
La inteligencia artificial, especialmente su variedad generativa, se ha convertido en la nueva bandera de la digitalización de la economía española, y el centro de todas las promesas y temores que la rodean por su potencial impacto en el mercado laboral. Sin embargo, los datos de la última 'Encuesta de Uso de TIC y comercio electrónico en las empresas' que elabora en INE revelan un panorama mucho más modesto de los que las expectativas sugerían. De hecho, aunque el 12,4% de las empresas de más de 10 trabajadores utilizan esta tecnología, apenas un 2,16% ha contratado a un experto en la materia, lo que da pie a las voces que apuntan a un rotundo 'pinchazo' de esta tecnología en España. Aunque esta interpretación admite unos cuantos matices.
Las cifras son todavía menores entre las empresas de menos de 10 trabajadores: solo un 1,83% emplean a expertos TIC y un 0,19% a especialistas en inteligencia artificial, si bien el 7,83% utilizan esta tecnología, 1,5 puntos más que hace un año. La enorme desproporción entre ambas variables, uso de la IA y demanda de mano de obra, parece chocar con el diagnóstico de la falta de expertos en estas tecnologías es un nicho de oportunidades laborales. El 2,16% de empresas que han fichado un especialista en este ámbito contrasta con el 15,67% de empresas que contratan a algún experto en el conjunto de las competencias TIC. Pero lo cierto es que en otras tecnologías digitales, la brecha entre uso y demanda de profesiones es mucho mayor.
El 91,7% de las empresas aplica medidas de ciberseguridad, pero solo el 6,63% incorpora a expertos en su plantilla. El 31,44% realiza análisis de datos por parte de sus propios empleados, pero solo el 8,98% fisca a profesionales cualificados específicamente para desarrollar y mantener esos sistemas. Por su parte, el 37,71% utiliza programas en la nube ('cloud computing') pero solo contratan un 4,98%. En el agregado de 'especialistas TIC de otras áreas' sí se registra un notable 11,9% de las empresas contratan, aunque esta categoría 'cajón desastre' que incluye tecnologías de uso general y que no requieren necesariamente perfiles 'tech', como las redes sociales. Así, solo un 13,94% de las empresas han contratado o intentado contratar a especialistas en TIC.
Estos datos matizan relativamente el 'fracaso' de la inteligencia artificial en las firmas españolas. Su uso ha crecido 2,83 puntos porcentuales en el último año un año, si bien la contratación de profesionales de este ámbito apenas lo ha hecho en 14 décimas. Aun así, este leve avance contrasta con el retroceso en el resto de áreas consideradas clave para que las empresas españolas se mantengan a la vanguardia de la digitalización. Lo cual no resta que su impacto sea ínfimo comparado con lo que se esperaba.
UGT critica el 'bombo mediático' con la IA
Un reciente análisis de UGT pone el dedo en la llaga: "A pesar del bombo mediático existente alrededor de la inteligencia artificial y la digitalización de la economía, los nuevos datos publicados por la Encuesta confirman que las nuevas tecnologías no calan en nuestro tejido empresarial", señala el análisis, que destaca que "ni un 14% de las empresas españolas de más de 10 empleados han contratado, o intentaron contratar, a un especialista en TIC en 2024". Siete de cada diez empresas españolas presentan un perfil digital bajo o muy bajo, "casi cuatro puntos más que la media de los Veintisiete", recalca el sindicato.
De hecho, las empresas que denuncian dificultades para encontrar trabajadores TIC apenas llegan al 4,3%. Hace un año eran un 4,54%. Lo sorprendente de la variación es que, si bien el salario aparece listado en el 70% de los casos en los que no se pudo contratar, este porcentaje ha retrocedido en 7 puntos desde 2023 y se ha situado en segundo lugar tras la falta de experiencia de los candidatos, que mencionan el 74% de las empresas con dificultades para hacer fichajes.
