
El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, aseguró que desde el país vecino ya están trabajando en reforzar su red eléctrica en materia de "prevención y resiliencia" para depender menos de España y que un suceso como el apagón energético de ayer en la red eléctrica española les afecte lo menos posible.
"Aún no es momento de hacer balance, pero quiero asegurarles que ya estamos trabajando, en particular con REN (siglas de Rede Eléctrica Nacional), para reforzar nuestra capacidad de prevención y resiliencia, con el fin de evitar que se repitan incidentes como este", dijo Luís Montenegro, a la prensa tras el Consejo de Ministros luso.
El dirigente luso explicó que Portugal lleva mucho tiempo trabajando y exigiendo a Bruselas que se fortalezcan las interconexiones en Europa "para tener una mayor autonomía, tanto en la recepción como en la venta de energía", dijo.
A lo que Montenegro se refiere es que, a diferencia de España, que se benefició de otras conexiones que tiene con Francia y Marruecos, Portugal solamente depende de nosotros para abastecerse o importar energía en caso de emergencia o necesidad.
La Península Ibérica está considerada una 'isla energética' y eso tiene ventajas y desventajas. El hecho de que ayer el país vecino sufriese también un apagón no tiene nada que ver con su red eléctrica. "Nosotros tenemos capacidad de producir y distribuir energía, pero tenemos también una conexión con España", explicaba Montenegro.
En el momento en el que la red eléctrica española pierde los 15 GW de energía en menos de cinco segundos, lo que supone el 60% de la demanda del paísen ese momento, Portugal se encontraba "en un momento de importación", explicaba João Faria Conceição, Administrador de la REN. Esto quiere decir que, como es habitual, el país vecino estaba aprovechando "la energía más barata, que es la producida por las centrales solares de España"
De todos modos, y tal y como dijo el primer ministro, "aunque no estuviésemos importando energía, un suceso de estas características afectaría igualmente a Portugal". Para el primer ministro, lo importante a cuidar en el futuro "es tener mecanismos de seguridad más desarrollados para poder evitar que ocurra un evento como este con este impacto".
Portugal y España están interconectados por nueve líneas a lo largo de la frontera que facilitan el intercambio de energía entre los dos países, así que todo lo que sucede en un lado tiene repercusiones en ambos lados.
A través de sus propios recursos
En el país vecino la situación volvió a la normalidad prácticamente al mismo tiempo que en España. A las 2:16 hora local (3:16 hora española) el Gobierno informaba de que el 80% de los abonados ya habían recuperado el suministro eléctrico.
El responsable de transmisión eléctrica en Portugal continental destacó que las operaciones para restablecer la distribución de energía en todo el país "son particularmente complejas" porque se realizaron con recursos de producción nacionales, "a diferencia de lo que ocurre en España, cuya operación de vuelta a la normalidad cuenta con aportaciones de los sistemas eléctricos francés y marroquí", dijo.
El suministro eléctrico se restableció al principio en algunas zonas de los distritos de Santarém y Porto, próximas a las centrales hidroeléctricas de Castelo de Bode (situada en el municipio de Abrantes, distrito de Santarém) y de la central termoeléctrica de Tapada do Outeiro (Gondomar, distrito de Porto), donde se recuperó la producción de electricidad.
En Lisboa, en cambio, al estar más alejada de centrales de producción eléctrica, el servicio se restableció más tarde. Según informó el primer ministro portugués, la recuperación del servicio en algunos barrios de la capital portuguesa se inició alrededor de las 20:45 horas, hora local (21:45 horas en España).
A medianoche, 424 subestaciones, 3200 MW y alrededor de 6,2 millones de clientes estaban parcialmente conectados. Dado que aún no es posible predecir el restablecimiento total, comunicaban desde la gestora de la red eléctrica lusa.
Tal y como sucedió en España, tanto las redes de metro de Oporto como de Lisboa estuvieron interrumpidas durante toda la jornada. Pero la peor parte se la llevó el aeropuerto de la capital, que cerró sus puertas y canceló las salidas hasta las diez de la noche, hora local portuguesa. En cambio, los otros dos aeropuertos continentales (Oporto-Sá Carneiro y Faro -Algarve-) asumieron los desvíos procedentes de Lisboa y la operativa se desarrollaba "con las limitaciones derivadas de la situación", avisaban desde ANA, la gestora aeroportuaria lusa.
Hacia las diez de la mañana, el aeródromo lisboeta volvía a recuperar la actividad con al menos 10 vuelos cancelados y largas colas de pasajeros para reclamar el equipaje perdido.
Una isla energética
Como todo en la vida, el hecho de que la Península Ibérica esté considerada una 'isla energética' tiene sus ventajas y sus desventajas. Por ejemplo, cuando los cortes de suministro rusos se produjeron en toda Europa, debido a la invasión de Ucrania, deja a ambos países en una frágil situación, ya que sus socios europeos no pueden exportarles energía en el caso de un apagón de estas características.
En julio del año pasado, tanto la ministra de Medio Ambiente y Energía de Portugal, María da Graça Carvaho, y su homóloga española por aquel entonces, iniciaron una campaña coordinada para hacer frente a la negativa francesa de facilitar las interconexiones europeas. Ambas líderes, por aquel entonces, querían elevar las negociaciones a Bruselas y alejarlas del bilateralismo entre la Península y Francia.
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