Economía

El plan maestro de Milei con el dólar es el principio de algo mucho más grande en Argentina: "Es un cambio de régimen"

  • La economía de Argentina inicia lo que se conoce como "dólarización endógena"
  • Los argentinos atesoran 246.029 millones de dólares en cuentas fuera del país
  • Este puede ser un paso definitivo para la dolarización completa de la economía

El Gobierno de Javier Milei anunció este jueves la puesta en marcha de las medidas para alentar a los argentinos a sacar los dólares que por años guardaron "bajo el colchón" y volcarlos a la economía sin ser perseguidos por el Fisco. "Es un cambio de régimen que promueve que la gente pueda usar sus dólares", afirmó el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, en una rueda de prensa. Esta medida pretende acelerar e impulsar en cierta parte el dinamismo del consumo (que esos dólares se usen), pero también el ahorro y las reservas de dólares, puesto que parte de los dólares que hoy están bajo el colchón pasarán a cuentas bancarias, lo que ayudará a reconstruir las reservas del país, por un lado, y a generar un mayor dinamismo en la intermediación bancaria por otro. Esto quiere decir que esos dólares en los bancos se pueden convertir en nuevos créditos que estimulen la economía, ahora que el sector bancario ha comenzado a despertar con la mejora de la economía y la caída de los tipos de interés.

Las medidas anunciadas incluyen un aumento considerable del umbral a partir del cual los bancos y las empresas que venden productos o servicios deben informar al Fisco de las operaciones financieras o de los consumos, lo que en la práctica habilita a usar ahorros no declarados sin por eso ser investigados. También elimina trámites de presentación de declaraciones juradas para justificar la capacidad patrimonial para hacer ciertas operaciones económicas.

Esta inyección puede ser más gasolina para un sistema financiero que ha empezado a despertar de un eterno letargo, volviendo a dar crédito a empresas y familias, lo que a su vez ha reactivado las compras de viviendas, coches y otros bienes de consumo duradero. Los números macroeconómicos en Argentina son contundentes y de sobra conocidos. Estos números son los que han permitido que la banca y la intermediación financiera vuelva a funcionar. La inflación mensual, que alcanzaba el 23% en diciembre de 2023, se redujo al 2,8% en abril de 2025, según datos oficiales. Esta desaceleración ha sido clave para detener el deterioro del salario real y permitir su recuperación. Los ingresos de los argentinos vuelven a ganar terreno frente a los precios, devolviendo poder de compra a los hogares y reactivando el consumo. Mientras tanto, el riesgo país ha caído con intensidad hasta los 648 puntos básicos de hoy martes (llegó a superar los 2.000 puntos en algunos momentos de 2025.

Todo ello ha permitido al banco central rebajar los tipos de interés, rompiendo un bucle infinito en el que el sistema bancario del país se dedicaba casi de forma absoluta a acumular liquidez para comprar activos públicos como las leliqs y otros tipos de deuda de muy corto plazo que ofrecían un interés nominal altísimo. Esto generaba un bucle infinito auspiciado por las necesidades de financiación y monetización del déficit público en Argentina. El Gobierno necesitaba dinero, emitía activos a un tipo de interés muy alto que eran comprados por los bancos y todo volvía a empezar de nuevo. La consecución del superávit presupuestario bajo el mandato de Milei ha permitido romper este bucle, al mismo tiempo que el Tesoro y el banco central han decidido acabar con las leliqs. Ahora, con los tipos de interés más bajos y sin la necesidad de monetizar el déficit, los bancos vuelven a recuperar, poco a poco, su actividad normal que es captar ahorro y dar crédito a familias y empresas. Ahora, la inyección de estos dólares bajo el colchón puede poner la guinda al pastel de esta recuperación.

"Una inyección monetaria"

Según el presidente, se busca un "mecanismo como para que la gente pueda ingresar los dólares al sistema, pueda comprar lo que quiera y que no deje los dedos marcados para que nadie los vayan a perseguir". El Gobierno de Milei considera que, para que la economía argentina pueda continuar con su proceso de recuperación, necesita una "inyección monetaria".

Pero esa inyección no pueden ser pesos argentinos, ya que el Tesoro mantiene su política de emisión monetaria 'cero', por lo que esa 'monetización' debe hacerse mediante los dólares atesorados por los propios argentinos, un proceso que Milei ha definido como "dolarización endógena". "Que la economía la moneticen los mismos argentinos. Cuando ustedes necesitan hacer transacciones, sacan sus propios dólares y los vuelcan en el sistema", alentó Milei.

De este modo, Milei apuesta por el dinero disponible para impulsar el gasto del consumidor. Con pocas posibilidades de aprobar reformas económicas estructurales antes de las elecciones intermedias de octubre, el gasto del consumidor es la opción más fácil para Milei para impulsar la economía este año.

Gabriel Caamaño, economista de la consultora financiera Outlier, afirmó en declaraciones al Financial Times que las medidas "probablemente contribuirán a recuperar ese dinamismo" al regularizar "quizás unos pocos miles de millones". Sin embargo, añadió que era difícil predecirlo con exactitud. El gobierno implementó una generosa amnistía fiscal el año pasado que ayudó a duplicar los depósitos en dólares en los bancos argentinos en comparación con principios de 2024, a más de 30.000 millones de dólares.

