Economía

El Banco de España prevé un freno en la productividad laboral hasta el año 2027

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá.

El Banco de España encabezado por José Luis Escrivá proyecta un nuevo estancamiento de la productividad durante los años 2025, 2026 y 2027. Esta variable, que resulta fundamental para el crecimiento económico a medio plazo, centra todo los análisis ante la posibilidad de que se reduzca la jornada a 37,5 horas en los próximos meses. Sin embargo, en su último informe, el supervisor advierte de que esta no tendrá una evolución positiva, incluso si Yolanda Díaz no consigue poner en marcha esta medida.

El organismo diferencia entre la productividad medida por hora y por ocupado y avanza que ambas crecerán menos de un 1% cada año. En concreto, estima que tendrán un comportamiento más positivo este año (0,9% y 0,7% respectivamente) y que en los dos años siguientes, los dos indicadores se estancarán en el 0,7%, lo que supone un ritmo ligeramente inferior al promedio de las últimas dos décadas en la medición por hora (0,8%) y algo mejor en la productividad por trabajador (0,6%).

Estas proyecciones no tienen en cuenta el posible impacto de la reducción de la jornada laboral por ley, puesto que la medida todavía no se ha aprobado ni debatido en el Congreso de los Diputados, donde llegará en las próximas semanas, por lo que este diagnóstico se debe a que esperan una ralentización en el ritmo de la creación de empleo. "Esto ritmos de avance previstos para el empleo (del 1,9% en 2025 y del 1% en 2027), menores que los proyectados para el PIB, implicarían un aumento de la productividad por ocupado en los próximos años, que crecerá a tasas algo menores que las observadas durante 2024" y al que seguirá un ligero incremento de la variable por hora, que seguirá el mismo patrón.

La comparación con el promedio de las últimas dos décadas resta dramatismo a estas cifras, si bien, el cambio es sustancial respecto a la tendencia apreciada a lo largo de 2024 cuando la productividad por hora volvió a crecer a un ritmo del 2% tras la caída registrada en los trimestres posteriores a la primera recuperación postpandemia. En especial, resulta significativa la evolución decreciente de la productividad por ocupado, que lógicamente se vería afectada directamente por un recorte de la jornada como el que se plantea desde Sumar.

"La productividad crece a un nivel raquítico desde hace dos décadas y lo hace mucho menos que la media de la Unión Europea. Desde 2022 ha habido una pequeña recuperación, pero que no ha sido suficiente para compensar el diferencial acumulado durante años por este problema estructural" resume el profesor de la Universidad de Valencia e investigador asociado a Fedea, Javier Ferri, en conversación con elEconomista.es. Esta mejora está directamente relacionada con el comportamiento del PIB español frente al del resto de socios y no a cambios fundamentales en el patrón productivo, resalta. Por lo que España aplicaría cambios en la duración de la jornada sin haber conseguido elevar sustancialmente el peso de los sectores más productivos sobre el conjunto de la economía, enfocada en los servicios.

El economista pronostica que en este escenario, el impacto de las 37,5 horas por ley sería una reducción de la productividad por ocupado, en tanto que trabajaría media hora menos y también podría producir menos. En cambio, se produciría un crecimiento de la productividad por hora. "Hay una razón genuina, podemos esperar que los trabajadores estén menos cansados, más contentos y en línea con la teoría de los rendimientos decrecientes, podemos esperar que aumente" explica, a la que se suma un "efecto composición" que por el contrario, sería negativo.

"Al aumentar los costes de producción (subirían los salarios por hora) se produciría un aumento del desempleo, puesto que los trabajadores menos productivos serían expulsados o pasarían a la economía sumergida" detalla. Y este impulso de la productividad tendría un impacto negativo (moderado) en el PIB per cápita, puesto que no crecería tanto como para compensar la pérdida en la tasa de empleo y en las horas trabajadas, las otras dos variables en las que se descompone este factor.

BBVA Research ponía cifras a este impacto en un análisis de 2023. El centro de estudios calculaba que la reducción de la jornada por ley incrementaría en un 1,5% del PIB los costes laborales, lo que restaría siete décimas al crecimiento medio de la economía y ocho décimas al empleo. Asimismo, pronosticaban un aumento equivalente de la tasa de paro (ocho décimas) por año frente a un escenario en el que no se aplicara esta normativa. Es por ello que el Ministerio de Economía -que tampoco incluye la medida a la hora de hacer previsiones- enfatizó la necesidad de compensar esta reducción con otras medidas que nunca llegaron a detallar en público.

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