
La temida subida del IVA ya está en la calle. Enfado, desconfianza, resignación, impotencia... son algunas de las reacciones con las que el ciudadano de a pie ha recibido esta nueva iniciativa del Gobierno de la que aseguran "resulta una auténtica faena".
"Nos suben el IVA, nos bajan las pensiones, lo que nos faltaba ahora. Esto es el colmo", aseguraban los afectados.
elEconomista salió ayer, 1 de julio, a la calle para palpar el sentimiento de todas y cada una de las personas que no entienden cómo en la situación en la que se encuentra el país, el Ejecutivo decide tomar una decisión de tal calibre: subir el IVA reducido del 7 al 8 por ciento y el IVA general del 16 al 18 por ciento. Fabricantes, distribuidores y mayoristas critican esta iniciativa del Gobierno, que creen ralentizará la llegada de la recuperación.
La realidad, en la calle
Stop IVA, el cartel que lucía en el escaparate de una de las tiendas a las que acudimos dejaba muy clara la posición de los empresarios, reacios a que esta medida afecte al cliente final y por eso "nosotros asumiremos los costes que genere esta subida".
Y no es el único comercio que se inclina por esta iniciativa. Es el caso de la pastelería de Isabel, en la que han preferido hacerse cargo de la subida en productos que no sea el pan, que como alimento básico tributa con IVA superreducido, del 4 por ciento. Estos alimentos no han sufrido un incremento fiscal.
"No hemos subido los precios, y de momento no tenemos pensado hacerlo", afirmaba poco antes de la hora de comer, cuando mucha gente entra a comprar el pan, que sigue costando los 55 céntimos de siempre. "Tampoco ha subido el calzado", comenta uno de sus clientes. Salimos a la calle.
En las zapaterías y tiendas de moda, las rebajas ganan protagonismo frente a la subida del IVA. En este tipo de establecimientos habrá que esperar un par de meses para apreciar la subida. Sin embargo, los consumidores aseguraban que las rebajas son de risa. "La bajada de precios es mínima", decía una compradora, más preocupada por este motivo que por el aumento de IVA, que de momento "no se nota". Y no andaba muy desencaminada, pues la propia Confederación Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU) ha advertido a las empresas que eviten los redondeos al alza "aprovechando la coyuntura".
Subida de cinco céntimos
"El café hoy es 1,35, lo siento", justifica un camarero a la hora de cobrar el desayuno a uno de los clientes. El café de la mañana es desde ayer más caro. "Hacía dos años que no subíamos precios", constataba Raúl, dueño de una cafetería que se ha visto obligado a revisar el coste de sus productos, lo que no logró ni la crisis. "El café o las cañas han subido cinco céntimos", apostilló.
Asimismo, Raúl, que a su vez es vocal de la junta de la Asociación de Hostelería de Madrid, indicó que en la última reunión los empresarios del sector manifestaron tener "más miedo a la subida del IVA que a la reforma de la Ley Antitabaco".
Tarifas de vacaciones
La medida tampoco ha gustado a los propietarios de tiendas de mobiliario o electrodomésticos, que esperaban "como agua de mayo" la llegada de las rebajas. Ahora no es el momento para que el Gobierno nos suba el IVA", lamentaba Álex, dependiente de una tienda de tecnología. "Todos salimos perjudicados, tanto consumidores como vendedores", exclamó tras ver como las visitas se habían reducido durante la mañana.
En una farola aún se puede leer un cartel de "no más IVA" de la campaña llevada a cabo por el PP para frenar este impuesto. Las 400.000 firmas conseguidas, desde el 22 de abril, no han sido suficientes. "Voy a ver que no ha cambiado la tarifa de mis vacaciones", asegura un cliente al entrar en su agencia de viajes.
En definitiva, una medida que no ha sido aceptada por el conjunto de actores económicos y que es vista como un lastre para una posible recuperación económica y que retrasará la salida de la crisis.
"STOP IVA", lo dice la calle.