
Como cada verano, en los últimos meses el mercado laboral ha dado signos de su estrecha relación con la estacionalidad, por la que se crea empleo con la llegada del verano y la lista de demandantes del SEPE vuelve a engrosarse al término del mes de agosto. Sin embargo, no es habitual que en este contexto crezca el gasto en prestaciones por desempleo, como sucedió en julio.
El presupuesto destinado por el organismo que depende del Ministerio de Trabajo superó los 2.004 millones de euros, una cifra que excede en un 6,5% el volumen desembolsado un año antes, a pesar de que se registró una caída del desempleo. El mes de julio cerró con 2,4 millones de parados, 145.631 menos de los que había un año antes y el nivel más bajo desde el año 2007, lo que se conjugó con un aumento de los beneficiarios de prestaciones por desempleo.
En total, se emplearon 124 millones de euros más en cubrir las prestaciones de las personas que habían quedado sin empleo y estaban en búsqueda activa de uno nuevo. Hay un conjunto de factores que están detrás de este avance, como ponen de relieve los últimos datos publicados por el departamento de Yolanda Díaz, en los que se refleja un incremento del gasto tanto en las prestaciones contributivas como en las ayudas, siendo las segundas las que más aumentan respecto al mismo mes del año anterior.
El subsidio es la ayuda que se percibe tras agotar la prestación o cuando no se ha generado a cobrarla por no haber alcanzado el número mínimo de días trabajados. El presupuesto destinado a abonar estas ayudas se ha incrementado en un 11,4% en el último año y el número de personas que lo perciben en un 11,8%, lo que parece ser consecuencia de la reforma del nivel asistencial por desempleo que comenzó aplicarse en el mes de noviembre.
Los cambios impulsados por Díaz en el marco del Plan de Recuperación se traducían en un aumento de la ayuda durante un año para los beneficiarios que entrasen en el sistema a partir de esa fecha. Además, se ampliaba a nuevos colectivos como los menores de 45 años sin cargas familiares o a los trabajadores agrarios que no residieran en Andalucía o Extremadura.
Si bien, la parte contributiva también impulsa de forma notable el gasto en prestaciones y explica, en términos nominales, la mayoría de este incremento. La cuantía destinada a pagar el paro creció en 98,6 millones de euros (más de un 7%) al tiempo que el número de beneficiarios de esta prestación engrosó un 5%. Algo significativo puesto que el volumen de trabajadores eventuales agrarios (de la contributiva) se redujo prácticamente a la mitad.
El Gobierno explica que en los últimos años, los desempleados están llegando a solicitar la prestación con mejores salarios lo que unido a haber elevado al 70% el porcentaje de las últimas nóminas que cubre el paro ha contribuido a situar por encima de los 1.000 euros la cuantía media, aunque en julio se situó en 976 euros mensuales. Sin embargo, este incremento del gasto frente a la reducción del paro también viene dado por las personas que tienen un contrato fijo-discontinuo y están en situación de inactividad, ya que no figuran como parados (no lo son) pero sí tienen la posibilidad de percibir esta prestación.
Ocho de cada diez parados están cubiertos
Precisamente, en el mes de julio, la tasa de cobertura que refleja el volumen de los desempleados que están cubiertos por una prestación o ayuda por desempleo se situó en niveles récord. En concreto alcanzó un 82,39%, lo que supone un incremento de 6,8 puntos porcentuales respecto al dato de 2024 y la cifra más elevada de la serie histórica, si se excluyen los meses del covid.
Como contó elEconomista.es, esta tasa ha comenzado a rebasar el 100% en nueve provincias, donde hay más personas que reciben una prestación por desempleo que las que están sin trabajo. Mientras que hace un año solo ocurría en tres.
Según los últimos datos, correspondientes al mes de julio, está situación se daba en Almería (125,3%), Huelva (135%) y Jaén (114,3%), en Baleares (114,3%), Huesca (105,6%) y Teruel (105,2%), Soria (107,5%), Castellón (100,5%) y Cáceres (102,5%).
El propio SEPE apunta a la elevada presencia de fijos-discontinuos en esas regiones para contextualizar estos datos. "En las provincias con elevado volumen de trabajadores fijos discontinuos, la tasa de cobertura puede superar el 100% en los meses de temporada baja" advertía el organismo al presentar los datos.