límites propios del sistema y de atraer la inversión a Cuba, una política que Fidel desmanteló hace cuatro años. Raúl ha tomado medidas para mejorar la eficacia económica.

Los partidarios y contrarios a Fidel Castro tienen hacia él sentimientos contradictorios. Sus partidarios lo ven como un héroe de los oprimidos y sus oponentes como un tirano. No obstante, pocos dudan de la astucia que le permitió mantenerse en el poder durante más de 49 años, resistir las presiones de 10 presidentes estadounidenses, más de cuatro décadas de embargo económico y 637 planes de asesinato.

Cuba y los Estados Unidos

Los "fidelistas" afirman que su revolución de 1959 rescató a Cuba del dominio "yanki" y desarrolló los mejores servicios de educación y salud pública del Tercer Mundo. Sus detractores, atrincherados en Miami, dicen en cambio que ha sido un dictador egocéntrico e intolerante. Como su compañero de armas, el desaparecido guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara, Castro fue un mito inspirador para la izquierda en las décadas de 1960 y 1970.

Educado en colegios jesuitas, estudió derecho en la Universidad de La Habana, donde se involucró en la política estudiantil a menudo violenta. La revolución corría por sus venas. Figura ilustre y respetada, sus compatriotas empezaron a dudar de su aura de guerrero indestructible cuando en 2001 se desmayó en público tras hablar durante dos horas bajo el sol, y en el 2004 tropezó durante un mitin y se rompió la rodilla izquierda y el brazo derecho.

Hoy, casi medio siglo después de su lucha, el comandante señalaba en una carta publicada en el periódico oficial de Cuba, Granma, "Les comunico que no aspiraré ni aceptaré- repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe".

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