Respecto a la inteligencia artificial, UGT incide en que ha descendido por debajo del umbral del 3% el porcentaje de expertos en IA sobre el total de expertos en nuevas tecnologías, "lo que demostraría la menor importancia que se le da frente a otras tecnologías como las redes sociales, cloud, etc". Esto lleva a pensar que a UGT que las empresas "adquieren productos de Inteligencia Artificial empaquetados por terceros y sin posibilidad de desarrollo propio", como ocurre en el resto de tecnologías. Ls datos confirman que el 46,67% de las empresas usuarias de IA adquieren software y el 32,81% recurren a proveedores externos para desarrollarlos o adaptarlos.
Diferencias por sectores
Sorprendentemente, el gasto en inteligencia artificial de las empresas de más de 10 trabajadores ha disminuido un 4,2% respecto a 2023, a 308,2 millones de euros. En comparación, el gasto en ciberseguridad es 12 veces superior, con 3.393,4 millones de euros: este ha crecido un 37,8% desde 2023. Aunque los datos no dejan claro si es porque las empresas han frenado o reorientado su inversión en IA o que los precios productos de terceros se han abaratado.
Hay varios datos que contextualizan el supuesto 'pinchazo de la IA en España": el primero, que no todos los sectores se comportan igual. El 44,97% de las empresas de más de 10 trabajadores del sector tecnológico utilizan alguna forma de inteligencia artificial, pero solo el 19,43% tienen especialistas en sus plantillas.
En el extremo contrato, solo el 4,48% de las constructoras emplean la IA, pero solo un 0,23% han contratado a expertos. Sin embargo, la mayor brecha entre uso de la IA y creación de empleo se da en la hostelería: el 11,95% de las empresas recurre a ella, pero solo un 0,54% contrata a profesionales.
La mayoría de las tecnologías digitales que usan las empresas españolas han alcanzado un grado de madurez que la inteligencia artificial no ha alcanzado aún. Al menos no en lo que se refiere a la IA generativa, que es la que despertado el "bombo mediático" y la inquietud en los agentes económicos y políticos. Pero también el interés de las empresas.
La IA generativa sí cobra fuerza en España
Es difícil asegurar que la IA generativa ha tenido un efecto nulo en España cuando los productos cuyo uso más se ha incrementado en las empresas españolas son los ligados a los algoritmos de grandes modelos de lenguaje (LLM), que son la base de productos tan revolucionarios como ChatGPT y superan en relevancia incluso a herramientas vinculadas a la automatización de procesos y toma de decisiones. Aunque lo cierto es que estos nuevos algoritmos tienen un uso 'trasversal' que, potencialmente, afectarán al resto de utilidades concebibles de la IA.
Aun así, existen precedentes con tecnologías IA más antiguas, como los algoritmos de las plataformas digitales, que suscitan un elevado temor a consecuencias judiciales que se suma a la incertidumbre puramente tecnológica. Como consecuencia, al 12,4% de empresas que emplean la inteligencia artificial se suma otro 7,41% que lo han considerado, pero han decidido finalmente no hacerlo.
En ocho de cada diez de estos casos, la primera causa fue "la falta de conocimientos especializados relevantes" en la compañía. Es decir, la carencia deprofesionales que sepan aplicarla y formular una estrategia clara para ello. Pero un 49,1% mencionan la "la falta de claridad" sobre las consecuencias legales de esta tecnología, algo más que el 48,8% los costes económicos que supone.
La llegada del nuevo Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial tiene como objeto clarificar el panorama jurídico, pero no desde una perspectiva restrictiva. En palabras de Carlos de la Torre, socio del árela laboral de Gómez Acebo & Pombo, el espíritu de la normativa se basa en equilibrar "riesgo y oportunidades".
Uno de los desafíos que afronta es precisamente la "dimensión laboral". No solo en los casos en los que esta tecnología haga innecesarios empleos, sino en la gestión de las relaciones laborales "Se trata de evitar la cosificación y la pérdida de la individualidad en las relaciones laborales de modo que las personas no pasen a ser un conjunto de datos". Pero este de crear una "IA responsable y sostenible" plantea incógnitas sobre su traslación al terreno legal que afectan a la toma de decisiones de muchos empresarios respecto a si apostar o no por la IA.
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