Economía

Casarse en gananciales anula la valentía de los hogares para invertir en activos de riesgo

  • La aversión al riesgo de las mujeres se traslada a ellos ante un posible divorcio
  • La brecha de género en la inversión aparece con separación de bienes...
  • ... aunque eleva la posibilidad de que el hogar liderado por una mujer se 'anime'
Foto: iStock

Un factor importante en la configuración de los riesgos financieros de los hogares se esconde tras el régimen económico matrimonial, que en la mayoría de las regiones españolas (menos en Cataluña, Baleares y recientemente la Comunidad Valenciana) es, por defecto, el de gananciales. Un estudio publicado por el Banco de España analiza hacia dónde se decanta la inversión en el hogar según la tipología de la unión y desvela que la brecha financiera se extiende a las decisiones sobre el ahorro cuando son las mujeres las que están a cargo de la economía doméstica.

La literatura más reciente sobre finanzas domésticas ha señalado como factores que hacen que sea menos probable que las mujeres tomen riesgos financieros los rasgos psicológicos (una mayor aversión al riesgo) o las 'normas sociales' que históricamente han decretado el de la finanzas como un mundo de hombres. Un documento de trabajo firmado por Lidia Cruces, Isabel Micó-Millán y Susana Párraga añade ahora un determinante crítico aún inexplorado de la inversión financiera femenina: el régimen económico matrimonial.

A partir de datos de la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) del propio Banco de España y de la estadística de matrimonios del Instituto Nacional de Estadística (INE), el análisis crea una comparativa para comprobar cómo influye el régimen económico matrimonial en la elección de los riesgos financieros que asumen los hogares. En concreto, las autoras han desarrollado un modelo en el que las parejas deciden cuánto ahorrar y en qué activos hacerlo teniendo en cuenta un riesgo de divorcio del 19,3% para todos los casos, y distinguen en su análisis por régimen matrimonial y por el género del cónyuge encargado de tomar las decisiones financieras del hogar.

El modo en que se divide la propiedad se vuelve un factor decisivo a la hora de invertir. Así, los matrimonios en separación de bienes encabezados por mujeres tienen un 8,5% más de probabilidades de invertir en activos de riesgo que los casados en régimen de gananciales. ¿Por qué? Porque ante la posibilidad de separación, un coste elevado de liquidación de la relación (el divorcio puede requerir la división de activos ilíquidos) reduce la renta disponible futura al tener que repartir a la mitad (50-50) los ahorros.

Son las parejas casadas en separación de bienes las que invierten más en activos de riesgo. La conclusión del estudio remarca las trabas para una inversión más arriesgada del régimen de gananciales pero no sólo en el caso de los hogares capitaneados por una mujer. La posibilidad de divorcio también pesa en los hogares donde la economía la lidera un hombre, de hecho, es el supuesto que ejerce la mayor influencia hacia el ahorro preventivo cuando están ellos a los mandos financieros y eleva la brecha de inversión muy por encima de la de los otros escenarios por el coste del divorcio.

La brecha de género en el empleo, que les reporta unos salarios más bajos debido a peores condiciones laborales (también por la concepción histórica de que los cuidados dependen de ellas) subyace a esta explicación de las tres autoras. El coste de un posible divorcio pesa más en ellas al ser habitualmente el cónyuge con menores ingresos -y menos arrojo para invertir que entre ellos.

Esta situación de gananciales, que incentiva la elección de carteras de inversión más seguras, contrasta con la de las parejas en separación de bienes, que no se enfrentan a ningún coste por divorcio ni a ninguna división de los ahorros ya que mantienen su independencia económica y, por tanto, se erigen como las que más invierten en activos de riesgo.

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