
Ya lo advirtió el FMI, también la OCDE y ahora el Banco Mundial. Las economías de Estados Unidos y la UE se van a ver profundamente afectadas por las políticas arancelarias de Donald Trump. La entidad multilateral publicaba este martes en su informe de perspectivas globales que el crecimiento de la primera economía del mundo podría reducirse a la mitad, lo que implica una corrección de nueve décimas con respecto a sus perspectivas de enero. Así, este año el avance del PIB estadounidense se quedaría en un 1,4%, frente al 2,3% que vaticinaban a comienzos de año.
El Banco Mundial prevé ese 'efecto cascada' que afectará también al avance de las economías de Japón, India y otros muchos países del mundo, salvo a China, principal objetivo de la guerra comercial desencadenada por Trump. Así, según reza el informe, el recorte de previsiones para la Eurozona con respecto a enero es de tres décimas, hasta el 0,7%; para China, en cambio, mantiene el avance del 4,5%.
Es paradógico como, siendo el gigante asiático el principal objetivo de la guerra comercial de Donald Trump, se salve de los recortes de previsiones. En cambio, entre las grandes economías que sufrirán el impacto de los aranceles en el avance del PIB estará México, que pasó de crecer un 1,5% en las previsiones de enero a tan solo el 0,2% en la revisión de este viernes.
Para este año, el avance del PIB global también lo revisan a la baja, dos décimas, hasta el 2,3% y el banco de desarrollo espera que la economía mundial crezca un 2,4 %, tres décimas por debajo de su anterior pronóstico.
Lejos de que el mundo acabe en recesión, la entidad multilateral advirtió que esta década, la de 2020, lejos de ser unos "felices años 20" como el siglo pasado, va camino de ser la que tenga el desempeño más débil de cualquier década desde la de 1960. Desde el Banco Mundial hablan del ritmo de avance más bajo desde hace 27 años, tras las recesiones de 2009, provocada por el impacto de la crisis financiera, y la de 2020, provocada por la pandemia de la Covid-19.
El economista jefe del Banco Mundial, Indermit Gill, escribía en el prólogo del informe que la "discordia" que existe a nivel internacional, "en particular en torno al comercio" ha trastocado muchas de las certezas políticas "que ayudaron a reducir la pobreza extrema y a expandir la prosperidad tras la Segunda Guerra Mundial". El experto avisó de que, de no producirse un "cambio de rumbo rápido" el impacto sobre el nivel de vida de las personas "podría ser profundo".
En este sentido, en el informe apuntan a que el crecimiento de Estados Unidos y del mundo podría reducirse todavía más si los aranceles se incrementan todavía más desde los niveles que había a finales del mes de mayo, que es lo que podría suceder si se aplicasen los aumentos anunciados por Donald Trump el 2 de abril y luego pausados durante 90 días para establecer el periodo de gracia para las negociaciones bilaterales que todavía se están llevando a cabo.
En este sentido, los economistas del Banco Mundial creen que si los aranceles creciesen otros 10 puntos porcentuales, calculan que el crecimiento económico mundial se frenaría hasta un tibio 1,8% este año y un 2% el próximo. Ante este escenario, los expertos advierten que una escalada en las barreras comerciales provocaría que el comercio global "se paralice" en la segunda mitad del año. Una parálisis, dicen, que vendría acompañado de "un colapso generalizado de la confianza, una creciente incertidumbre y turbulencias en los mercados financieros".
Sin embargo, desde el Banco Mundial rompen una lanza a favor de Trump en el sentido de que Estados Unidos se enfrenta a aranceles más altos sobre sus exportaciones de los que aplicaba a las importaciones. Es decir, la balanza comercial no estaba nada de su lado. Por tanto, Gill dijo que el resto de países deberían reducir sus aranceles en un esfuerzo de asegurar la paz comercial.
"Este acceso favorable a los mercados estadounidenses no fue una política sostenible (...). Las diferencias deben reducirse rápidamente, y esto solo puede suceder si todos actúan de buena fe", escribía el economista jefe de la entidad.
Crecimiento "anémico" en la Eurozona
Los expertos del Banco Mundial auguran que la Eurozona tendrá este año un crecimiento "anémico" debido a esta escalada arancelaria, junto con la volatilidad financiera y la pérdida de confianza que todo esto provoca. De hecho, esta 'anemia' durará hasta el año 2027, dicen en el informe.
"La profunda integración en las cadenas globales de valor deja a la región altamente expuesta a cambios adversos en la política comercial", reza el documento, donde también advierten que este ecosistema va a provocar que las exportaciones y la inversión se frenen, haciendo que la economía de la región no pueda remontar y se agrave la pérdida de competitividad.
En cuanto a las recetas para corregir esta situación, el Banco Mundial dice que el aumento del gasto fiscal para Defensa e Infraestructuras se quedarán cortos. Aunque cree que el hecho de que Alemania libere el paquete de 500.000 millones para la mejora de sus infraestructuras podrán beneficiar de manera positiva a otras economías del entorno.
Esto podría generar un sesgo alcista en las estimaciones si el incremento del gasto se materializa rápidamente. Sin embargo, este efecto podría compensarse parcialmente debido a una reducción de la inversión privada y al deterioro de la sostenibilidad fiscal, provocado por un mayor déficit y un incremento en la deuda pública.
El organismo ha desarrollado sus previsiones anticipando nuevos recortes en los tipos de interés oficiales, basándose en la expectativa de que la inflaciónse mantendrá próxima al objetivo de medio plazo fijado por el Banco Central Europeo (BCE). Aun así, reconoce que podrían surgir tensiones inflacionarias asociadas al aumento del gasto público y al contexto de conflicto comercial.
A pesar de ello, su escenario central contempla una demanda global más débil, una disminución en los precios de las materias primas y un posible redireccionamiento de las exportaciones chinas hacia los países de la Unión Europea.
¿Por qué se salva China?
El enorme estímulo fiscal que está haciendo la Administración de Xi Jinping ayudarán este año a hacer de cortafuegos a las consecuencias de la guerra comercial. Aun así, para el año que viene prevén que la economía del gigante asiático se desacelere hasta el 4% y que en 2027 cierre con un avance del 3,9%. Todo ello a pesar de los esfuerzos que están haciendo desde el Gobierno para mantener ese crecimiento de "alrededor del 5%".
Con todo, en el banco de desarrollo reiteran que las barreras comerciales y la debilidad, tanto de la demanda externa como interna, van a socavar el crecimiento del gigante asiático. En este sentido, achacan a un mercado inmobiliario en crisis y un mercado laboral débil como principales lastres para el consumo. Además, el estímulo fiscal está orientado más hacia el desarrollo de infraestructura y no tanto hacia el estímulo de la demanda interna.
Asimismo, también creen que el menor crecimiento de la productividad, el envejecimiento de la población y los elevados niveles de deuda serán también palos en las ruedas en crecimiento chino.