MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El sacerdote titular de Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), Teodoro Bonilla, declaró hoy como testigo en el juicio oral por el escándalo financiero de Gescartera donde explicó que "jamás" autorizó al propietario de Gescartera, Antonio Camacho, a que asignara a sus cuentas 12 millones de euros en pérdidas que posteriormente se retribuían como aparentes ganancias a otros clientes, ni a utilizar su nombre y sus cuentas bancarias. Bonilla fue el cliente al que más pérdidas asignó Gescartera.
"¿De dónde voy a sacar yo 12 millones?", preguntó al fiscal Vicente González Mota. Bonilla explicó que dejó todo el control de su inversión de 240.000 euros "en manos" de Camacho, en quien confió "totalmente" y a quien llamaba "con frecuencia". Según el informe elaborado por el Banco de España, Bonilla poseía una cuenta conjunta con Camacho en Bankinter a través de la que se detectaron, entre el 12 y el 22 de marzo de 1999, compras y ventas de títulos por valor de 144 millones de euros con un saldo final de 550.000 euros.
El testigo explicó que "siempre" pensó que dicha cuenta era para la "entrada y salida" de valores de su inversión y que "nunca" acudió a la entidad bancaria a entregar o recoger dinero porque todo lo hacía a través de la oficina de la agencia de valores de Cuenca. Bonilla también tenía una cuenta a su nombre en el HSBC abierta con una firma que no se correspondía con la suya y a través de la que se asignaron minusvalías.
El sacerdote firmó tres contratos en blanco con Gescartera y sociedades relacionadas. El primero en 1993 con Bolsa Consulting, sociedad de Gescartera Holding, correspondiente a un contrato de gestión de cartera por 240.000 euros con la finalidad de conseguir dinero para crear una fundación con fines sociales.
En el año 1998 pasó su contrato a Gescartera Gestión, filial de la agencia de valores, de la que Camacho le asignó un 16%. Según explicó el testigo, tras la intervención "se enteró" de que tenía el 2% de la sociedad. El tercero era un contrato firmado con Gaesco, sociedad en la que trabajaba Camacho antes de crear Gescartera, y al que correspondía la cuenta del HSBC.
La agencia de valores se encargó de realizarle la declaración de la renta como un servicio "adicional". Bonilla explicó que los responsables de Gescartera "nunca" le pidieron ni le mandaron información al respecto y que tampoco estampó su firma en las declaraciones.
En mayo de 2001, un mes antes de la intervención, Bonilla recibió una carta de Caja Madrid Bolsa donde le comunicaron pérdidas por valor de 300.500 euros. El sacerdote explicó que esta fue la "primera" noticia que tuvo respecto a la asignación de pérdidas y que pidió explicaciones a Camacho, quien le contestó que no se preocupase porque "en junio se solucionaría".
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