
Javier Gómez Bermúdez ha conseguido lo que parecía imposible: poner de acuerdo a unos y otros en algo relacionado con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Su firme actuación como presidente del tribunal en el juicio del 11M ha sido aplaudida tanto por los que creen que ETA tuvo algo que ver en estos atentados, como por los que descartan cualquier implicación de la banda terrorista en ellos.
A pesar de la expectación que levantó la lectura de la sentencia, en ningún momento se conocieron pormenores de una sentencia más que complicada, que desde hacía días este magistrado llevaba consigo guardada en un lápiz de memoria. Únicamente se sabía que sería muy extensa, de unos 700 folios. Y nada más.
Familia de juristas
Nacido en Álora (Málaga) hace 45 años en el seno de una familia de juristas, se licenció en Derecho por la Facultad de Granada en 1984 y aprobó las oposiciones a juez con tan sólo 24 años. En 1994 fue elegido juez decano de Almería y cinco años después recaló en la Audiencia Nacional para integrarse en la Sala Primera de lo Penal.
Tras compaginar sus labores como magistrado de Sala con la de juez central de Menores y de Vigilancia Penitenciaria, en 2004 dio el gran salto a la presidencia de la Sala de lo Penal en sustitución de Siro García, uno de sus maestros.
Gómez Bermúdez , gracias a la mayoría conservadora del Consejo General del Poder Judicial, se hizo con el puesto, imponiéndose nada menos que a todo un Baltasar Garzón. No obstante, su nombramiento no estuvo exento de polémica. Hasta en dos ocasiones la Sala Tercera del Tribunal Supremo lo tuvo que anular a instancias de otro de los contendientes, el magistrado José Ricardo de Prada. El alto tribunal le confirmó definitivamente en su puesto el pasado 20 de febrero, cinco días después de que comenzara el juicio por el 11-M.
La vista por la masacre de Madrid no es el primer macrojuicio que ha dirigido. Presidió el tribunal que juzgó a la célula española de Al Qaeda liderada por Abu Dahdah y ya dejó entonces su sello autoritario. También es experto en juicios de etarras y casos económicos, como los que han tenido como principal acusado al financiero Javier de la Rosa.
Pero Gómez Bermúdez es, sobre todo, un juez innovador. El germen de la llamada doctrina Parot -para que los terroristas cumplan su condena de forma efectiva- provino de él, que se negó a una acumulación de penas que supondría la excarcelación de este sanguinario etarra. Casado con la periodista Elisa Beni, es consciente de la importancia de los medios de comunicación. No en vano, su relación con la prensa siempre ha sido excelente.