
Los últimos informes del Instituto de la Empresa Familiar revelan que únicamente una de cada tres empresas familiares en España ha establecido un plan de sucesión para asegurar la transición generacional. Las compañías que pertenecen a esta institución presentan una cifra mayor (54,7%), frente al 24,2% entre las que no son miembros.
"Las empresas familiares suelen tener tasas de mortalidad más altas que otro tipo de negocios, en gran parte debido a la dificultad de gestionar las dinámicas familiares junto con las empresariales, además de los conflictos que pueden surgir al intentar pasar el control del negocio a las siguientes generaciones", explica Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor especializado en empresas familiares. Según estadísticas, solo el 33% de estas empresas logra transmitirse a la segunda generación, y un escaso 13% llega a la tercera.
El problema radica en la falta de planificación del relevo generacional, un tema que muchos empresarios prefieren evitar por tratarse de un asunto emocional y complejo. "La generación saliente quiere asegurar el legado familiar, pero a menudo se pospone la preparación para ceder las riendas, lo que puede abrir la puerta a conflictos familiares", comenta Agustín. Sin embargo, cada vez es mayor la conciencia sobre la importancia de planificar este proceso y regular la relación entre familia, empresa y propiedad a través del Protocolo familiar.
Este protocolo, señala Agustín, debe ser diseñado a medida para cada familia, con consenso y claridad en cuanto a las expectativas. "El verdadero éxito de este documento está en cómo se implementa y si se utiliza en la toma de decisiones familiares y empresariales, en lugar de quedar olvidado en un cajón", concluye.
En esta misma línea y de acuerdo con el informe "El legado como guía para el crecimiento de las empresas familiares", elaborado por KPMG en colaboración con STEP Project Global Consortium y el Instituto de Empresa Familiar, el enfoque en el legado varía considerablemente entre generaciones y regiones. A nivel global, el 78% de las empresas familiares en España consideran el legado como un elemento clave, mientras que en otros países encuestados esta cifra disminuye al 53%.
La generación silenciosa (1925-1945) destaca por su énfasis en construir un legado centrado en la cohesión familiar. Este grupo considera fundamental fortalecer los lazos familiares como base para el éxito y la continuidad de la empresa.
Por otro lado, la generación del baby-boom (1946-1964) y la generación X (1965-1980) orientan su legado hacia la preservación y transmisión del patrimonio familiar. Los baby-boomers resaltan el impacto positivo de la sostenibilidad en el legado, mientras que la generación X valora tanto el ámbito financiero como el sostenible como pilares fundamentales.
En cuanto a los millennials (1981-1996) y la generación Z (1997 en adelante), se enfocan en el desempeño financiero y el compromiso con el linaje. Las empresas españolas, específicamente, priorizan estos aspectos, mientras que a nivel global se observa un enfoque mayor en los valores familiares como elementos esenciales del legado.
El informe revela también que las empresas que fortalecen sus activos financieros y fomentan la responsabilidad social y la sucesión obtienen mejores resultados. A nivel mundial, el 45% de las empresas familiares confirma la importancia de estos aspectos, aunque en España el porcentaje es ligeramente menor, con un 42%.
Por su parte, la consultora Montaner, también ha analizado los cinco principales retos que enfrentan las empresas familiares durante el relevo generacional. La firma destaca la importancia de aspectos como el compromiso, la innovación y, sobre todo, la fidelización del talento, un desafío clave para asegurar la continuidad y éxito de estas organizaciones. Entre los retos más destacados, además de la fidelización del talento, se encuentran la necesidad de implementar una cultura de innovación, promover un liderazgo menos jerárquico y crear un plan de sucesión que permita una transición fluida.
Por tanto, el legado representa uno de los grandes desafíos para las empresas familiares, pues no solo ayuda a preservar la identidad corporativa, sino que también inspira e impulsa la innovación. Factores como el emprendimiento son esenciales para construir un legado sólido que permita a las nuevas generaciones continuar con los valores y el propósito de la empresa, motivándolas a adoptar el espíritu emprendedor, clave para el crecimiento sostenible de los negocios.
Sin talento
Un preocupante 70% de las empresas familiares madrileñas reporta serias dificultades para encontrar los perfiles profesionales que necesitan, según la encuesta anual de percepción económica realizada por la Asociación de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM). Además, el 64% de estas empresas alerta que esta carencia de talento podría poner en riesgo la viabilidad de sus operaciones en el medio plazo.
La demanda laboral en el sector familiar madrileño se centra principalmente en tres tipos de perfiles: trabajadores especializados en los distintos oficios de la industria, desarrolladores de negocio e ingenieros. La encuesta, que ADEFAM realizó al cierre del primer semestre de 2024 entre sus 115 empresas asociadas, refleja así una constante en la falta de personal cualificado. Estas empresas, que representan el 7,27% del PIB de la Comunidad de Madrid, son piezas clave para la economía de la región.
Según el informe de ADEFAM, uno de cada cinco empresarios considera que la expansión empresarial será su principal reto durante los próximos dos años, ya que permitiría enfrentar de mejor manera la competencia en el mercado. Este reto se sitúa por encima de otras preocupaciones como el relevo generacional o la generación de nueva actividad económica.
A nivel macroeconómico, los empresarios familiares madrileños identifican varios riesgos que afectan a la economía. La inflación persistente, la falta de reformas, el elevado endeudamiento público y el encarecimiento de la financiación son algunas de las principales inquietudes. En cuanto a las reformas necesarias, los empresarios subrayan la importancia de reducir la complejidad normativa y mejorar la seguridad jurídica, ajustar la fiscalidad empresarial, recortar la administración pública, disminuir las cotizaciones sociales y optimizar el sistema educativo. Cada una de estas áreas recibió una calificación superior a 8,5 sobre 10, destacando la importancia de estos cambios para impulsar el crecimiento económico.
Finalmente, la encuesta revela que los empresarios familiares se identifican fuertemente con los valores de "compromiso" y "continuidad". Estos valores son fundamentales para la cultura empresarial familiar, que se caracteriza por su capacidad de adaptación y una visión estratégica a largo plazo, cualidades que otorgan estabilidad al tejido productivo de la región.