Economía

Los ingresos fiscales crecen cinco veces más que la media de la UE por no deflactar tipos

  • La recaudación subió en 3,7 puntos porcentuales sobre el PIB, frente al 0,7% de la media europea
  • La presión de la inflación sobre IVA e IRPF supuso un sobrecoste de 392 euros por hogar solo en 2022
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero | EP

En plena polémica entre María Jesús Montero y Yolanda Díaz por el interés de Hacienda de que el SMI tribute en el IRPF, la comparativa europea muestra cómo el Ministerio ya ha sacado un gran provecho de la no deflactación de los impuestos directos. Entre 2021 y 2023, los años más duros de la crisis de la inflación, los ingresos públicos en España aumentaron en torno a 3,7 puntos porcentuales del PIB, frente a los 0,7 puntos porcentuales de la media de la Unión Europea. "La brecha de la presión fiscal respecto a la media europea se ha reducido así a la mitad en tres años, pasando de unos seis puntos de PIB a menos de tres", explica un informe elaborado por el think tank estadounidense, especializado en fiscalidad Tax Foundation. El motivo más destacado según sus autores, los economistas españoles Santiago Calvo y Diego Sánchez de la Cruz, es la menor aplicación de medidas fiscales que el Gobierno tomó para corregir el alza del IPC, en comparación con las llevadas a cabo en el resto de sus socios comunitarios. En concreto, desde 2021, Moncloa se limitó a amortiguar el golpe fiscal procurado por el incremento de los precios con rebajas selectivas del IVA para la electricidad y el gas, a las que después se añadieron las dirigidas a reducir el impacto del coste de los alimentos básicos.

Algo similar ocurrió con el IRPF. Hacienda acometió una rebaja del impuesto sobre la renta dirigida a hogares con las rentas más bajas, dejando intactos el resto de los tramos. En total, estas medidas generaron una pérdida anual de recaudación de más de 3.000 millones de euros; sin embargo, la buena marcha del empleo, y los rendimientos generados por el efecto de la inflación sobre aquellos contribuyentes excluidos del escudo social, provocó que los ingresos por IRPF crecieran un 7,5% hasta el pasado mes de noviembre. "Si se hubieran indexado todos los componentes del IRPF, los contribuyentes españoles habrían ahorrado de media cercana a los 220 euros en 2021 y 217 euros en 2022", explica la institución. Si se añade el resultado de 2023, con una inflación más moderada, la presión fiscal media ejercida por el alza de los precios creció a 557 euros por hogar.

Lo mismo ocurrió con el IVA. El aumento de los precios generó que la recaudación acumulada repuntara un 7,6% durante el mismo periodo. En concreto, los hogares situados en la mediana de gasto tuvieron que soportar un IVA adicional de 175 euros por el incremento de precios. Teniendo en cuenta que los hogares soportaron un incremento del IRPF de 217 euros en 2022 por el lastre fiscal, el sobrecoste total soportado por los contribuyentes españoles ascendió a 392 euros, en el peor año de la crisis. En total, la Agencia Tributaria ingresó 273.993 millones de euros hasta undécimo mes de 2024, un 7,4% más que en el mismo periodo de un año antes.

El modelo alemán ante la crisis

La acción del Gobierno en España contra la inflación contrasta con las recetas aplicadas en otros países de nuestro entorno, como Alemania. Berlín, muy afectada por su mayor dependencia del gas ruso, desplegó una rebaja masiva de impuestos para 48 millones de ciudadanos por valor de más de 10.000 millones de euros en 2022. El -por entonces- ministro de Finanzas, Christian Lindner, elevó el umbral mínimo de ingresos para presentar la declaración hasta los 10.347 euros. A ello se sumó una deflactación del impuesto sobre la renta, que evitó que la presión de los precios se trasladara a los hogares de clase media y baja. También se incluyeron una reducción del IVA al gas y las calefacciones urbanas, y una rebaja del impuesto de Sociedades y otros alivios fiscales por valor de 7.000 millones de euros, aprobada en 2023. En total, el país dedicó 32.000 millones a aplacar el efecto arrastre de la pandemia y el impacto de la inflación durante los últimos cinco años.

Por contra, España optó por priorizar de gasto. Aprobó una bonificación del combustible, aplicó ayudas al transporte -que seguirán vigentes hasta julio- o inició una revalorización de las pensiones, el Ingreso Mínimo Vital o el Salario Mínimo, que seguirán creciendo durante los próximos años, a pesar de que los precios han conseguido estabilizarse.

Solo tres países ajustan el IRPF por la inflación

Tan sólo unos pocos países ajustan sus umbrales de impuestos a la renta en función de la inflación. En concreto, de 160 economías, 131 no tienen ningún ajuste. En el resto, los ajustes se realizan periódicamente, aunque sólo nueve tienen normas explícitas. En Europa, estos países son Austria, Dinamarca y los Países Bajos (tres Estados miembros de la UE) y Serbia. Otros países comunitarios indexan su impuesto a la renta personal, pero sin aplicar normas automáticas. Este es el caso de Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania y Suecia.

El informe difundido por Tax Foundation afirma que "ajustar automáticamente los impuestos a la inflación es ventajosa para los contribuyentes" y explica que evita el lastre fiscal y garantiza que las obligaciones tributarias no aumenten desproporcionadamente debido a la inflación. "Sin embargo, a los responsables de las políticas a menudo les resulta difícil promover esta medida entre sus electores", razonan los autores del documento, que apuntan a que la falta de control discrecional significa que no pueden adaptar los ajustes impositivos a las condiciones económicas específicas o las preferencias de los votantes, lo que dificulta presentarse como proactivos en la gestión de la política económica. "Enfrenta obstáculos políticos y se ve eclipsada por medidas fiscales más discrecionales" añade.

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