Economía

El coste del absentismo para las empresas crece un 60% en cuatro años

  • La patronal plantea negociar en convenio la eliminación de los complementos de las bajas
  • El gasto pagado por los empleadores sube en 2.500 millones de euros solo en un año
Una oficina vacía. iStock.
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En los últimos años, las horas no trabajadas por bajas médicas han crecido de forma continua, y, como consecuencia, también lo ha hecho el coste para las empresas. En concreto, las faltas al trabajo por contingencias comunes (es decir, no causadas en el lugar de trabajo ni de camino a este) costaron más de 18.000 millones de euros a las empresas en 2024, según el último informe de la patronal del metal junto a la asociación de mutuas colaboradoras de la seguridad social. En los últimos cuatro años el gasto pagado por las empresas ha crecido un 60%, un total de 6.883,71 millones más en comparación con 2021.

A la hora de calcular el coste directo para las empresas, la patronal tiene en cuenta el gasto en prestaciones económicas, las cotizaciones sociales y los complementos y mejoras. Y según el informe El absentismo laboral derivado de accidentes y enfermedades comunes y laborales en el sector del metal, las bajas costaron 11.295 millones de euros en 2021, 13.259 millones en 2022, 15.633 millones en 2023 y 18.179 millones de euros en 2024, el último año completo disponible. Además, en total, el documento cifra el coste de la IT (con el 90% de las bajas correspondientes a contingencias comunes) en 29.000 millones de euros. Una cuantía que se reparte entre empresas, Seguridad Social y mutuas.

Para la prestación por Incapacidad Temporal (IT) la empresa paga el periodo comprendido entre el día 4 de la baja y el 15. En este tramo, a los empleadores les corresponde pagar el 60% de la base reguladora de dicho empleo. Además, las empresas tienen que pagar –al igual que lo hacen cuando el trabajador no se encuentra de baja– las cotizaciones por contingencias comunes y profesionales, el desempleo, el fondo de garantía social, la formación profesional y el mecanismo de equidad intergeneracional. Por otro lado, las compañías también están obligadas a pagar durante la ausencia del trabajador todos aquellos complementos pactados por convenio.

Esta última es, precisamente, una de las líneas en las que plantea moverse la patronal para reducir el coste derivado del aumento en las cifras de IT. Así lo trasladó la representante de CEOE en la última Comisión del Pacto de Toledo, donde aseguró que, aunque hasta ahora las empresas han mantenido los complementos por contingencia común: "Es hora de transformar esos complementos, que en un contexto de crecimiento de la IT, están contribuyendo a que las cifras no se puedan aminorar", apuntó entonces Santos. Cabe destacar que, para cambiar estos extras, los representantes de los empleadores deben negociar la modificación en los convenios con los sindicatos. Es decir, es una cuestión que patronal y sindicatos tendrían que discutir en negociación colectiva, al margen de las reformas acometidas por el Gobierno.

Por otro lado, al margen de los costes que las empresas pueden recortar a través de negociación colectiva, Santos también puso sobre la mesa que, uno de los principales problemas a la hora de abordar el absentismo es la saturación que vive el sistema de salud y la falta de recursos del INSS (también en cuanto a médicos e inspectores). Un análisis con el que coincidían los sindicatos en esta misma comisión.

Últimas cifras

Aunque las cifras del informe de la patronal del metal junto a las mutuas solo llegan hasta 2024, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ya ha publicado los primeros datos de 2025.

Según la estadística de días y horas cotizadas del primer trimestre, el tiempo no trabajado debido a situaciones de baja (o incapacidad temporal) creció un 15% hasta el mes de marzo. En comparación con el primer trimestre de 2019 -la fecha de referencia para Seguridad Social al mostrar los niveles prepandemia-, cuando empieza la serie, el número de horas no trabajadas por IT aumenta hasta el 78%, una cifra que excluye las bajas por cuidado al menor, lactancia y embarazo. Ausencias que, sin embargo, sí tiene en cuenta la patronal en su medición del coste.

No obstante, a pesar de este incremento continuado en los días de baja desde 2019, las horas y días efectivamente trabajados en nuestro país crecen un 12,3 y un 12,9% en el primer trimestre de 2025 respectivamente.

Hasta ahora, las principales propuestas del Ejecutivo en la mesa de negociación con sindicatos y patronal se han basado en la reforma de las altas progresivas de 30 días con el 50% del salario para algunas patologías de larga duración; devolver a las mutuas el poder de dar el alta en las bajas laborales que duren más de un año, y en que las bajas médicas de las personas que se encuentran en situación de pluriempleo concreten qué tareas no pueden ejercerse.

Además, el Ministerio ha propuesto otras cuestiones para reducir la duración de los procesos y mejorar la gestión, como reforzar los equipos de valoración de incapacidades del INSS o determinar un plazo máximo para solicitar la determinación de la contingencia (es decir, decidir si el origen de la baja es de enfermedad común o del trabajo). Se trata, no obstante, de cuestiones que el Ministerio de Seguridad Social ha planteado a patronal y sindicatos, pero que todavía se encuentran en fase de negociación.

Los sectores más afectados

Uno de los sectores más afectados por el aumento en el coste de la incapacidad temporal es, precisamente, el metal. Según el último informe trimestral sobre absentismo de Randstad, los sectores en los que se han registrado mayor número de horas no trabajadas por contingencias comunes son, en orden: las actividades postales, los servicios de jardinería, los servicios sociales, la recogida de residuos, la asistencia en establecimientos residenciales, las actividades relacionadas con las apuestas, las relacionadas con seguridad e investigación, las sanitarias, la fabricación de vehículos y la metalurgia. En todas ellas, la proporción de horas perdidas se situó, al menos, en el 6,6% y por encima de la media nacional, que se encontró en el primer trimestre en el 5,5%.

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