Economía

La masificación turística obliga a Japón a tomar medidas drásticas: precios más altos para los extranjeros

  • El sistema de precios dual podría afectar la estrategia del gobierno japonés para promover el turismo
  • El gobierno central ya introdujo en 2019 un impuesto internacional a los pasajeros turísticos que salen del país de 1.000 yenes
 
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En Japón, el término "kanká k-gai", que significa "contaminación del turismo", se ha convertido en un concepto clave para describir el fenómeno del sobreturismo. Esta expresión refleja las crecientes preocupaciones de los lugareños sobre cómo el turismo de masas está afectando su vida cotidiana y el medio ambiente. Con la debilidad del yen impulsando una afluencia sin precedentes de turistas, Japón se encuentra en una encrucijada: cómo manejar el turismo sin comprometer su imagen como destino turístico de alta gama.

La llegada masiva de turistas ha tenido efectos negativos en varias comunidades japonesas, afectando la vida diaria de los residentes casi a diario. En mayo, el Instituto de Economía de Mastercard reveló que Japón es actualmente el destino turístico más popular a nivel mundial. En 2019, Japón recibió un récord de 32,3 millones de visitantes, generando aproximadamente 359 millones de dólares estadounidenses para su PIB y posicionándolo como la undécima nación más visitada del mundo. Sin embargo, este volumen de turistas ha generado preocupaciones sobre el impacto ambiental y la sostenibilidad del turismo en destinos populares.

Febrero de 2024 marcó un nuevo récord en el número de turistas en Japón durante un solo mes, lo que sugiere que 2024 podría ser el año con el mayor número de visitantes en la historia del país. Además, el país ha tenido un nuevo récord de 17,78 millones de turistas extranjeros durante el primer semestre de 2024. Un titular del Asia Times resumía esta situación: "Japón odia silenciosa y cortésmente su auge turístico". Esta tendencia ha exacerbado los desafíos relacionados con el sobreturismo y ha llevado a las autoridades y empresas a considerar medidas para mitigar sus efectos.

Sistema de precios dual

En respuesta al creciente número de turistas y los costes asociados, un número creciente de operadores de restaurantes y atracciones están implementando sistemas de precios de dos niveles, donde los turistas extranjeros pagan más que los locales. Este enfoque, común en algunos destinos turísticos de países en desarrollo, está generando preocupación en Japón por su posible impacto en la imagen del país como destino turístico premium.

El alcalde de Himeji, por ejemplo, ha propuesto aumentar significativamente la tarifa de entrada al castillo de Himeji para los turistas extranjeros, de los actuales 1.000 yenes a alrededor de 30 dólares, mientras que los residentes locales pagarían solo alrededor de 5 dólares. La medida busca financiar el mantenimiento del castillo, un tesoro nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sin afectar a los lugareños que lo consideran un lugar de descanso.

De manera similar, la prefectura de Osaka está discutiendo la introducción de un impuesto específico para visitantes extranjeros, previsto para el inicio de la Exposición Mundial en abril de 2025, con el objetivo de financiar medidas para gestionar el aumento del turismo.

Percepciones y reacciones

Una encuesta realizada en febrero de 2024 por Loyalty Marketing Inc. reveló que casi el 60% de los encuestados en Japón están a favor o algo de acuerdo con el sistema de precios de dos niveles. No obstante, más de la mitad de los participantes expresaron preocupación por el impacto negativo que esta práctica podría tener en la percepción de los turistas extranjeros.

Los encuestados sugirieron que, si se van a implementar tarifas más altas para los turistas extranjeros, estas deberían venir acompañadas de servicios de valor agregado, como guías multilingües, hospitalidad mejorada o regalos especiales, para justificar los costos adicionales.

Y es que la realidad en algunos puntos del país es devastadora. En respuesta al creciente acoso por parte de turistas en busca de selfies, el gobierno local de Kioto decidió prohibir la entrada al distrito de Gion, hogar de geishas y maikos, desde el pasado abril. Esta medida busca proteger a las profesionales de la cultura tradicional japonesa de un acoso excesivo que ha llevado a la prohibición de la fotografía en muchas de las estrechas callejuelas de Gion.

El sobreturismo en Kioto ha traído consigo varios problemas, como la contaminación y la congestión en las calles históricas, exacerbada por la acumulación de basura. Además, el impacto del turismo no se limita a Kioto; en Nara y Miyajima, los turistas han causado daño a ciervos sagrados al intentar tomar selfies, con consecuencias trágicas como heridas y muertes debido a la ingestión de desperdicios plásticos.

Para abordar otro aspecto del problema del turismo, el gobierno japonés ha intensificado las acciones contra las operaciones ilegales de Airbnb, en respuesta a un creciente número de quejas de residentes perturbados por turistas en alojamientos no regulados.

El Monte Fuji de Japón implementa impuesto turístico

El Monte Fuji, un Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y símbolo de Japón, ha implementado nuevas regulaciones para los escaladores debido a preocupaciones sobre el hacinamiento. Desde el 1 de julio, los escaladores deberán pagar 2.000 yenes por persona, con un máximo diario de 4.000 escaladores. Koutaro Nagasaki, gobernador de la prefectura de Yamanashi, afirmó que estas medidas son esenciales para asegurar la preservación del Monte Fuji para futuras generaciones.

Además, se busca revivir la tradicional escalada desde la base del Monte Fuji, integrando la cultura religiosa Fuji-ko. Las nuevas regulaciones incluyen la presencia de guías que gestionarán la seguridad y la etiqueta en los senderos, informando a los escaladores sobre comportamientos inapropiados.

El Monte Fuji ha experimentado un incremento significativo en visitantes, con cinco millones de personas en 2019, frente a dos millones en 2012. El sobreturismo ha traído problemas como basura, aumento de emisiones de CO2 y turistas imprudentes. Las nuevas medidas solo se aplican en Yamanashi, mientras que la prefectura de Shizuoka aún no ha implementado regulaciones similares.

Hawái también se une al 'impuestazo'

En otros destinos turísticos extranjeros, como el parque estatal Diamond Head en Hawái, se aplica una diferenciación de precios entre lugareños y visitantes, donde los residentes locales pueden entrar gratis mientras que los turistas deben pagar. Esta estrategia no ha generado mucha controversia.

Desde enero, los visitantes extranjeros a la Hagia Sophia en Estambul deben pagar 25 dólares. En el Taj Mahal, los turistas extranjeros abonan 1000 rupias indias, mientras que los visitantes locales pagan solo 40 rupias. De manera similar, en Tasmania, los residentes pueden acceder gratuitamente al Museo de Arte de la Antigua y Nueva (MONA), mientras que los visitantes de fuera del estado deben pagar una tarifa de entrada.

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