Economía

La subida del IVA llega en un escenario de desplome del PIB

  • La recaudación no irá a parar a actividades productivas

"Nuestros concesionarios se han declarado paraísos fiscales". Lemas publicitarios como éste se repiten desde que el Gobierno anunció que iba a subir el IVA. Las grandes compañías auguran un freno en las compras y llevan meses proclamando: "Compre sin problemas, que aquí no subimos los precios". No andan desencaminadas. El primero de los muchos efectos que tiene la subida de un impuesto como el IVA recae en el consumo: las familias soportan el aumento de precios con la misma renta, por lo que terminan comprando menos productos.

Y menos productos equivale a menos producción. Algo que se trasladará al escenario recesivo de los próximos meses. Los datos que maneja el propio Gobierno y las previsiones de los expertos apuntan a que, tras los dos primeros trimestres en positivo, con cifras del 0,1% y 0,2%, volveremos a tasas negativas a partir de septiembre. El escenario más optimista cierra el año con un -0,4 , y el pesimista en un -0,7%, lo que se traduce en caídas del PIB en la segunda mitad de año de entre el 0,7 y el 1,1%. "Nos convertimos en el único país de la OCDE que va a sufrir una segunda recesión", explica Miguel Ángel Bernal, del IEB.

Subir el impuesto que grava el consumo en un escenario así no parece lo idóneo: "El Gobierno se ha dado de bruces con su previsión, hablaban de brotes verdes mientras que todos avisábamos de que esta crisis no era normal, que había un fuerte problema de apalancamiento y de que no se saldría tan fácil", dice Bernal.

Ahora, la subida del precio de bienes y servicios llega con tasas de desempleo en el entorno del 20%, que se prolongarán hasta el 2013, con un recorte del salario de los funcionarios del 5% y una reforma laboral que hasta el propio Ejecutivo ha reconocido que no va a crear empleo.

No va a producto

La reflexión es sencilla. "Con la subida del IVA, empresas y ciudadanos transferimos una cantidad de dinero al Estado", explica Joan Ribas, de la escuela de negocios Eada. Si se emplease en obras de AVE, por ejemplo, el efecto sobre la economía sería neutro, pero no es el caso. "El Estado no compensará la falta de demanda de los particulares y probablemente se dedicará a aliviar deuda extranjera, lo que no genera producto para el país".

Un estudio del IESE considera la subida del IVA "inoportuna" para la aún incipiente recuperación, que engrosará apenas un 1,7% las arcas del Estado. Prevé que por cada punto extra de recaudación, baje la producción un 0,54%. Para los técnicos de Hacienda (Gestha), el objetivo previsto por el Gobierno de recaudar 5.150 millones de euros es "insuficiente e incierto" y que en cualquier caso apenas supone el 5% del déficit, 110.000 millones. El efecto recaudación "está en el alero", opina Rafael Pampillón, del IE Business School. Y es que depende de dos variables: número de unidades vendidas e impuestos. Si lo segundo sube, pero baja lo primero, el efecto buscado se neutraliza o incluso baja.

El consumo que más se verá afectado, explica Pampillón, es el que se corresponde con productos de demanda rígida e inelásticos al precio: es decir marcas blancas y bienes de mayor necesidad, en suma, de los que menos se puede prescindir.

Sufrirán más las marcas de empresa, en las que hay mayor competencia y compañías dispuestas a asumir el margen. Pero esto tiene una doble lectura, como avisa José Ramón Pin, de IESE: "Lo que se pueda ganar en recaudación por IVA se pierde en Sociedades, por la contracción de los beneficios de las empresas".

La economía sumergida también va a incidir en las cifras de recaudación. "Va a crecer la tentación del quiere la factura con IVA o sin IVA", señala José María Mollinedo, secretario general de Gestha. La evasión fiscal se acentúa en época de crisis y en estos momentos se calcula que la economía sumergida supone el 23% del PIB, diez puntos porcentuales por encima de nuestros vecinos europeos. En lo que llevamos de crisis, de 2007 a 2009, la recaudación por IVA se desplomó en 23.000 millones de euros, unas cifras en las que no sólo ha intervenido el frenazo inmobiliario, según Gestha.

Efecto comercio exterior

Los expertos sólo ven un efecto positivo en la subida del IVA: el comercio exterior. En la medida en que nuestras importaciones pagan el impuesto español y nuestras exportaciones, el del país de origen, esta medida está penalizando las primeras y primando las segundas, algo que le viene muy bien a nuestra deficitaria balanza comercial, razona Pampillón. Y, en consecuencia, como sólo 11 de los 27 países de la UE han subido el IVA, doble premio para nuestras exportaciones. Entre estos países, además, no figuran ni Francia ni Alemania, principales compradores de nuestro productos.

Es de las pocas notas positivas de una medida que, recuerdan estos expertos, fue puesta en entredicho en el momento de su anuncio y que, como se ha terminado demostrando, llega en un momento en el que nos encaminamos a la segunda recesión de esta, ya puede decirse, depresión.

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