El empleo ha registrado un comportamiento positivo después de la pandemia, el número de afiliados a la Seguridad Social se ha asentado por encima de los 21 millones y el paro ha regresado al nivel previo a la crisis financiera. Sin embargo, la evolución podría dejar de ser tan favorable, ya que el mercado laboral ha comenzado a dar signos de estar tensionado. Actualmente hay casi 18 parados por cada puesto de trabajo, según el INE, al tiempo que las empresas reportan tener cada vez más dificultades para cubrir las vacantes que tienen abiertas, dado que no encuentran desempleados con las habilidades que demandan
La encuesta que realiza una vez por trimestre el Banco de España al sector empresarial da cuenta de este problema. La falta de mano de obra disponible se mantiene como uno de los tres condicionantes de la actividad de las empresas en el arranque de 2025, cuando el 45,8% de las compañías afirmó tener dificultades en este ámbito. Una situación que se acentuaba en el ámbito de la agricultura, la hostelería y la construcción, donde más de la mitad de las empresas lo señalaban.
La explicación es que los parados se concentran en los sectores que demandan una menor cantidad de trabajadores, mientras que los que tienen más vacantes abiertas, como el sanitario o los servicios de información y comunicación registran menos de cinco trabajadores por puesto de trabajo ofertado, según los datos recopilados por Asempleo de la Encuesta de Población Activa (EPA) y la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del último trimestre del año pasado.
La proporción de desempleados por cada vacante se ha reducido en los últimos años. Al inicio de 2022 había casi 24 parados por puesto ofertado, una ratio que ha seguido una evolución irregular –debido al periodo de elevada incertidumbre por los conflictos en el extranjero– pero que ha descendido hasta situarse en 17,5 a finales de 2024. No obstante, desde el sector de los recursos humanos se advierte que esta variable se mantiene en niveles muy elevados para un periodo en el que se ha reducido el paro y han crecido las vacantes. De acuerdo con el INE, los sectores público y privado querían incorporar a 148.000 trabajadores en los últimos meses del año pasado, frente a los 139.314 puestos de trabajo previstos al término de 2023 y los del año 2022.
Esta cifra de vacantes, entendida como los puestos creados recientemente, que no está ocupado o que está a punto de quedar libre y para el que la empresa ya ha puesto en marcha un proceso de selección para encontrar un candidato fuera de la compañía, es más reducida que la de los países del entorno europeo, pero la consolidación de un problema de falta de mano de obra ha supuesto un cambio inesperado para las empresas que corre el riesgo de intensificarse en las próximas décadas, como apuntaba el análisis elaborado el pasado verano por BBVA Research y el IVIE al efecto.
Este contexto impacta directamente en la economía, porque supone un freno a la capacidad de las empresas para generar nuevos empleos. Estos dos centros de estudios cifraron en 8.150 millones de euros el coste en términos de PIB, un dato que avanzaban podría triplicarse si el mercado europeo converge con el patrón europeo en el que los puestos de trabajo demandan cada vez habilidades más específicas, que no siempre están ligadas con los estudios universitarios a los que se encaminan los jóvenes en España.
Como es lógico, esta situación también afecta directamente a los desempleados y a los trabajadores en activo, puesto que aumenta la competencia para cada puesto. Por lo que los economistas llaman a reformar las políticas activas de empleo para canalizar la reconversión de estas personas, sobre todo a los parados de larga duración y también del sistema educativo, para preparar el terreno hacia una futura escasez de trabajadores.
Dudas sobre el recuento de vacantes
CEOE, Cepyme y ATA han incidido en los últimos años en los problemas para contratar trabajadores en sectores en los que el INE no recoge un número de vacantes que sea especialmente alto, como es el caso de la construcción con 4.611 puestos sin cubrir. En los últimos años esto dio lugar a un choque con la cartera de Trabajo de Yolanda Díaz que insistía en que no había un problema de mano de obra, sino de condiciones laborales (salarios y duración de las jornadas), mientras el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que primero estuvo titulado por José Luis Escrivá y ahora por Elma Saiz reconocía la necesidad de revisar los puestos de difícil cobertura para facilitar la llegada de profesionales del extranjero para estos puestos.
Por ello, desde el ámbito de la patronal se han tratado de buscar fórmulas alternativas para reflejar las necesidades de las empresas, si bien, por el momento solo han compartido encuestas sobre los problemas que afrontan los sectores a la hora de atraer talento. En paralelo, las compañías del ámbito de los recursos humanos con Infojobs, Randstad o Adecco informan cada cierto tiempo del número de ofertas que reúnen en sus plataformas, sin embargo, actualmente no existe información agregada que refleje las personas que buscan contratar las empresas o aquellas búsquedas de candidatos que una vez puestas en marcha, nunca llegan a cubrirse, como señala el presidente de Asempleo, Andreu Cruañas al comentar este problema de vacantes.
"Resulta clave analizar las vacantes del sistema productivo, desarrollar estudios prospectivos e integrar en la orientación laboral información clara sobre las características de los empleos y la empleabilidad media asociada a cada tipo de formación" señalaba el director de Estudios y Economía de Foment del Treball, Salvador Guillermo, esta semana en un encuentro organizado por Fedea y el Colegio de Economistas sobre las políticas activas de empleo. Este economista también se hizo eco de la dificultad que reportan cada vez más empresas para cubrir vacantes, incluso en sectores que demandan una escasa cualificación.