Economía

El chantaje de Junts al Gobierno amenaza con dejar a España sin Presupuestos

  • Puigdemont advierte de que volverá a tumbar la senda de estabilidad el próximo jueves en el Congreso 
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont | EP

Carles Puigdemont calienta el debate de la senda de estabilidad, que este jueves vuelve al Congreso de los Diputados, y de cuya aprobación depende toda la agenda presupuestaria diseñada por el Gobierno. El líder de Junts amenaza con volver a tumbar la norma, lo que obligaría a Moncloa a prorrogar -por segundo año consecutivo- los Presupuestos de 2023, e invalidaría la hoja de ruta fiscal que el Ejecutivo tiene previsto enviar a Bruselas el próximo 15 de octubre, como garantía del cumplimiento de las reglas fiscales europeas.

"A la misma cosa que votamos que 'no', volveremos a votar que 'no'. Si la cambian, hablemos", amenazó esta semana el expresident de la Generalitat a través de su perfil en la red social X. Lo cierto, es que los de Sánchez han abierto un canal de negociación con los postconvergentes, que reclaman al Gobierno un mayor nivel de ejecución presupuestaria para Cataluña. "No hay manera de que entendamos la razón por la cual en Madrid se han ejecutado en el año 2023 inversiones públicas por valor de 1.350 millones de euros más de los que estaban presupuestados, y en Catalunya por valor de 1.250 millones menos", criticó Puigdemont.

El partido independentista también pide a Sánchez una mayor presión sobre aquellos jueces que se resisten a aplicar la ley de amnistía. De hecho, el secretario general de Junts, Jordi Turull, fue muy directo hace semanas al exigir al presidente que forzara al fiscal general del Estado a querellarse contra aquellos jueces del Supremo que no han desplegado la norma. La demanda no cayó en saco roto. Álvaro García Ortiz redactó la pasada semana un escrito en el que pide recusar al magistrado del TC José María Macías, del debate sobre el desarrollo de la ley de amnistía. A pesar del guiño, Moncloa desconfía de Junts. Asumen que el voto que el grupo parlamentario exprese el jueves es "totalmente impredecible", y reconocen que la incertidumbre será la rutina del Ejecutivo en todas y cada una de las iniciativas que lleve al Congreso.

En público, la versión de Moncloa es diferente. Insisten -una y otra vez- en que terminarán la legislatura, incluso si la Cámara Baja tumba la senda de estabilidad y el techo de gasto, anulando la posibilidad de presentar un proyecto de Presupuestos sobre el que Hacienda lleva meses trabajando. En privado, admiten que será muy difícil gobernar sin el apoyo del poder legislativo.

"Para mí lo más importante es poder presentarlo y que sean aprobados. Si se puede hacer en los tiempos que se marcan, perfecto. Si tenemos más necesidad de seguir dialogando, pues también perfecto", apunto la vicepresidenta primera, esta semana tras salir de un desayuno informativo. María Jesús Montero no da por perdida la votación, e intentará aprovechar los días que descuentan al pleno para limar asperezas con los de Puigdemont. Para ello, Moncloa no descarta la celebración de una reunión con el líder independentista en Bruselas, tal y como ocurrió hace un año cuando una misión socialista viajó a la capital europea a negociar y firmar el acuerdo de investidura. "Yo nunca voy a dar por rotas relaciones con una formación política como Junts, en la que hemos tenido acuerdos muy importantes, entre ellos el de investidura", apuntó Montero.

El resto de los grupos parlamentarios que conformaron el bloque de investidura en noviembre de 2023 son más directos. ERC y Podemos dan la legislatura por terminada. "Se está conformando un bloque de derechas entre PP, Vox y Junts que seguramente llevará Feijóo a la Moncloa", advirtió el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este miércoles en los pasillos del Congreso de los Diputados. Los de Ione Belarra llevan meses insistiendo en que Montero no será capaz de impulsar las Cuentas de 2025, y pronostican el final inminente del Gobierno de coalición.

De hecho, ambos han pedido explicaciones a Sánchez durante los últimos días. Rufián preguntó al presidente "¿cuánto cree que durará la legislatura?", durante la última sesión de control al Gobierno. Sánchez despachó la pregunta como pudo. "Las legislaturas, según mandata la Constitución, son de cuatro años, por lo tanto, nos quedan tres", apuntó desde su escaño. Ione Belarra insistirá el próximo miércoles, un día antes de la votación sobre la senda de estabilidad. La portavoz de Podemos preguntará a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero: "¿piensa que se puede gobernar sin apoyo parlamentario?".

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