
Boeing quintuplicó sus pérdidas netas hasta los 11.352 millones de euros (11.829 millones de dólares) en 2024, frente a los 2.151 millones de euros (2.242 millones de dólares) del año anterior, tras un año marcado por los recortes de producción a consecuencia del incidente del 5 de enero de 2023 y la huelga de 53 días en su planta de Seattle (Estados Unidos). El fabricante envió un total de 348 aviones a lo largo de 2024, un 34% menos que el año anterior y su peor cifra desde 2021 —un año marcado por la pandemia—.
El presidente y consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, ha asegurado que la compañía está centrada en realizar los cambios fundamentales necesarios para recuperar "plenamente" el rendimiento y restablecer la confianza de sus clientes, empleados, proveedores, inversores, reguladores y "todos los demás que cuentan" con el grupo.
De vuelta a los resultados, los ingresos de Boeing descendieron un 14% con respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 66.517 millones de dólares (63.837 millones de euros). Además, el flujo de caja operativo registró un resultado negativo de 12.080 millones de dólares (11.593 millones de euros), lo que refleja un descenso de entregas comerciales, así como un momento desfavorable para el capital de trabajo, incluyendo el impacto del paro laboral.
Por otro lado, la deuda consolidada descendió a 53.900 millones de dólares (11.593 millones de euros) en el cuarto trimestre, frente a los 57.700 millones de dólares (55.379 millones de euros) a 30 de septiembre, impulsada por el pago anticipado de un bono de 3.500 millones de dólares (3.359 millones de euros) con vencimiento original en 2025.
Al comienzo de 2024, la compañía se enfrentó a un gran problema debido al desprendimiento de un panel de un avión 737 MAX de Alaska Airlines el 5 de enero, provocando la paralización de aeronaves y severos controles de producción, entre otros, que ralentizaron su actividad.
También a principios de año, el por entonces consejero delegado de la empresa, Dave Calhoun, anunció su intención de retirarse tras cuatro años al frente, lo que obligó al consejo de administración a nombrar a Kelly Ortberg como su sustituto, desempeñando el cargo de CEO desde el pasado 8 de agosto.
Pasado el verano, Boeing sufrió la convocatoria de una huelga que duró 53 días en el área de Seattle durante el mes de septiembre y octubre, retrasando hasta diciembre la construcción del 737 MAX.
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