
Durante la Cumbre de la OTAN en Gales en 2014, los países acordaron aumentar el gasto en Defensa al 2% del PIB en un período de 10 años. Es decir, en 2024 todos los miembros de la Alianza Atlántica deberían estar en ese rango. En este sentido, no solo es que España no haya cumplido el objetivo, sino que se quedó muy atrás con respecto al resto de miembros de la OTAN, concretamente en el 1,28% del PIB según los datos provisionales del organismo multilateral.
Este acuerdo se hizo en respuesta a diversos factores, entre los que estaban la preocupación por la seguridad en Europa tras la anexión de Crimea por parte de Rusia, así como la necesidad de los países miembros de asumir mayor responsabilidad en términos de Defensa dentro de la OTAN.
Así, el hecho de llegar al 2% del PIB supondría una meta para asegurar al Viejo Continente y de hacer más equitativa la aportación de los países miembros al fortalecimiento de la Alianza Atlántica y su defensa colectiva. El hecho de que muchos países no hayan cumplido dicha meta en 2024 fue un tema de debate recurrente, sobre todo con la llegada de Donald Trump de nuevo a la Casa Blanca.
Este segundo mandato podría poner a España en una tesitura todavía más complicada de cara a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, ya que el magnate propondrá un aumento masivo del gasto, concretamente, hasta el 5% del PIB de cada país.
A los Estados Unidos también le afectaría esta medida ya que, según los datos oficiales, el país destina el 3,4% de su PIB al gasto defensivo, situándose en el tercer puesto de la Alianza en porcentaje de gasto, solo por detrás de Polonia (4,12%) y Estonia (3,43%).
En una rueda de prensa, el todavía presidente electo, Donald Trump, recordó su enfoque del gasto de la OTAN durante su primer mandato y amenazó con no proteger a los aliados en el caso de que no cumplan el objetivo propuesto.
En este sentido, los representantes de los distintos países que conforman la Alianza Atlántica se mostraron conformes con incrementar el gasto público en Defensa, pero no respaldaron la cifra del 5% propuesta por Trump que, muchos analistas, aseguran que sería inviable a nivel económico y político en muchos de los miembros ya que requeriría una financiación en este rubro de cientos de miles de dólares para poder alcanzarlo.
En este sentido, el Gobierno de Alemania, encabezado todavía por Olaf Scholz, expresó su desacuerdo con la propuesta del magnate. El presidente de la Comisión de Defensa del Bundestag, Ralf Stegner, aseguró que este incremento del gasto "es demasiado".
Asimismo, la diputada del Bundestag para el estado de Renania del Norte-Westfalia y miembro del Partido Liberal Democrático (FDP), reiteró que Trump "se ve a sí mismo como un negociador pero, naturalmente, también espera que un mayor compromiso financiero de los socios europeos beneficie a la industria estadounidense". La diputada recriminó al republicano el haberse inventado "una cifra de la nada".
Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, respaldó la postura de Trump, argumentando que la seguridad de Europa está en juego y que es necesario incrementar el gasto en defensa para enfrentar amenazas como la agresión rusa.
Precisamente, algunos analistas interpretan esta cifra como una táctica de negociación, sugiriendo que el objetivo real podría ser establecer un compromiso más moderado, posiblemente alrededor del 3% del PIB, que sea más alcanzable para los miembros de la OTAN.
En el caso de Alemania, el gasto en Defensa fue un tema candente durante la negociación de los Presupuestos Generales que llevaron a la coalición semáforo a desintegrarse y convocar elecciones para el 23 de febrero de este año.
Los teutones alcanzarán por primera vez este año el objetivo del 2% marcado por la OTAN. El Canciller Olaf Scholz prometió hace dos años una revisión completa de las Fuerzas Armadas. Este anuncio por parte del Gobierno supuso un hecho muy relevante dentro de la política del país.
En Alemania existe un tabú sobre las fuerzas armadas. Existe una aversión cultural, política e histórica hacia el uso del poder militar como instrumento de política exterior y su sobrefinanciación. Esta idea está muy implantada dentro de la sociedad alemana debido a las lecciones de militarismo del Imperio Alemán y, especialmente, los crímenes cometidos por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de que la guerra de Ucrania supuso una especie de cambio de rumbo en esta idea, muchos ciudadanos y sectores políticos siguen manteniendo cierto escepticismo con respecto al gasto militar y la participación del país en conflictos armados, hasta el punto de que el hecho de abrir el debate sobre aumentar el gasto militar puede costar unas elecciones.
En concreto, para el presupuesto de 2024 destinó 67.767 millones de euros de su presupuesto, frente a los 52.286 que emplearon en 2023.Lo que está claro es que en este año el objetivo de la Comisión Europea es que se incremente el gasto en Defensa de los países miembros. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen se presentó a su reelección como líder de Europa con este tema como principal en su agenda para la campaña. Lo ha dicho claramente: "Tenemos que gastar más en defensa", dijo.
Von der Leyen considera que la Unión Europea debe estar preparada para afrontar un conflicto armado, por lo que propuso que los 27 Estados miembros realicen compras conjuntas de material militar, siguiendo el modelo exitoso empleado para adquirir vacunas y gas natural. Además, abogó por un aumento en el gasto militar de los países miembros, lo que también contribuiría al fortalecimiento de la OTAN, dado que 21 de los 27 países de la UE forman parte de esta alianza internacional.
El nuevo líder de la OTAN, Mark Rutte, dijo recientemente que el objetivo del 2% de gasto militar es insuficiente. En diciembre, afirmó que los ciudadanos de los países miembros de la OTAN deberían estar dispuestos a asumir "sacrificios", como ajustes en áreas como pensiones, salud y sistemas de seguridad, con el fin de incrementar el presupuesto destinado a la defensa en Europa.
Los ojos están puestos ahora en la próxima cumbre que harán los aliados el próximo mes de junio en La Haya ya que será la primera bajo el mandato de Rutte.
Aumento del 26% en el último Presupuesto
España ratificó su compromiso con la alianza atlántica de duplicar su volumen de gasto en Defensa para destinar, al menos, el 2% de su producto interior bruto (PIB) a este fin. Un compromiso que, en palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se alcanzará en 2029.
En los Presupuestos Generales del Estado de 2023 se proyectó una subida del 26% del gasto militar, hasta llegar a los 12.317 millones de euros, lo que se traduce en la subida más alta en gasto militar en más de diez años en el país. En 2024, España siguió incrementando su gasto en defensa. Según los reflejado en los Presupuestos Generales del Estado, la partida dedicada al Ministerio de Defensa asciende a los 13.400 millones, es decir el 1,28% del PIB.