Economía

La guerra comercial provocará que el PIB de la UE vuelva a estancarse

  • Alemania, Irlanda y Países Bajos serán los países más dañados por las tensiones
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Madrid/ Bruselasicon-related

El estallido, con todas sus consecuencias, de la guerra comercial llega en un momento de debilidad de la economía europea –con casi la única excepción de España–. Con todo, los expertos y las instituciones consultadas por elEconomista.es son reacios a dar por hecho que la ofensiva del presidente Donald Trump conduzca irremisiblemente al Viejo Continente en su conjunto hacia la recesión. A cambio, sí ven muy probable que vuelva a sufrir un parón semejante al sufrido una vez pasados los peores momentos de la pandemia, y del que la eurozona y el conjunto del UE aún no se han recuperado del todo.

El crecimiento nulo o muy cercano a cero será inevitable si se cumple el pronóstico de los expertos de Deutsche Bank de que la guerra comercial reste hasta un 0,8% al crecimiento comunitario ya en el presente ejercicio. Dados los débiles datos de avance heredados por la Unión Monetaria de 2024, ese golpe supondría condenar a su PIB a un magro incremento en el entorno del 0,2% interanual. Las previsiones actualizadas esta misma semana por CaixaBank Research apuntan en una línea parecida al estimar una reducción del avance económico de, como mínimo un 0,4% del PIB.

Se trata de un "fuerte revés económico", en palabras del investigador principal del Real Instituto Elcano Enrique Feás, "por la caída de las exportaciones" a la que está abocada esta área económica. Además, "la previsible respuesta europea también supondrá un coste (ya que los aranceles son siempre dañinos incluso para quienes los impulsan). No obstante, Bruselas tiene la opción en su mano de centrar sus propios gravámenes "en sectores que dañen a la economía de EEUU y no tengan un impacto tan acusado para la UE".

Daño exportador

El economista Javier Santacruz, por su parte, también ve inevitable una reducción en el crecimiento del PIB de, como mínimo, tres décimas debido al daño "inevitable que va a sufrir el sector exterior, especialmente en lo que a Alemania concierne.

En nada beneficia a esa situación, la posible subida de la inflación a escala que los impuestos en la frontera implican. "En el caso del Viejo Continente, está claro que si aumenta la inflación el Banco Central Europeo va a congelar las bajadas de tipos, con lo que eso supone, en términos negativos, para el crecimiento económico", apunta el profesor de Economía de UNIE, Tomás Gómez.

No obstante, hay pronósticos más halagüeños. El impacto de los aranceles estadounidenses en la economía europea se traduciría en un recorte del 0,2% en las proyecciones de crecimiento para este año, según un estudio del Instituto Kiel para la Economía Mundial. También la inflación sufrirá los efectos de la escalada arancelaria pero sus efectos serán más perjudiciales para la economía estadounidense, donde se prevé una escalada de precios de hasta el 7% para este año.

El efecto sería a la inversa en el mercado comunitario. El instituto alemán proyecta un proceso de desinflación para la UE, con una caída de precios del 0,9%, lo que allanaría el camino del Banco Central Europeo para proseguir con su bajada de tipos. Los motivos los explica el experto del think tank Bruegel, Niklas Poitiers, que justifica que los productos que no vayan al mercado estadounidense se dirigirán a Europa, lo que producirá una bajada de los precios debido a una mayor oferta. Rechaza, además, que se produzca una crisis como el Covid .

El "Make america wealthy again" tendrá el efecto opuesto y golpeará principalmente a la economía norteamericana y a sus principales socios, Canadá y México, según el experto de Bruegel, aunque para Europa la escalada arancelaria tampoco saldrá gratis. El sector de la automoción, dependiente de puntos de producción en territorio estadounidense, se verá golpeado por el incremento de tasas aduaneras. La debilitada economía alemana tiene todos los visos de ser la que más sufra entre las europeas. También porque el sector de químicos será otro de los más perjudicados por estas tensiones comerciales, afirma el experto del think tank Centro de Estudios de Política Europea (CEPS), Karel Lanoo.

Cabe considerar que Berlín es, junto con Dublín y La Haya, de las economías que más se resentirán de la presión en la relación con Washington. El Ejecutivo germano ya ha dispuesto una estrategia por la que pretende dar una vuelta a la economía del país con la inversión en infraestructuras y en defensa, en un intento por atajar los desequilibrios de los últimos años.

Europa también se centra en reindustrializarse y traer la producción dentro de sus fronteras para evitar dependencias excesivas de terceros, tomando nota de la lección de la crisis energética con Rusia. El bloque puede atacar a los servicios digitales de EEUU. Es su mejor baza, aunque también entraña riesgos, ya que las firmas europeas dependen en gran medida de los servicios ofrecidos por las big tech.

El efecto dominó, plagado de incertidumbre, llama a mirar también a la depreciación del dólar. "Muestra que los mercados piensan que EEUU registrará un crecimiento más lento, lo que podría beneficiar a la UE", observa el experto de Bruegel. Los consumidores americanos afrontan una pérdida de poder adquisitivo en la implementación de una anticuada política trumpista, que busca llevar la producción a territorio estadounidense para recuperar puestos de trabajo de épocas pasadas. Con sus aranceles universales, Washington ha generado una ola de malestar con sus principales socios comerciales y su estrategia podría, finalmente, dar las cartas a China para ganar la partida de convertise en la primera economía mundial.

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