Aun así, también hay quien muestra cierta decepción. Para Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, las medidas anunciadas son "bienvenidas" por el sector privado, dado que "quitan parte de la enorme carga que le pesa en materia de fiscalización". Y considera que estos cambios, van a ayudar a "dinamizar" la actividad formal. Sin embargo, señala que el mercado esperaba "algo más en cuanto al uso de las divisas que se encuentran fuera del sistema" y, en ese sentido, las medidas pueden tener un efecto "más limitado" hasta tanto se logre reformar la legislación, en medio de un Congreso menos amigable, después de las elecciones legislativas porteñas por la pelea con el PRO. "Los cambios vienen más que nada desde lo reglamentario y está muy bien. Pero todavía falta la ley", apunta el especialista en declaraciones al medio Ámbito Financiero.

Dos monedas, un país

Argentina es una economía bimonetaria 'de hecho', en la que, si bien hay una moneda propia, es el precio del dólar estadounidense el que determina las decisiones cotidianas de inversores, empresas y familias, una obsesión forjada al calor de las recurrentes crisis financieras del país suramericano. Estas nuevas medidas impulsan esta dinámica y en cierta manera la regularizan.

Desde hace décadas, los argentinos se refugian en el dólar para cuidar lo mucho o poco que logren ahorrar. El peso argentino es la moneda oficial desde su creación en 1992 y desde entonces y durante una década llegó a equivaler a un dólar, el famoso 'uno a uno' del régimen de convertibilidad que implosionó con el estallido de la descomunal crisis económica, política y social de finales de 2001.

Depreciado por la sucesión de fracasos en la política económica, actualmente el peso argentino vale poco menos de un décimo de centavo de dólar al tipo de cambio oficial. Este historial ha reforzado la práctica de acaparar dólares como mecanismo de ahorro y cobertura ante la devaluación y la inflación y, además, de mantener los dólares fuera del sistema financiero argentino por temor a una confiscación.

"Ustedes no metieron dólares abajo del colchón porque odian al país. Ustedes metieron dólares abajo del colchón porque del otro lado había un conjunto de hijos de puta, delincuentes, que les afanaron (robaron) con el impuesto inflacionario. No por nada, desde 1935 a la fecha, le quitamos 13 ceros a la moneda", aseguraba Milei.

Hacia la "dólarización endógena"

Las medidas anunciadas este jueves habían sido anticipadas semanas atrás por el propio Milei, quien ha argumentado que, para que la economía argentina pueda continuar con su proceso de recuperación tras caer un 1,7% el año pasado en medio de un severo ajuste, necesita una "inyección monetaria".

Pero, según el economista ultraliberal, esa inyección no puede ser de pesos argentinos, ya que el Tesoro mantiene su política de emisión monetaria 'cero', por lo que la 'monetización' debe hacerse mediante los dólares atesorados por los propios argentinos, un proceso que Milei ha definido como "dolarización endógena". "Es más natural que la remonetización sea con dólares porque hay pesos solo por el equivalente a unos 37.000 millones de dólares. En cambio, hay dólares por entre cinco y diez veces esa cantidad de pesos", precisó este jueves Caputo.

Según datos oficiales correspondientes al último trimestre de 2024, los argentinos atesoran 246.029 millones de dólares en cuentas fuera del país (esa cantidad de dinero representa alrededor del 40% del PIB de Argentina), en cajas de seguridad o en billetes guardados -como dicen coloquialmente en Argentina- "bajo el colchón", una cifra varias veces superior a la de las reservas del Banco Central argentino.

Un ahorro de dólares fuera del sistema financiero de tal magnitud se ha gestado por años de sucesivas crisis, fuerte devaluación de la moneda argentina, alta presión tributaria, restricciones en el mercado cambiario oficial y medidas confiscatorias, como el 'corralito' bancario de finales de 2001.

"Este cambio de régimen apunta a devolverle la libertad a la gente y dejar de pensar que, quienes se tuvieron que refugiar en el mercado informal, son delincuentes. Son simplemente la mayoría de los argentinos que fue abusada por exceso de impuestos y de regulaciones", sostuvo Caputo.

El año pasado, Argentina hizo un 'blanqueo' de capitales por el que ingresaron al sistema financiero unos 20.000 millones de dólares. Caputo no quiso arriesgar cuántos dólares serán "inyectados" ahora a la economía, aunque dijo que las nuevas medidas van a "liberar" un "consumo reprimido" de dólares que obedece al temor de ser reportado al Fisco.

Reservas en el objetivo

Más allá de este argumento, el Gobierno necesita incrementar las reservas monetarias del Banco Central para cumplir con los objetivos de acumulación incluidos en el acuerdo de facilidades extendidas firmado en abril pasado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las reservas monetarias del Banco Central cerraron este miércoles en 38.176 millones de dólares. Tras cerrar el acuerdo con el FMI, el 14 de abril el Gobierno levantó buena parte de las restricciones cambiarias y puso en marcha un esquema de flotación cambiaria administrada entre bandas -inicialmente, entre 1.000 y 1.400 pesos por dólar-.

Desde entonces, la política ha estado orientada a 'planchar' el precio del dólar con vistas a reforzar el clima de estabilidad en un año que se celebrarán elecciones legislativas pero, sobre todo, a posibilitar que el Banco Central pueda comprar dólares cuando la cotización llegue a los 1.000 pesos por unidad -este jueves cerró en 1.155 pesos por dólar-.

Hasta ahora, el Banco Central no ha comprado divisas, pero el sostenimiento de políticas para apuntalar el 'súperpeso', un mayor ingreso de dólares por las exportaciones de granos y derivados y las medidas anunciadas este jueves, podrían ayudar a que Argentina mejore su nivel de reservas. Argentina tiene por delante una meta exigente: para mediados de junio, cuando se realice la primera revisión del acuerdo con el FMI, el país suramericano debe acumular unos 5.070 millones de dólares.

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