Economía

El Banco de España mejora tres décimas el PIB español: crecerá un 2,5% en 2025 por el consumo privado

  • El PIB se moderará desde el 3,1% de 2024, superando a las grandes economías del entorno
  • La inflación ya tiende al nivel del 2% persigue el BCE y quedará definitivamente bajo control
  • La tasa de paro caerá por debajo del doble dígito en 2027 por primera vez desde la crisis financiera 
El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá. Europa Press
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El Banco de España estima que la economía española cerrará 2024 con un crecimiento del PIB del 3,1%, una tasa que se moderará hasta una reseñable tasa de avance del 2,5% en 2025. El comportamiento de la economía española batirá a las principales economías del entorno europeo, así como a la media de la eurozona (1,3% previsto por la Comisión Europea), por el impulso del consumo privado y la incógnita de la inversión. En el propio informe, el supervisor reclama más responsabilidad fiscal al Gobierno de cara a cumplir con los objetivos a medio plazo pactados con Bruselas.

El ritmo de avance del PIB se desaceleraría gradualmente, hasta unas tasas del 2,5%, el 1,9% y el 1,7% en 2025, 2026 y 2027, respectivamente, bajo los supuestos del supervisor.

El ritmo de la actividad ha sorprendido de nuevo en el esprint final del curso, motivando una ligera revisión de la tasa de crecimiento para 2024 (+0,1 puntos, al 3,1%) pese a los efectos de la DANA. El supervisor espera un avance del 0,6-0,7% en el último trimestre e incluso un impuso posterior de las medidas desplegadas en las zonas afectadas por la reinversión de las empresas que todavía mantengan su actividad. Así, el punto de partida para crecer el próximo año es todavía más favorable por el denominado 'efecto arrastre'.

Una vez agotado el 'motor' de las exportaciones y el sector exterior, la rúbrica que empuje la actividad será el consumo privado fruto de mejoras en la renta disponible, el empleo y la confianza de los hogares, así como del incremento poblacional previsto.

La contribución de la inversión, según el Banco de España, debería mejorar tras varias sorpresas a la baja, aunque todavía es una incógnita por la debilidad que ha mostrado durante los últimos ejercicios. El indicador de formación bruta de capital fijo (FBCF), que mide la inversión productiva, no ha recuperado el nivel previo a la pandemia, el único componente de la demanda interna que todavía no lo ha conseguido.

El informe señala también que el fuelle del crecimiento cíclico se está agotando y el PIB tiende ya a su potencial, ligeramente por debajo del 2%. Sin reformas ni inversiones que mejoren la capacidad productiva o la composición del Producto, la economía española está abocada ver limitado su crecimiento máximo real.

Está previsto que que la creación de empleo se prolongue a lo largo del horizonte de proyección, aunque a un ritmo inferior al de los últimos trimestres y lejos del 'boom' que ha experimentado el mercado laboral tras la pandemia. Efecto psicológico o no, la tasa de paro conseguirá dejar atrás el tan arrastrado doble dígito en 2027 y se establecerá en el 9,9%, un nivel inédito desde los inicios de la crisis financiera.

El control (casi) definitivo de la inflación

El todavía elevado crecimiento se combinará con el definitivo control de precios: la inflación convergerá con el nivel de precios que persigue el Banco Central Europeo (BCE). La tasa general del IPC registrará una variación media anual del 2,9% este año y apunta a un 2,1%, un 1,7% en 2025 y 2026, con un repunte al 2,4% en 2027 por la introducción prevista del nuevo régimen de comercio de derechos de emisión a nivel comunitario.

La tasa subyacente (que excluye la volatilidad de la energía y los alimentos no elaborados) sigue mostrando una mayor resistencia a bajar en los servicios, mientras la de los bienes industriales no energéticos sorprende a la baja. El Banco de España espera que el IPC subyacente también se establezca por debajo del 2% a medio plazo.

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