
El Tercer Pleno del Partido Comunista de China ha concluido este jueves. Los más de 400 miembros y suplentes del Comité Central del partido han adoptado una resolución que establece una profunda "reforma integral" para modernizar la economía china. En concreto, el presidente de China, Xi Jinping, adelantó en su discurso posterior que van a realizar un profundo trabajo del lado de la oferta "para impulsar un desarrollo de alta calidad".
Esta reunión se celebra cada diez años y, en principio, estaba fijada para 2023, pero si dar ninguna explicación, desde el Partido Comunista (PCCh) decidieron aplazarla a este año, por eso ha generado tanta expectación, sobre todo en los mercados.
El secretario general del Comité Central del partido y presidente de China, Xi Jinping, se comprometió a hacer una reforma "profunda" del lado de la oferta para crear un nuevo impulso al crecimiento del país. Las expectativas en la declaración que marca el fin del cónclave siempre son muy altas, ya que normalmente se suelen hacer grandes anuncios en materia de políticas económicas del país. Por ejemplo, en 1978 el presidente Deng Xiaoping anunció la liberalización y la internacionalización de la economía china.
En esta ocasión, los observadores internacionales no se esperaban grandes anuncios de reformas. El dirigente aseguró que para 2035 "habremos terminado de construir una economía socialista de mercado de alto nivel en todos los aspectos".
Estas afirmaciones se producen tras la decepción del crecimiento del PIB del segundo trimestre al 4,7% interanual, pero los funcionarios siguen reafirmando su compromiso de alcanzar sus objetivos de crecimiento del 5% para este ejercicio, máxime después de que el FMI lo revisase al alza y se alinease con estas expectativas oficiales en sus predicciones de julio.
Según recoge la agencia Xinhua, Xi declaró que "el desarrollo de alta calidad es la principal misión de la construcción de un país socialista moderno". Este mantra tan vago significa que el líder tiene como objetivo crear un sistema de desarrollo económico basado en la producción de tecnología avanzada y esencial que le permita crear una resistencia hacia los aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos.
Un dato importante a destacar, según recoge la agencia de noticias oficial del Gobierno, es que para crear esa "economía de mercado socialista de alto nivel" es necesario "aprovechar mejor el papel del mercado". Por tanto, "se eliminarán las restricciones al mercado y se garantizará una regulación eficaz para mantener mejor el orden en el mercado y remediar las fallas del mismo", reza el comunicado.
Estas declaraciones se producen solo un día después de que la OMC criticase la "falta de transparencia" de Pekín ante los subsidios a industrias clave como el aluminio, vehículos eléctricos, astilleros, semiconductores o acero.
El organismo internacional estima que el Gobierno chino concede a estos y otros sectores ayudas entre 240.000 y 825.000 millones de euros, según diferentes estimaciones. Al mismo tiempo, la OMC recalca que las empresas estatales chinas siguen manteniendo los derechos en exclusiva para importar y exportar productos tales como tabaco, petróleo y sus derivados, carbón, fertilizantes, tungsteno, antimonio y plata. Por lo que esta medida de hacer una economía más de mercado genera confusión.
El estratega jefe de divisas asiáticas del Mizuho Bank, Ken Cheung, aseguró en declaraciones recogidas por Bloomberg que la expresión "crecimiento de alta calidad" no implica "ninguna política expansiva para promover el crecimiento". "La reunión abordó las tareas de prevención y solución de los riesgos del mercado inmobiliario, sin tomar medidas sorprendentes para estabilizar el mercado inmobiliario", añadió.
En líneas generales, el comunicado sugiere que China va a seguir apostando por la industria manufacturera y las exportaciones para impulsar su economía, como han venido haciendo hasta ahora. Al mismo tiempo, prometieron esforzarse para "expandir activamente la demanda interna", un tema que todos los expertos señalan como tema a solucionar debido a la enorme caída del consumo tras el fin de las restricciones de la pandemia. Aún así, no han especificado detalles de cómo lo van a hacer.
Xi Jimping solo dijo que mejorarán las instituciones y los mecanismos "para fomentar nuevas fuerzas productivas de calidad acordes a las condiciones locales". La idea es "promover la plena integración entre la economía real y la economía digital, para desarrollar el sector servicios, para modernizar la infraestructura y para mejorar la resiliencia y la seguridad de las cadenas industriales de suministro".
Este cónclave se produce en un momento en el que la segunda economía del mundo está ralentizada y las autoridades están luchando contra una crisis inmobiliaria cada vez más profunda y que está permeando a toda la economía del país. Todo esto sumado a una reacción más proteccionista de carácter internacional ante el incremento de las exportaciones chinas baratas, algo que antaño Pekín usaba para compensar la falta de demanda interna.
En definitiva, las expectativas de un giro a la política económica a través de un paquete de estímulo gigante eran muy bajas antes de la reunión, pero después de este anuncio, queda claro que Xi Jinping está más centrado en darle un vuelco al sistema manufacturero para abordar los problemas del país y no tanto por el crecimiento económico en el corto plazo. Lo que está buscando es crear un parapeto ante el proteccionismo creciente en Occidente.
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