
El presidente del Gobierno prepara un cambio estratégico dentro del Consejo de Ministros. Pedro Sánchez podría aprovechar la renovación que prepara dentro de las baronías territoriales del PSOE –tras la cascada de congresos que se sucederán a partir de noviembre- para reestructurar también las competencias dentro del Ejecutivo, algo que quedó pendiente tras la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. El vacío podría derivar -según fuentes del Gobierno- en un superministerio de Energía, Turismo e Industria, al que se sumarían las competencias de Comercio -ahora en manos de Carlos Cuerpo- y que estaría bajo la dirección del ministro Jordi Hereu. La intención es situar bajo el paraguas de Industria a dos áreas clave para la estrategia de Sánchez, como son la Energía -en pleno proceso de impulso de la red de conexión europea de hidrógeno verde y electrificación- y Comercio, en una apuesta decidida por potenciar la competitividad y el comercio exterior.
El cambio táctico contaría con el beneplácito de Hereu, según el entorno del ministro, pero sigue a la espera del aval final del jefe del Ejecutivo. Sánchez podría sumar a éste cambios en otras carteras, apenas un año después de la formación de su equipo Gobierno, algo que podría retrasar el movimiento.
No es la primera vez que Jordi Hereu es tentado para recuperar la gestión de Comercio. Tras el debate de investidura de noviembre de 2023, que concluyó con la designación de Sánchez, el presidente habría propuesto ya al actual ministro de Industria el añadir Comercio a su lista de competencias. Sin embargo, Hereu desechó esta posibilidad que –un año después- se vería preparado para aceptar. De hecho, hasta el año pasado, Comercio dependía del ministerio de Industria liderado –hasta noviembre de 2023- por Héctor Gómez. El cambio de manos de la cartera, y la negativa de un recién llegado Hereu a acumular demasiadas competencias, provocó que Economía fuera el destino de la secretaría de Estado de Comercio. En su lugar, Cuerpo perdió el departamento encargado de la gestión de los fondos europeos, que acabó en manos de Hacienda y de María Jesús Montero.
Pasado un año de legislatura, la posición de Hereu dentro del Consejo de Ministros se ha fortalecido. El ministro se ha ganado el favor del sector industrial con quien ha abierto un canal permanente de comunicación, involucrando a las principales federaciones y asociaciones en la redacción de la Ley de Industria que prevé aprobar en los próximos meses.
Su talante político también juega a su favor. El exalcalde de Barcelona se ha mantenido alejado del enfrentamiento directo con el Partido Popular, en su lugar ha aprovechado su experiencia en la arena política en Cataluña para reestablecer puentes con el empresariado catalán que marchó de la región a raíz del 1-O. La elección de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, y su sintonía con el conseller d'Empresa i Treball, Miquel Sàmper, han recuperado parte de la confianza perdida en la seguridad jurídica catalana. Cabe recordar, que Junts exigió a Sánchez el procurar la vuelta de los empresarios que abandonaron la región, dentro del acuerdo de investidura que ahora ha recobrado importancia en la mesa de negociación en la que se discute la nueva senda de estabilidad y el proyecto de Presupuestos para 2025.
El Congreso Federal que los socialistas celebrarán en Sevilla a finales de noviembre e inicios de diciembre, podría provocar otros cambios que también se dejarán sentir en el Consejo de Ministros. Sánchez tomó nota –tras la firma de su acuerdo con ERC- de los barones territoriales que se mantuvieron completamente fieles a su decisión. Entre ellos, se encuentran el líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas; el murciano, José Vélez; y el gallego, José Ramón Gómez Besteiro.