
El Ministerio de Trabajo y Economía Social retomará este martes, 24 de septiembre, las negociaciones con CCOO, UGT, CEOE y Cepyme para rebajar la jornada laboral semanal desde las 40 horas actuales a 37,5 horas sin merma salarial. La vicepresidenta segunda y titular del ramo, Yolanda Díaz, pospuso esta cita para tantear a las patronales catalanas Foment y Pimec, ligadas a Junts y Esquerra Republicana respectivamente, en una visita a Barcelona por iniciativa de Díaz. Trabajo ha presentado diversos planes para reducir la jornada e intentar de captar el apoyo de los empresarios tras lanzarles un ultimátum, aunque no ha ahondado en ninguno de ellos. Díaz tiene la negociación a punto muerto y pone en tela de juicio una de sus grandes reformas.
Díaz estuvo respaldada en Cataluña por su secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. Se reunió con el presidente de la patronal catalana Foment, Josep Sánchez-Llibre, con su homónimo de las pymes, Anoni Cañete (Pimec) y con otros representantes del sector empresarial catalán, además de citarse con los sindicatos y con el 'president' Salvador Illa. Las organizaciones empresariales, lejos de dar un paso adelante, mantienen su negativa. En el caso de Foment del Treball, que forma parte de CEOE, mantiene su postura alineada con la patronal a nivel nacional.
Coincidiendo con la reunión de la mesa y en vistas del bloqueo de la negociación, los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, movilizarán a los trabajadores frente a sedes de CEOE el día 26 de septiembre en una campaña de protestas que tiene un doble objetivo: señalar a los empresarios y presionar a Yolanda Díaz para elevar la ley al Congreso de los Diputados sin el consenso de la CEOE.
El Ministerio se comprometió a enviar por escrito su última propuesta, pero no ha terminado de definir los elementos de flexibilidad para aplicar la reducción de la jornada más allá del 1 de enero de 2026 o cómo valorarán el impacto sobre los sectores que más lejos están del objetivo de horas semanales, ni tampoco las bonificaciones a las pymes que dejan lagunas en su aplicación. La CEOE está a la espera de la iniciativa de Trabajo y, en todo caso, se mantiene en su posición inicial de reducir la jornada laboral de forma orgánica a través de los convenios colectivos que firman empresarios y sindicatos.
Las negociaciones están directamente estancadas desde su inicio. El Gobierno intervino en la negociación a dos bandas entre los empresarios y los sindicatos al no observar avances. Un ultimátum y varias propuestas inconcretas después, verano mediante, la negociación está en el mismo punto y deja malparada a Yolanda Díaz.
La gallega está encontrando más trabas de las previstas, como se observó con la fallida reforma de los subsidios que finalmente quedó articulada bajo el criterio de Unidas Podemos. Las ambiciosas reformas de la (hasta ahora fallida) jornada laboral y las causas del despido determinarán el devenir próximo de la gallega al frente de una cartera de Trabajo con escasa actividad legislativa fructífera. Pero ahora está en un callejón de difícil salida, con los empresarios muy poco interesados en pactar con ella y los sindicatos redoblando la presión para legislar en el Congreso... donde los apoyos no están, para nada, asegurados.