
La Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Kaja Kallas, ha valorado positivamente la cumbre celebrada este viernes en Alaska entre los mandatarios estadounidense y ruso, Donald Trump y Vladimir Putin, aunque ha asegurado que el presidente ruso no terminará la guerra de Ucrania "pronto".
"La dura realidad es que Rusia no tiene intención de poner fin a esta guerra pronto. Incluso mientras las delegaciones se reunían, Rusia lanzó nuevos ataques contra Ucrania. Putin sigue prolongando las negociaciones y espera salirse con la suya. Se fue de Anchorage sin comprometerse a poner fin a la matanza", ha indicado la jefa de la diplomacia europea.
En este sentido, Kallas ha instado a la Administración Trump a "obligar a Rusia a negociar seriamente", asegurando que Estados Unidos tiene el "poder" para conseguirlo. "La UE trabajará con Ucrania y EEUU para que la agresión rusa no triunfe y para que la paz sea sostenible", ha mantenido la política estonia.
Los líderes de la Unión Europea se coordinaron con el presidente Trump antes del encuentro bilateral en Alaska, según Kallas, una reunión que acabó sin ningún anuncio de relevancia sobre Ucrania, aunque varios medios informan de que Putin habría puesto como condición para una futura paz la salida de la fuerzas ucranianas de la región del Donbás -que incluye las provincias de Donetsk y Lugansk-.
La Alta Represente ha reiterado el apoyo de la UE a Ucrania y ha indicado que están trabajando en nuevo paquete de sanciones contra Rusia. "Moscú no pondrá fin a la guerra hasta que se dé cuenta de que no puede continuar", ha afirmado.
Tampoco contempla cambios en la seguridad europea después de que durante la cita en Alaska, Trump y Putin aspostaran por medidas de seguridad para Ucrania fuera de la OTAN. Kallas ha definido la guerra como una consecuencia de la "política exterior imperialista de Rusia" y no de un "desequilibrio imaginario en la arquitectura de la seguridad europea".
Varios líderes europeos -entre ellos Macron, Merz o Starmer- han subrayado este sábado su "inquebrantable solidaridad" con Ucrania y se han ofrecido a brindar su apoyo para organizar una cita a tres bandas en la que también estaría el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski.
Zelenski tampoco ve cerca la paz

Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha asegurado que las negociaciones para alcanzar la paz se vuelven más complicadas si Rusia no deja de perpetrar ataques contra el territorio ucraniano, declaraciones realizadas tras la cumbre de Alaska y ante la inminente visita del mandatario ucraniano a Washington este lunes.
"Vemos que Rusia rechaza numerosos llamamientos a un alto el fuego y aún no ha decidido cuándo cesará las matanzas. Esto complica la situación", ha sostenido Zelenski en un mensaje desde su cuenta personal en la red social X.
Para el líder ucraniano que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no de la "simple orden" de acabar con los ataques, "puede" significar que sea necesario un "gran esfuerzo" para que Rusia implemente una "coexistencia pacífica" con sus vecinos en el futuro.
Aún así, ha mantenido su compromiso para alcanzar un acuerdo de paz y para trabajar por la seguridad de Ucrania. "Detener las matanzas es un elemento clave para detener la guerra", ha afirmado en la nota.
Con la mirada puesta en la cita con el presidente Trump de este lunes, Zelenski ha informado que durante todo el día ha estado hablando con sus socios para unificar una coordinación en las negociaciones, unas conversaciones que continuarán durante este domingo.
"Nos estamos preparando para la reunión del lunes con el presidente Trump y agradezco la invitación. Es importante que todos coincidan en que es necesario un diálogo a nivel de líderes para aclarar todos los detalles y determinar qué pasos son necesarios y eficaces", ha aseverado el político ucraniano.
Igualmente, este domingo varios líderes europeos han convocado una nueva reunión de la denominada Coalición de Voluntarios, que aglutina a una treintena de países aliados de Ucrania. El encuentro volverá a ser telemático, tal como ya ocurrió el pasado miércoles, y en él tratarán la cumbre del viernes en Alaska y la futura reunión en Washington.
Putin no se baja del carro
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha propuesto quedarse con la región entera del Donbás, que representa la práctica totalidad del este de Ucrania, a cambio de paralizar su ofensiva en el sur del frente de combate y de poner fin a nuevos ataques en el resto del país como una de las condiciones para aceptar un posible acuerdo de paz con el Gobierno ucraniano.
Según han confirmado fuentes próximas a la cumbre que Putin mantuvo este pasado viernes en Alaska con el presidente de EEUU, Donald Trump, en el momento de que las fuerzas ucranianas se retiraran de la región -que comprende las provincias de Donetsk y Lugansk, parcialmente incorporadas a Moscú- el presidente ruso ordenaría la detención inmediata de la ofensiva en los frentes de Zaporiyia y de Jersón, en el sur del país, informan el 'Financial Times', la cadena estadounidense NBC y la agencia Bloomberg.
Estas mismas fuentes indican que Putin habría prometido detener cualquier otro tipo de ataque contra Ucrania, como los bombardeos con drones y misiles crucero que efectúa habitualmente contra el centro y el oeste del país.
Putin trasladó ayer este mensaje a Trump, quien dedicó las horas siguientes a comunicar la oferta a los líderes europeos, en lo que el presidente ruso, de nuevo según estas fuentes, entiende como una "concesión territorial". Sin embargo, el mandatario también avisó a su interlocutor estadounidense que no ha abandonado el resto de las llamadas condiciones "fundamentales" para poner fin definitivamente al conflicto.
