
España se ha consolidado como el gran motor de crecimiento en Europa. Con un avance del PIB del 3,5% mientras el resto de grandes países viven al filo del estancamiento. Sin embargo, las medidas del presidente de EEUU, Donald Trump, y los cambios que se están produciendo en el país pueden asestar un duro golpe. Este impacto no viene de los aranceles, ni de ningún conflicto comercial. España había encontrado en EEUU uno de los grandes argumentos para lograr un auge turístico sin precedentes que ha derivado en 94 millones de visitantes (récord histórico). Ahora la fragilidad económica de EEUU y la incertidumbre en su futuro están generando preocupaciones en el sector y en los mercados.
Esto es especialmente relevante dado que el turismo ha sido uno de los grandes pilares que explican el aumento del PIB (junto con la inmigración). Según el vicepresidente de Exceltur, Oscar Perelli, este sector explicó cerca del 26% de todo el aumento de la economía española en 2024. Esto fue gracias a que este sector, punta de lanza de la economía española (representa el 12% del PIB), creció a un ritmo acelerado del 6,5%.
En resumen, turistas de todo el mundo empezaron a llegar a España a pasos agigantados. En términos globales, durante todo el año estamos hablando de un aumento del 10% interanual hasta los ya mencionados 94 millones de visitantes extranjeros que dejaron 126.000 millones de euros, un 16% más. Sin embargo, si bien cuando se piensa en el auge de este fenómeno vienen a la mente los visitantes británicos, alemanes o franceses, la realidad es que EEUU tuvo un papel preponderante e inesperado en todo el auge turístico pospandémico.
La fortaleza de los consumidores de EEUU llevó a un importante y desatado gasto en el que España tuvo su papel, ya que muchos eligieron la península para pasar sus vacaciones. Durante todo el año llegaron 4,2 millones de turistas del gigante norteamericano, una cifra clave teniendo en cuenta que en 2019, antes de la pandemia, apenas entraron 3,3 millones y supuso un gran salto adelante respecto a los 3,8 millones de 2023.
Aunque esta cifra pueda parecer pequeña (un 4,5% del total) la realidad es que el turismo de EEUU va mucho más allá del número de visitantes. Gastan como nadie y se quedan más días, lo que les convierte en uno de los turistas clave para explicar el despertar pospandémico. EEUU es el sexto país que más deja en España con 9.140 millones de euros. Para hacerse una idea de la magnitud, los turistas franceses se dejan menos de 11.000 millones y los alemanes 15.500 millones. Se trata de un país líder junto con China en gasto medio diario, con cerca de 274 euros por cabeza.
En declaraciones a elEconomista Pedro Aznar profesor de Esade y catedrático de Economía, especializado en turismo, explica que "se trata de un país totalmente clave con un turista que tiene una mayor estancia. Es uno de los que más gasta porque tienen una gran capacidad de pago". En ese sentido Aznar explica que los precios de los hoteles, que han crecido de forma clave más allá de la inflación, han podido frenar a muchos turistas que vienen a España pensando en los precios y el sol pero que el gran valor de los norteamericanos es que "son insensibles a estos aumentos, les importan menos los precios".
Es por esa importancia que se han visto reacciones muy virulentas en la industria turística después de que EEUU está emprendiendo un claro giro a la baja en sus proyecciones económicas. Hay indicadores como el PIB de Atlanta que hablan de una contracción del 2,7% de la economía el primer trimestre (aunque esto está alterado por las compras masivas de oro), pero, aunque esta alerta está cuestionada, la realidad es que pocos dudan de una gran desaceleración por las medidas de Donald Trump que, precisamente, está provocando grandes dudas entre los consumidores.
Esto se ha visto en los últimos datos, a finales de febrero el Departamento de Comercio informó que el gasto personal cayó un 0,2% en enero, por debajo de la estimación del mercado, que esperaba un aumento del 0,1%. Ajustado a la inflación, el gasto cayó un 0,5%. Por su parte la confianza del consumidor está ya en mínimos de 15 meses. Desde S&P Global afirmaban en sus últimos datos PMI que sí que están apareciendo "una marcada desaceleración del crecimiento empresarial en Estados Unidos y un aumento de los precios de los bienes".
