Economía

La IA generativa multiplica su demanda de empleo en España y toma la delantera a Alemania y EEUU

Hace casi dos años, la variante generativa de la inteligencia artificial (GenIA), que la mayoría identificamos con los 'chatbots' tipo ChatGPT, disparó el furor ante el potencial, aparentemente ilimitado, de una nueva generación de algoritmos capaces desempeñar casi cualquier tipo de tarea y revolucionar el mercado laboral. Pero, a día de hoy, los datos suponen un jarro de agua fría: el porcentaje de ofertas relacionadas con la GenIA queda muy por debajo del 1% del total. ¿Cabe hablar entonces de 'pinchazo'? Un reciente estudio publicado por Indeed matiza este supuesto 'fracaso' y revela que las empresas sí apuestan cada vez más por esta tecnología, pero no con la velocidad que esperábamos. Tampoco en los empleos previstos. Y aquí nos encontramos con una sorpresa: España es uno de los países con la mayor tasa de vacantes de este tipo, casi duplicando el de grandes economías como EEUU o Alemania.

Para entender estos datos, hay que alejarse del inflado espectro del 'hype' (tanto positivo o negativo) sobre el impacto en el empleo de los algoritmos basados en grandes modelos de lenguaje o, en inglés, 'large lenguage models' (LLM). Desde que Open AI presentó Chat GPT, el ruido mediático (y bursátil) ha acompañado tanto a las empresas que los desarrollan como a las que fabrican el hardware necesario para sostener sus exigentes demandas de computación.

Evitar que este elevado coste técnico y energético frenara las inversiones explica, en buena parte, el interés por 'vender' las oportunidades de uso una tecnología que no estaba tan madura como pensábamos, al menos para que su implementación en el mundo empresarial pudiera sustituir la mano de obra humana. Casi dos años después de la presentación de los LLM, el ruido se ha moderado y los análisis son mucho más pragmáticos.

A ello ayuda una regulación que, para variar, se ha adelantado a la propia tecnología para marcar sus líneas rojas. Como referencia, recordemos que la anterior generación de algoritmos con un impacto claro en el empleo, los utilizados las plataformas digitales (clave en actividades como los conductores y el reparto de comida) tardaron casi una década en ser objeto de una legislación laboral clara, que se llevó por delante a unas cuantas compañías de la 'gig economy'.

El análisis de Indeed, realizado por el economista australiano Callam Pickering, con datos recopilados en nueve países, parte de una premisa muy simple: "la IA generativa no puede quitarte aún tu trabajo, pero alguien que sepa usarla, sí". Aunque lo cierto es que la demanda de esos profesionales es muy reducida, está creciendo con intensidad. Y revela una dirección clara en este avance que, además, es especialmente intenso en España.

Aunque las vacantes publicadas relacionadas con la GenIA apenas suponen un 0,7% del total, este porcentaje supera con creces al de Estados Unidos, Alemania y Francia. Además, se ha multiplicado por 4,3 veces en el último año, más que en las ds primeras (aunque las empresas francesas, que partían de una tasa residual, han aumentado proporcionalmente más su demanda). Así, nuestro país solo se ve superado por Singapur e Irlanda.

Un peso muy desigual

¿Significa esto que nuestro país es una potencia en el uso de la inteligencia artificial generativa? El indicador elaborado por Indeed cuenta con un doble sesgo que puede alejarlo de la demanda 'real' de empleos: por un lado, el volumen de ofertas de trabajo publicadas en internet, y por el otro, su reparto sectorial. Aunque los candidatos recurren cada vez más a la búsqueda digital de trabajo, la vía más habitual sigue siendo las recomendaciones de conocidos y amigos, sobre todo en actividades que requieren menor cualificación, como pueden ser muchos puestos en hostelería y construcción.

Además, el impacto de la inteligencia artificial, ya sea generativa o no, es muy desigual según el tipo de empleo y en muchos resulta, prácticamente, inexistente, mientras en otros es mucho más relevante. Por eso es interesante analizar el porcentaje de ofertas por puesto de trabajo, para discernir cuál es la intensidad de la demanda. Sin embargo, el desglose de la estadística datos desde esta óptica no solo no reduce la posición de España, sino que al sitúa en cabeza.

El sector con mayor porcentaje de ofertas de empleo relacionadas con la GenIA en todos los países se da en la analítica de datos. En España registran una tasa del 12,7%, que no sol oes exponencialmente superior a la media del conjunto de ofertas, sino que supera la de los otros ocho países analizados.

Las diferencias con el resto de sectores con alta demanda son notorias. La segunda posición la ocupa el marketing (2,4%) y la tercera la investigación científica (2,2%), mientras que relega al quinto puesto al desarrollo de software que en otros países cobra más relevancia.

Esta heterogeneidad entre los merados laborales es uno de los principales hallazgos del estudio. "El análisis de datos es el sector con mayor proporción de puestos en los nueve países analizados. La investigación científica y el desarrollo de software también ocupan los primeros puestos en ocho de estos países. Sin embargo, más allá de estos tres sectores, el uso de GenIA varía considerablemente de un país a otro", incide el informe.

Más allá de ChatGPT

Lo que ocurre es que la investigación científica, al implicar muchas competencias blandas, 'creativas' y poco automatizables, no se considera un foco de empleos vinculados a la inteligencia artificial generativa. Algo similar ocurre con la arquitectura, la ingeniería industrial e incluso actividades artríticas. A la vez, las expectativas generadas en empleos considerado más automatizables, como la contabilidad, las aseguradoras o la medicina, se han visto defraudadas, en parte por los recelos éticos y la incertidumbre sobre cómo aplicar los nuevos marcos regulatorios (que obliga a repensar la seguridad y privacidad de datos sensibles y los sesgos que puede generar).

Pickering compara el porcentaje de uso potencial de la GenIA en cada sector con el peso efectivo en las ofertas y ofrece una explicación para el sorprendente desencaje: esta tecnología se está especializando más allá del camino mostrado por ChatGPT. "Hay herramientas diseñadas específicamente para tareas como la creación de imágenes o el procesamiento de vídeo, lo que puede explicar que los puestos GenAI sean más altos de lo esperado en sectores como el arte y el entretenimiento, o incluso la arquitectura", incide.

Ello lleva a una doble conclusión: por un lado el "rápido auge" de la inteligencia artificial generativa, se ha ha visto impulsado principalmente "por sectores en los que las competencias tienen una probabilidad de sustitución relativamente alta", aunque hubo "notables excepciones" que se explicarían por el avance de las propias herramientas.

Sin embargo, las ofertas de empleo "están muy concentradas en un número relativamente pequeño de sectores", lo que sugiere que, aunque la tecnología GenIA está avanzando, su valor práctico "sigue sin estar probado en muchos sectores, incluso en aquellos con una alta exposición". Estos hallazgos, al menos en el caso español, son plenamente coherentes con estadísticas públicas como la Encuesta del Uso de las TIC en las empresas, que revelaba un peso muy reducido de la IA generativa (incluso en comparación con otras variedades de inteligencia artificial) pero era prácticamente la única modalidad que crece en el último año.

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