Potencia no nuclear
Moscú, cabe recordar, exige que Ucrania asuma un estatus permanente como potencia no nuclear, alejada de la OTAN, con plenas garantías para la comunidad rusoparlante y, por encima de todo, el reconocimiento de lo que Moscú llama como "la nueva realidad territorial" representada en los territorios ucranianos que se ha incorporado, buena parte de ellos en el Donbás, así como Crimea.
Por poner otro ejemplo, entre las condiciones secundarias que habría planteado Putin, ya según fuentes del 'New York Times', se encontraría la adopción del ruso como lengua co-oficial en Ucrania, algo no contemplado ni por lo más remoto por la Constitución ucraniana de 1996, que ni siquiera admite un sistema bilingüe, por mucho que el idioma ruso sea empleado de forma habitual precisamente en el Donbás y en Crimea. Putin también ha pedido que las iglesias ortodoxas rusas desempeñen su misión con normalidad en territorio ucraniano.
Cabe recordar también que las fuerzas rusas controlan aproximadamente el 70 por ciento de Donetsk, pero la cadena de ciudades en el oeste de la región permanece bajo control ucraniano y es un cinturón defensivo crucial, cuya entrega dejaría al país en una situación extremadamente vulnerable en el caso de una nueva ofensiva. En lo que corresponde a Lugansk, las fuerzas rusas controlan la práctica totalidad de la región, excepto una pequeña porción en su extremo oeste.
En comentarios también bajo el anonimato al portal estadounidense Axios, algunos responsables estadounidenses presentes en la reunión tuvieron "la impresión" de que Putin estaba dispuesto a negociar la retirada de sus fuerzas en las regiones de Sumi y Járkov, en el norte de Ucrania, donde controlan una extensión de territorio casi marginal en comparación con el Donbás.
"Garantías de seguridad"
Las "garantías de seguridad" fueron otro tema destacado en la cumbre de Alaska. En este sentido, Trump ha comunicado a los líderes europeos que Putin está, en principio, dispuesto a aceptar algún tipo de solución internacional para proteger a Ucrania contra una nueva ofensiva rusa, siempre y cuando no involucre la presencia de la OTAN.
Ese escenario coincide con una estimación realizada este pasado viernes por Trump, antes de la cumbre de Alaska. En comentarios ante los medios norteamericanos durante el vuelo a Anchorage, el presidente estadounidense contempló la posibilidad del despliegue de una fuerza multinacional "con Europa y otros países" pero nunca "bajo la forma de la OTAN", una opción que el presidente estadounidense ya descartó de manera sumaria.
"Hay cosas que nunca van a ocurrir, pero por lo que a Europa se refiere, cabe esa posibilidad", concluyó. La posible incorporación de fuerzas estadounidenses a ese contingente sigue en el aire, pero el canciller alemán, Friedrich Merz, ha deslizado este domingo a la cadena ZDF que "la buena noticia es que Estados Unidos" está, en principio, "dispuesto a participar en dichas garantías de seguridad, sin dejarlo solo en manos de los europeos".
Trump trasladará todo este contenido al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en su crucial reunión del lunes en la Casa Blanca, un encuentro para el que Trump ha extendido una invitación, según fuentes próximas al 'New York Times', a varios "líderes europeos", comenzando por los jefes de Estado y de Gobierno de la llamada "coalición de dispuestos" a participar en una misión de paz para Ucrania, principalmente el canciller alemán, Friedrich Merz, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer.
Otra posibilidad es la que han planteado fuentes del portal estadounidense Politico y que reducen el posible mediador europea a solo una figura, la del presidente finlandés Alexander Stubb, uno de los interlocutores favoritos de Trump -fanático del golf, como el presidente norteamericano- y mandatario de un país líder en el diseño de barcos rompehielos, imprescindibles para la navegación por el Ártico, uno de los grandes objetivos económicos de la Administración Trump.
Las fuentes de Axios indican también que Trump quiere cerrar en los próximos días y de una vez la hipotética cumbre trilateral que le reuniría de nuevo con Zelenski y Putin, esta vez todos juntos, con el 22 de agosto como opción más temprana, sin que de momento se haya contemplado la posible sede de las conversaciones.
Ciudades reducidas a cenizas
Zelenski, que no se ha pronunciado formalmente sobre estas informaciones, como tampoco lo ha hecho la Casa Blanca, el Kremlin ni la diplomacia europea, siempre se ha declarado firmemente en contra de ceder territorios a Rusia como parte de un posible acuerdo de paz. No obstante, al poco de aparecer estas informaciones, el Ministerio de Exteriores ucraniano ha publicado un mosaico de imágenes de destrucción en múltiples ciudades del este del país a consecuencia de los bombardeos rusos.
"Todas estas ciudades están situadas en las regiones de Donetsk y Lugansk de Ucrania, el llamado Donbás. Todas estas ciudades ya han sido reducidas a cenizas por el Ejército ruso", ha denunciado Exteriores bajo las fotografías de localidades como Soledar, Marinka o Vuhledar.
"Todas estas ciudades estuvieron una vez llenas de ucranianos: niños, familias. Ucranianos a quienes los criminales de guerra rusos han asesinado, capturado, trasladado por la fuerza o expulsado de sus hogares", añade el Ministerio. "La guerra de Rusia no solo es contra el territorio de Ucrania, sino contra el derecho mismo de los ucranianos a existir".
"Estados Unidos, la Unión Europea y otros socios tienen la fuerza para frenar a Rusia. Acciones firmes y coordinadas, basadas en la justicia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, traerán una paz justa y duradera", ha concluido el Ministerio.