
El avance de la economía china ha sorprendido fuertemente en el arranque de año. Así, en el primer trimestre el PIB alcanzó un impulso del 5,4% –más de lo esperado incluso por el Gobierno de Xi Jinping– pero, a pesar de este buen desempeño de la economía del gigante asiático, los ingresos fiscales cayeron un 3,5% en este mismo período, según los datos del Ministerio de Finanzas chino.
Según explicaron desde el departamento de las cuentas públicas, esta caída en los ingresos se produjo por dos factores clave: la caída de los precios al productor y las exenciones fiscales en los impuestos que repercuten a las empresas, entre ellos, las deducciones por gastos en I+D, las tasas a las Pymes y las exenciones del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
Actualmente, China presenta un difícil equilibrio fiscal entre ingresos y gastos. Según los datos del Ministerio, hasta marzo se produjouna caída interanual del 1,1%, hasta los seis billones de yuanes (unos 723.000 millones de euros). Por otro lado, el gasto se incrementó un 4,2% debido al impulso de estímulos fiscales que está llevando a cabo el Gobierno para impulsar el crecimiento económico en medio de este gran cambio global. Para compensar, los ingresos no tributarios, como multas y tarifas administrativas, aumentaron un 8,8%.
En los tres primeros meses de 2025, los ingresos fiscales del gigante asiático experimentaron una caída del 2,4%, principalmente por la bonificación del IVA a las empresas que realizaban inversiones en infraestructuras. Las administraciones locales incrementaron el gasto para servir de impulso al crecimiento económico y eso hizo que las empresas empezasen a invertir en infraestructuras. Y, en el conjunto del año pasado, los ingresos fiscales cayeron un 3,4% hasta los 17,5 billones de yuanes.
Por aquel entonces, el viceministro de Hacienda, Liao Min, confirmó a los medios en rueda de prensa que esta caída se debió a "una base comparativa más alta" con respecto al ejercicio anterior y "a los incentivos fiscales para apoyar a las empresas". Una tendencia que se sigue repitiendo un año después.
Este claro descalabro entre los ingresos y los gastos dificulta claramente el objetivo de crecer "alrededor del 5%" que se ha vuelto a marcar Pekín este año. Máxime cuando está en medio de una guerra arancelaria con los Estados Unidos, con un consumo interno completamente debilitado que alimenta las presiones deflacionarias y un incremento de la deuda.
Los ingresos fiscales son la principal fuente de alimento de los Presupuestos Públicos Generales (PGG), el mayor de los cuatro presupuestos del sistema fiscal chino. El año pasado representaron el 80% de los ingresos del PGG.
Durante el primer trimestre, uno de los descensos más pronunciados se produjo en el impuesto sobre la renta de las empresas, el cual aportó el 23% del total de los ingresos fiscales y experimentó una baja del 6,8% en comparación con el mismo periodo del año anterior. En contraste, otros tributos clave como el IVA, el impuesto al consumo y el impuesto sobre la renta de personas físicas registraron incrementos del 2,1%, 2,2% y 7,1%, respectivamente.
Aunque las devoluciones del IVA y la reducción del impuesto sobre sociedades influyeron en la disminución de los ingresos fiscales durante el primer trimestre, estas medidas no bastan para explicar totalmente la discrepancia entre el aumento del PIB y la caída de la recaudación. Una parte importante de esta diferencia radica en la metodología utilizada para calcular el PIB.
La Oficina Nacional de Estadísticas calcula el PIB en términos reales ajustados a la inflación, mientras que el Ministerio de Finanzas informa los ingresos fiscales a precios corrientes, que reflejan los precios reales durante un período de tiempo específico.
Pero, incluso si se consideran esos factores de precio, el PIB nominal de China creció un 4,6% en el primer trimestre de 2025, mientras que los ingresos tributarios cayeron un 3,5%.
Aunque las explicaciones oficiales atribuyeron la situación a elementos como al aumento del IPCindustrial y el encarecimiento de las importaciones, también intervinieron causas estructurales menos visibles. Entre ellas destacan los avances en el sistema de deducción del IVA tras la aplicación nacional de la reforma que sustituyó el impuesto empresarial por el IVA, para evitar la doble imposición. Además, se fortaleció la recaudación gracias a campañas antifraude.
Xi posterga sus estímulos fiscales ante la guerra comercial de Trump
China avanza con sus planes de estímulo de este año pero está postergando nuevas medidas mientras intenta mantener la compostura, apostando a que Washington será el primero en ceder en una prolongada guerra comercial.
El órgano de toma de decisiones de élite del Partido Comunista, el Politburó, se comprometió el viernes a apoyar a las empresas y los trabajadores más afectados por los aranceles estadounidenses de tres dígitos sobre los productos chinos, pero no llegó a anunciar un gasto deficitario adicional.
La decisión de retener estímulos adicionales decepcionó a los inversores, lo que provocó una caída del 3% en las acciones inmobiliarias chinas el lunes, a pesar de los esfuerzos oficiales para calmar las preocupaciones del mercado sobre una fuerte caída del crecimiento económico provocado por la guerra arancelaria.
Pekín ya está aplicando una estrategia de estímulo más intensa, que puede mantener durante los próximos meses para mitigar el dolor de perder, al menos temporalmente, a su mayor cliente, dijeron analistas y asesores políticos.
La falta de nuevos estímulos no indica una capitulación en sus altas ambiciones de crecimiento este año (que igualan el crecimiento del año pasado de alrededor del 5%) sino una estrategia para permanecer flexible en medio de la guerra arancelaria con la administración del presidente Donald Trump."Es simplemente demasiado pronto para que Pekín apueste todo", dijo Larry Hu, economista jefe para China en Macquarie.
Es mucho más fácil para Trump retractarse de su amenaza arancelaria que para Pekín de su anuncio de estímulo. Además, los responsables políticos podrían anunciar nuevos estímulos a lo largo de las próximas semanas o meses. China ya ha adelantado la implementación de sus planes de estímulo para 2025 y eso continuará, dijo el economista de Macquire. La caída de los ingresos es palpable y China ha aumentado su objetivo de déficit este año al 4%, algo insólito en una economía que nunca rebasó el límite del 3%del PIB.