
Aragón mantiene su dinamismo económico dentro de un contexto internacional complejo marcado por la geopolítica, la incertidumbre y los aranceles, que no frenan su crecimiento. Las últimas previsiones económicas apuntan a que el PIB regional en el año 2025 alcanzará el 2,9% interanual, superando el 2,8% interanual previsto para el conjunto nacional.
Un crecimiento, tanto en Aragón como en España, que destaca en comparación con la situación que atraviesan los países de la Unión Europea, que no terminan de remontar, como es el caso de Alemania que pierde tracción, en gran parte por el "sufrimiento" del crecimiento global.
"España destaca más en todos los indicadores dentro de este contexto político" por el sector privado, las empresas y las familias "que han hecho los deberes en años anteriores", ha afirmado Enrique Barbero, director de Comunicación de Ibercaja durante la presentación del último número de la revista Economía Aragonesa de Ibercaja en Zaragoza.
Esto ha facilitado la inversión -aunque sería necesario un mayor impulso para garantizar el crecimiento a largo plazo, ya que además ha sido insuficiente en los últimos ciclos-, aunque el lado menos positivo se encuentra en las exportaciones lastradas sobre todo por el sector de la automoción.
De momento, los aranceles anunciados o acordados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no han tenido un impacto significativo en la economía de Aragón por su menor exposición a este mercado, "lo que no implica que no haya empresas afectadas", ha matizado Barbero, como sucede en la automoción y agroalimentación.
Con los aranceles se ha producido una "distorsión temporal" al adelantarse importaciones desde Estados Unidos, pero "se desconoce la afección duradera en el crecimiento y en los flujos de comercio", ha matizado Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico de Ibercaja.
Precisamente, este anticipo de las importaciones en Estados Unidos explica el alto crecimiento que han experimentado algunos países como Irlanda, con un 21,1% trimestral y 9,7% interanual por su dependencia del mercado estadounidense y de multinacionales, especialmente farmacéuticas. Son datos que, por ejemplo, contrastan con el 2,8% trimestral y l 0,6% interanual de España.
"Los aranceles no se ve por ahora que tengan una negativa repercusión", ha incidido Santiago Martínez, aunque no se descarta que puedan producirse otros efectos de forma indirecta, ya que tanto Aragón como España mantiene estrechas relaciones comerciales con otros países como Alemania al que se envían bienes intermedios para las exportaciones de productos que se realizan a Estados Unidos. "Somos optimistas en lo que queda de año", ha aseverado Enrique Barbero, quien ha apuntado la posibilidad de que la afección sea superior en el año 2026.
Pese a todo este contexto de aranceles, y toda la incertidumbre generada hasta su concreción final, los activos de riesgo se han recuperado y los mercados financieros se han acostumbrado. Pero no por ello, cabe obviar que tanto la incertidumbre como el impacto económico marcan la política monetaria. En relación al Euríbor, se espera una estabilización.
Los motores económicos
El dinamismo económico de Aragón se asienta en la demanda interna, registrando un importante crecimiento económico en el consumo privado, del 5,9%, así como en la inversión en bienes de equipo, cuya evolución positiva se sitúa por encima del 10%.
Además, el sector industrial se encuentra "en niveles máximos", mientras los servicios están en clara expansión y la construcción va a ser clave tanto desde la óptica residencial como empresarial dentro de un contexto en el que los precios siguen creciendo y aumentan las compraventas, pero "a nivel de producción de vivienda se sigue sin cubrir la demanda. Se produce la mitad de lo que se necesita al año en Aragón".
Sin embargo, el lado menos positivo, se encuentra en las exportaciones, lastradas sobre todo por las ventas al exterior de la automoción y, en concreto, con las destinadas a países como Alemania y Francia, registrándose un descenso global en este sector de más del 48% por el momento difícil que atraviesa por su reconversión. A pesar de ello, el saldo comercial es positivo, de unos 48 millones de euros, pero supone un importante descenso porque anteriormente se alcanzaba un superávit de unos 900 millones. Esta evolución ha llevado a que en Aragón se haya pasado de superávit a déficit comercial en el global de las exportaciones.
Y, el mercado laboral también debe estar en el punto de mira. Está teniendo un buen comportamiento. De hecho, "la buena evolución del empleo y los salarios ha permitido que se recupere la capacidad de compra", ha expuesto Santiago Martínez. Sin embargo, a pesar de los avances constatados -por ejemplo con el aumento del 1,9% de la afiliación-, la evolución se sitúa por debajo de la medida nacional (2,8%).
Además, "el mercado laboral se pone a prueba" para cubrir la demanda de los empleos vinculados a las inversiones anunciadas en Aragón por parte de distintas compañías tecnológicas o del sector de la automoción, principalmente.