Por su parte, desde Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum Asset Management (affiliate de Natixis IM) comenta que "el panorama se ensombrece y los hogares, aunque sigan viendo un aumento de sus ingresos, se preguntan cómo evolucionará la economía y, tras ello, su propia situación. El consumo podría ajustarse significativamente".
Esto ha tenido un impacto clave en acciones turísticas. La semana pasada, cuando el giro económico de EEUU se escenificó con las palabras de Trump hablando abiertamente de una posible recesión de EEUU como parte de una transición económica los principales valores turísticos de España se desplomaron. IAG perdió más de un 12% en el parqué, seguido de Amadeus que se dejó un 7% y Melia un 6%. Los viajes internos en EEUU han caído con los consumidores postergando al máximo sus viajes, lo que provocó un desplome de Delta Airlines, ahora lo más probable es que esto se extienda a sus viajes internacionales.
"Los inversores están notando la ralentización del crecimiento del turismo en España con unas llegadas a los aeropuertos españoles los primeros dos meses un 5% mayores frente al 12,9% del año pasado y el 7,5% de diciembre"
Esto es lo que opinaban los analistas de XTB ante la caída de los valores españoles, alegando que "esto se debe a que la confianza de los consumidores estadounidenses se está deteriorando y la disposición a realizar viajes en los próximos 6 meses sufrió un importante descenso en el mes de febrero". Esto se mezcla con la idea de que EEUU puede ser clave y la primera parte de una desaceleración más general en el turismo español. "Los inversores están notando la ralentización del crecimiento del turismo en España con unas llegadas a los aeropuertos españoles los primeros dos meses un 5% mayores frente al 12,9% del año pasado y el 7,5% de diciembre".
En ese sentido, desde XTB señalan que la situación de EEUU se mezcla con "otros destinos cuyo crecimiento del PIB puede ser reducido como Alemania, Francia o Reino Unido y cuyo desempleo está aumentando". En conjunto, y sumando una guerra comercial que afectará a todos, concluyen que "esto no significa que veremos una contracción en el turismo, pero que nos podemos despedir de las tasas de crecimiento que vimos en los años anteriores".
Las reservas ya han caído un 16% respecto al año pasado
Santiago Vallejo, vicepresidente de Mesa de Turismo coincide en que ya mismo se está notando una ralentización de las llegadas de EEUU con un 16% menos de las reservas frente a las que había a estas mismas fechas el año pasado. Sin embargo, resta importancia a esta amenaza alegando que si bien "lo que gasta un estadounidense en España es clave y mucho más que, por ejemplo, un alemán", el efecto no será tan potente como apuntan las estadísticas. "Sigue habiendo capacidad en materia de crecimiento y, representando un 5% del total no creemos que EEUU sea determinante, esperamos que sigamos creciendo y llegue a los 98 millones de visitantes.
Jose Manuel Lastra, vicepresidente de CEAV coincide y, en declaraciones a elEconomista.es comenta que si bien "se trata de un mercado importante. No creemos que haya una caída abrupta". El representante de las agencias cree que el turismo perdido de EEUU puede compensarse con otros mercados similares como Canadá, China o México que ante la guerra comercial con EEUU "opten por buscar otros destinos y desvíen hacia Europa y, particularmente, España".
Al margen del golpe económico en el país y la incertidumbre económica Vallejo señala el efecto divisa como una clave. "El euro se está revalorizando y eso hace menos atractivo para estos turistas los precios en España". En cualquier caso también señala que la guerra comercial ha creado "un escenario de incertidumbre que ofrece dudas a los turistas y Trump, desde luego, no está ayudando". Desde CEAV explican que si bien las reservas canceladas ya van por el 16% esperan que esto se vaya limando y que el número de viajeros procedentes de EEUU solo caiga un 5% para todo el año en un escenario negativo.