Economía

El Banco de España revisa medio punto al alza el PIB: crecerá un 2,8% en 2024, el triple que la eurozona

  • Las revisiones estadísticas del INE y las exportaciones apuntalan el dinamismo de la actividad
  • La inflación rondará el 3% hasta 2025, pero al supervisor le preocupa el precio de los servicios
  • El regulador reclama un ajuste fiscal del 0,5% del PIB anual para cumplir con las reglas fiscales
 
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El Banco de España ha actualizado sus previsiones trimestrales, el informe analiza la situación económica española y la comparativa con el entorno europeo y global. Las nuevas proyecciones de la institución recogen una considerable mejora del crecimiento esperado para el PIB español a corto y medio plazo que contrasta con la moderación de la actividad en el entorno europeo. El Banco de España revisa medio punto al alza el PIB de 2024 hasta el 2,8%, un crecimiento que triplicará el avance previsto en la eurozona por varios motivos: las revisiones estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE) tras la pandemia provocan un 'efecto arrastre', la actividad sorprendió positivamente en primavera y por el tono positivo de las exportaciones, especialmente las turísticas.

El crecimiento del 0,8% en primavera rompió los registros que manejaba el Banco de España y la mayoría de las instituciones. Ya con el nuevo gobernador, José Luis Escrivá, la institución espera una cierta moderación del ritmo de crecimiento en el tercer trimestre, cuando proyecta un 0,6%, que no será suficiente para 'frenar' la maquinaria de la actividad a medio plazo, más en un contexto de relajación de la política monetaria que podría impulsar la demanda interna.

El Banco de España, eso sí, indica que hay varios síntomas de debilitamiento a tener en cuenta. La creación de empleo apunta a una desaceleración en el último tramo del año tras el dinamismo mostrado en el primer semestre; la tasa de paro será del 11,5% de la población activa, según el Banco, sin cambios respecto a la anterior previsión pero más optimista los próximos ejercicios. Por su parte, los indicadores de confianza económica se han moderado y muestran un comportamiento heterogéneo entre sectores, sumado a un debilitamiento de los resultados empresariales en verano.

En todo caso, la tracción de la economía española contrasta con el entorno europeo, que mantiene crecimientos tibios e inferiores a lo esperado por los economistas. Apunta el Banco Central Europeo (BCE) a una recuperación "suave" prevista para los próximos ejercicios. En particular, el BCE espera que el PIB crezca un 0,8% en 2024, acelerándose posteriormente hasta alcanzar tasas del 1,3% y del 1,5% en 2025 y 2026. El servicio de estudios que encabeza Ángel Gavilán proyecta una moderación crecimiento hasta el 2,2% (+0,3) en 2025 y el 1,9% (+0,2) en 2026, si bien revisa ambos registros al alza.

España debe vigilar el contexto de sus vecinos europeos y también a nivel global. La actividad económica mundial mostró un crecimiento robusto en el segundo trimestre, que se espera se mantenga en la segunda mitad del año, a pesar de evidenciar algunos síntomas de debilidad con carácter general en las manufacturas de las economías avanzadas, medido a través de los índices de producción industrial y de actividad.

Los precios de los servicios: riesgo y fenómeno global

El Banco de España mantiene una previsión de la inflación prácticamente similar que antes de verano: el IPC rondará el 3% este año, tasa similar a la esperada para 2025. El Banco de España ha observado una desaceleración de los precios energéticos, especialmente llamativo en el caso del petróleo, y de los alimentos que se ha intensificado en verano, cuando en junio era algo que la energía le ocupó buena parte de su análisis. También en clave energética, la institución remarca que las empresas son cada vez más eficientes y producen más con menos energía, importando menos del exterior.

Lo más preocupante para la entidad es la persistencia de la inflación subyacente y, más en concreto, de los servicios. Los bienes industriales no energéticos conservaron tasas de crecimiento muy moderadas (0,6% en agosto), mientras que la inflación de los servicios está anclada en el entorno del 4%. ¿Qué motiva esta resistencia? "La inflación de los servicios de restauración y turismo ha mostrado cierta volatilidad a lo largo de la temporada estival (hasta situarse en el 4,9% en agosto)", destaca el informe.

La denominada 'inflación doméstica' que mide el deflactor del valor añadido de la economía de mercado ha mostrado un proceso de estancamiento por encima del 3% debido a un reajuste entre la moderación de los costes laborales y la mejora de los excedentes empresariales.

La institución muestra dudas sobre la evolución del consumo y de la inversión productiva a corto plazo

Junto con la resistencia de los precios de los servicios, el Banco de España señala dos aspectos que lastran a la economía española. La demanda interna no está aportando lo que debería al avance del PIB: el consumo privado y la formación bruta de capital (inversión productiva), moderaron su avance en el primer semestre del año y las dudas que giran sobre estos componentes de la demanda interna establecen el crecimiento potencial de la economía española por debajo del 2% anual. Pese a todo, el Banco de España basa el crecimiento de la economía española en el periodo 2024-2026 gracias a la demanda interna.

Nuevas reglas fiscales

El Banco de España advierte al Gobierno en vistas de la necesidad de ajustar las cuentas públicas con motivo del retorno de las reglas fiscales. La institución prevé que España incumplirá el objetivo exigido por Bruselas de reducir el déficit primario por debajo del 3% del PIB y reclama al Ejecutivo un plan fiscal para reducir el desajuste de las cuentas públicas a un ritmo del 0,5% del PIB anual desde 2025, el equivalente a unos 7.500 millones. "El diseño y ejecución de dicho plan constituirían una palanca fundamental para reforzar la sostenibilidad de las cuentas públicas españolas y la confianza de los agentes económicos en nuestra economía", destaca el informe.

España deberá trasladar a la Comisión Europea su hoja de ruta para abordar las nuevas reglas fiscales, argumentando cómo conseguirá cumplir con los objetivos de deuda y déficit en los próximos ejercicios. El Banco de España observa un tono fiscal ligeramente contractivo este año, aunque si el Gobierno no actúa el tono seguirá siendo neutral. La inacción de Moncloa enquistaría el déficit por encima del 3% del PIB de forma permanente: 3,3% en 2024, 3,1% en 2025 y 3,2% del PIB en 2026. Un repunte similar ocurrirá con la deuda en ausencia de medidas adicionales: 105,8%, 106,2% y 107,2% del PIB en el próximo trienio.

"Este ajuste fiscal [del 0,5% del PIB anual] no está incorporado en las actuales proyecciones, pues aún no existe suficiente concreción acerca de las medidas de ingresos y gastos que se desplegarían como parte del mismo", indica. "No obstante, la eventual implementación de un programa de ajuste estructural de medio plazo de la magnitud señalada acarrearía, previsiblemente, un menor grado de dinamismo de la actividad a lo largo del horizonte de proyección", detalla.

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