
El Fondo Monetario Europeo (FMI) y la Comisión Europea justificaron ayer los recortes impuestos a Portugal a cambio de acudir a su rescate y evitar su bancarrota. Unos recortes que suponen una merma del Estado de Bienestar y que inciden directamente sobre los derechos de los trabajadores, pero que "harán que la economía portuguesa sea más sostenible y competitiva". El economista Santiago Niño Becerra va más allá y asegura que lo que ha hecho Portugal es "firmar un contrato de esclavitud".
"Pienso que este pliego de condiciones supone un contrato de esclavitud para alguien que tiene muy poco y que va a perder ese poco que tiene". En su opinión, los ciudadanos portugueses deberían rechazar el acuerdo, explica en su artículo en La Carta de La Bolsa.
El plan obliga a Portugal a, entre otras exigencias, reducir a la mitad el periodo durante el que los parados pueden recibir el subsidio de desempleo (cae de tres años a 18 meses); a reducir las pensiones de más de 1.500 euros mensuales; a un aumento generalizado de impuestos; recortar los gastos en Sanidad y Educación; a reducir 8.000 puestos anuales de funcionarios; a impulsar la competencia y la liberalización de sectores como las telecomunicaciones y los transportes; y a acelerar las privatizaciones de empresas como la aerolínea TAP, los aeropuertos, las energéticas EDP y Galp, Correos, y el banco BPN.
Si bien el plan articulado está pensado para impulsar el crecimiento y el empleo, el economista piensa que como resultado de este "montaje" el país luso se va a empobrecer "mucho, muchísimo", sin olvidar que Portugal ya era un país pobre.
En este sentido, se pregunta si no hubiera hecho bien islandizándose, además de llevar a cabo una salida del euro. "A Islandia se le permitió hacer lo que hizo porque no había donde rascar, en Portugal algo hay para rascar pero a costa de que socialmente el país retroceda treinta años, o más".
El ministro portugués de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos anunció ayer por la mañana que el país estará en recesión durante los próximos dos años, durante los cuales el Producto Interior Bruto (PIB) se contraerá cerca de un 2% como consecuencia de los recortes. "Como consecuencia de ello se van a realizar unas amputaciones a su gasto público a fin de compensar las detracciones de PIB practicadas", señala el economista.
Portugal se ha comprometido a reducir su déficit al 5,9% en 2011, al 4,5% en 2012 y al 3% en 2013. En este sentido, Niño Becerra se pregunta que si para llegar a esos objetivos "Portugal va a tener que hacer todo lo que le han dicho", ¿qué tendrá que hacer España para pasar de un objetivo del 6% en 2011 al 2,1% en 2014?